Esperando el camión, aves que llegan, una casa chica.

































Usted esta esperando el camión me pregunta una señora de abrigo morado.

Sí.

Lo que sucede es que no le veo. Y ya tiene largo rato que espere.

Sí está bien. Todo falla.

En esta fila hay unas quince personas.

Ha pasado mucho tiempo y del camión ni sus luces.

La mujer de abrigo se desespera y me dice que va a esperar sentada en aquel montón de arena.

Enfrente puedo ver con nitidez la escuela Olavarria y Ferrari que se encuentra atrapada entre Avenida Revolución y Patriotismo. Cosas de la modernidad.

Esta como cuando a Uruchurtu o no sé quién se le ocurrió que el viaducto debería de cruzar por Tacubaya. Fu entonces que al pueblo de antaño lo pasaron a fregar. Tacubaya quedó dividido.. Sea por Dios.

También me he cansado de estar de pie, así que voy con la mujer.Me siento a su lado y me ofrece cerezas.

Te gustan las cerezas?

Sí pero también me gustan las zarzamoras.

Comemos en silencio.

El camión no llega.

Esperamos y esperamos.. Y nada..

Ahora estoy mirando el mar.

Y lo miro detrás de un ventanal. Son las cinco de la tarde. El sol comienza a bajar, pausado.

Una mujer oriental se admira y nos señala que por el horizonte ya vienen las aves migratorias.

Y sí, es verdad, por allá viene una gran mancha negra.

Conforme pasa el tiempo las aves se acercan llegan y besan los ventanales.

La mujer oriental me dice que agarre a la mía.

Y como voy a saber cual es la mía?

Hay miles¡

Tú lo descubrirás Alfredo, tú lo descubrirás..

Para esto ya se juntaron muchas personas que buscan afanosas su ave respectiva.

Veo una con blanca parece gaviota.

Se acerca y me mira fijamente. Creo que esa gaviota blanca soy yo mismo.

La gaviota se hace para atrás y luego para adelante, se balancea.

Hay una cadena de oro. La jalo y la gaviota puede entrar. Se acerca en vuelo circular y yo la tomo entre mis brazos.



Me dice está mujer que ya es hora de vivir en casa nueva. Parece que está contenta.

A m í me dá igual vivir en un lado que el el otro.

El caso es que no la conozco.

Abre la puerta, me pide que entre,la casa es una casa chica, como para dos o tres personas a lo sumo.

Habla gustosa de las bondades de esta casa.

La casa está vacía.

Le digo que por dónde se encuentra el baño?

Ella me dice que hay uno arriba.

Subo a lavarme las manos.

Todo es blanco también.

Hasta el jabón.

Tomo una pastilla abro el grifo y me lavo las manos. Mis manos estaban sucias.

Agarré de la arena que estaba en la escuela de Olivarria Ferrari. Las tenía negras.

Mis manos están blancas.

Salgo del baño, la mujer me mira sonriente.

Lleva una bata también blanca, su pelo es blanco.

O es rubio?

No es blanco.

Te pareces al hada de mis deseos le digo.

Soy tu hada me dice sin dejar de sonreír..

Que rara..


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe , nec metu
16 de Mayo de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.




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