La enfermedad, millones se animalitos la plaga pues¡

La enfermedad, millones se animalitos la plaga pues¡























Entro a un consultorio. Este es un hospital blanco. Me parece que no le caería mal una buena remozada.

Se ve olvidado.

Una enfermera bocona de ojos saltones y algo panzona me pregunta que sí yo acudo por la enfermedad?

No no vine por ninguna enfermedad
.
Entonces a qué vino?

No lo sé. De pronto me veo metido en este sueño . No sé la respuesta.

A mi alrededor hay muchas camas con personas. Todos están cubiertos con sábanas blancas.Todos tiene rostros desencajados, unos están amarillos, otros están pálidos.

De pronto la enfermera se levanta de esta silla que les señalo y grita asustada¡

Córran¡ Corran ¡

Ya llegó hasta acá la enfermedad¡

Nadie se espera y yo corro con ellos.

Todavía en el interior veo que llega una nube de alimañas voladoras. Son animalitos diminutos con alas transparentes,ojos verdes y dentadura filosa.

Son millones de bichos que se posesionan del cabello de las personas.

Se quedan a vivir en sus pelos como viles parásitos.Después cuando les entra el hambre comienzan a comerse los cabellos, después la piel, luego el coco y por último de postre se comen el cerebro de la gente.

La enfermera me detiene y me dice que ya están los animaluchos en mi pelo.

Ah no jodas?

En serio?

Sí Alfredo ¡ Están en tu cabello.

Vuelvo a correr. Por allá hay un espejo. Me detengo para verme la cabeza. Y sí ahí están los animales.

Creo que la única salvación posible es que me pele a rape aunque parezca loco pero no quiero ni es mi deseo que estos weyes me devoren los sesos.

A medida que avanzo puedo ver a las personas sentadas en las calles, muertos, con las cabezas roídas, con las tatemas raspadas.


Entro a una casa. Una mujer de aspecto deplorable se está inyectando heróina.

Me ve como sí cualquier cosa. Me dice en voz baja que la máquina de pelar está en el cajón. Y qué por favor le lleva la botella de ron.

Saco la máquina y me quito el cabello. Los animales se resisten. Luchan, se pepenas a los pelos como sí fueran ramas.

Una vez calvo regreso con la mujer y le digo que por suerte no me pasó nada.

Sí está bien yo ando en viaje..

Cierra los ojos y se pierde…


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
15 de Mayo de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.




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