TAZA.



















Montserrat está echada sobre un sofá. Me dice que ya está harta de esta taza.Le digo que yo no fui culpable de que la hayan colocado en este lugar. Pués deberías quitárla.

Esta bien pero déjame zurrar.Le respondo....

El problema debió haber comenzado aquel día cuando mi abuelo para evitar seguir págando hospedajes en México decidió junto con otro General comprar un terreno en una zona llamada Mixcoac.


El aducía que las constantes venidas a la ciudad desde Durango lo estaban acabando. Así que le propuso a su amigo militar la idea de comprar esa tierra y construir  dos casas. Sí. Dos casas que se encontraran de frente.

Bueno pués. De la idea pasaron a los hechos concretos.




El otro General sin  tener ni las más mínima idea de lo que es construir el mismo diseñó como deberían ir las habitaciones.

No sé sí en esos tiempos o debido a alguna idea se haya decido colocar la taza del baño en el lugar menos adecuado. Es decir la sala. Esos eran los reclamos de Montserrat.

Pero puestos a definir lo que  son los buenos modales, las conductas socialmente aceptadas, dejé que las cosas siguieran su rumbo y la taza que se quedara en su lugar original   ¿porqué no?

Ya me veía yo entrar alguna noche de 1978 con mi melena de león, acceder  a la sala en tanto cantaba Don't let me down . Mi abuela estaría sentada en  el sillón principal. Mí tío Lalo   en su banco de piano y tocándo el caballo blanco. Y sus amistades tomándo thé. Yo llegaría y sin más como sí me encontrara solo, me bajaría los pantalones, buscaría mi revista de viejas encuradas, y cagaría a placer. Ellos de inmediato se mostrarían alarmados por mi  desfachatez y  mi conducta digna de un licenciaducho de oficina pública.Esos individuos de mirada torva manos sucias que por más que se pongan traje no dejan de ser cruz de su parroquia..

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Después,  buscaría un papel , haría lo conducente. Me levantaría, subiría mis pantalones, cerraría mi cinturón. Acto seguido acercaría mis manos al agua, las frotaría con jabón. Con la toallita me secaría . Luego les diría : Con su permiso.

Pero no. Pensándolo bien me regresaría y les diría que ya basta de ser hipócritas. Si hay de que decir las cosas se las voy a decir. A mí me enojan las gentes hipócritas.

Les diría que no tienen de qué espantarse. No es la primera vez que una persona acude al baño a cagar.  ¿Acaso ustedes están sellados?.  ¿ No tienen culo?   No me vengan con el cuento de que son muy educados y que estudiaron en escuela de paga. Eso a mí me vale pito, les diría. Ustedes son peores porque se esconden para apuñalar por la espalda. Ni siquiera para eso tiene valor.

Yo como no  estoy amaestrado por su puta sociedad puedo hacer lo que mejor me convenga.Entonces sí tengo que cagar pués cagaré…Y ya está ¡



Para dejarlo más azorados comienzo a desvestirme. Me quitó la corbata, se las arrojo al suelo, luego la camisa y la camiseta. Me quitó los pantalones y finalmente me bajo los  calzones que por cierto le fueron a caer a  una señora con la característica de los loros. Y para demostrarles que a mí  nada me amilana. Salgo a la calle son las seis de la tarde, el sol a punto de declinar...

 A la primera persona que me encuentro es la señorita que vende brochas y artefactos para la impermeabilización. Me mira asombrada. Debe de ser porque ando con las bolas al aire y solamente con calcetines y zapatos. Me acerco amablemente . Ella  turbada se pone colorada.

 Después de darle la mano le pregunto si no ha visto nunca a un hombre encuerado. Ella  bajando la vista me dice que no. Está bien pués ahora véalo. Después no tendrá oportunidad. Y me la imagino en la noche a la seño acordarse de mí  buscar un cepillito  y  masturbarse acordándose de mí..


Mira nomás en los bretes en que me encuentro. Dice Desmond Morris que los humanos antes andábamos encuerados y con pelo. Después fuimos confeccionando con qué taparnos. En esta acción de años fuimos perdiendo pelo. Es decir somos monos desnudos, changos encuerados pués...

Ya vencidos los temores  me dirijo a a un taller mecánico. Me bajo de un carro colorado. Se acerca el  dueño del taller y le digo que el carro  no quiere caminar.. El mecánico me dice que los carros no caminan , no tienen pies. Le miro cómo diciendo pinche mamón. Ya lo sé. Los carros se deslizan, por eso les ponen llantas. Después de que me dá sus lecciones y para qué sirven, le vuelvo a argumentar que el carro ya no quiere deslizarse. Vámos a ver. Apáguelo.

Cierro el swicht. Abre la tapa de enfrente ya que los carros americanos tienen el motor adelante. Al abrirlo hay como un estanque, peces dorados y otros multicolores nada y dan saltitos..




El maestro me dice que lo que sucede es que debo de cambiarle  el alimento a  los peces. Le muestro un botecito que llevo consigo. Le mira e incluso comienza a decir los nutrientes que tiene: vitamina B1, bien, y así toda lista me la receta.

 Busca un block lleno de grasa, saca un lápiz y comienza a garabatear al estilo de los doctores.Arranca el papel y me lo dá…


Decido asomarme a las afueras del taller..

Un hombre gordo con camisa de maricón, corre hacia mí. Me dice que no vaya a cerrar el portón porque vienen otros compañeros… ¿ Le pregunto que cuales compañeros?. Esos que también vienen detrás. Espero que entren, cierro la puerta. Esta vida,  siempre cerrar puertas, siempre abrir puertas.  Pá que…..Digo yo….



Antes de que logre hacerlo se detiene un camión con soldados. Uno de ellos salta y con su arma en las manos me pregunta sí no ví a un grupo de subversivos corriendo.. ¿Unos que vestían de rosa?: Sí, dice. Esos se fueron por allá y señalo a otra calle. Sin decirme gracias los hijos de puta se marchan..

Me acerco a los individuos. Le digo:  ¡ Que tal el susto ¡. Estos nos ejectutan dice uno. Bueno pero no sucedió. Les digo que esperen. Regreso con el mecánico, le pregunto sí tiene cervezas. Me señala un cuarto. Entro y descubro unos cartones llenos. Agarró uno y me regreso con los valedores.

Comienzo a abrir una a una las botellas. A la noche ya estamos borrachos. Para que se sientan en familia les canto canciones de Cuba…….


Con más alcohol que sangre me acuerdo que  tengo que regresar con la Montse. Así que me despido y  sin acordarme de mi carro me regreso a pie.


Antes de que despierte buscó un marro y comienzo a pegarle a la taza. Veo como saltan los pedazos de cerámica. Montse se levanta y me dice vaya hasta que hiciste algo….



Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
13 de septiembre de 2012.
Estados Unidos Mexicanos..





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