Estudio de grabacion,vestido de blanco,garrafón con ron,tipo con ropa de pana,vinatería.

Estudio de grabacion,vestido de blanco,garrafón con ron,tipo con ropa de pana,vinatería.

































Aquí en este estudio donde me encuentro las paredes son altas. Estas tapizadas por completo con discos compactos, alguien tuvo la idea, el techo también lo forraron con estos.

Entro. Miró todas las portadas, algunas son nuevas para mí, otras no tanto.

En medio hay un micrófono de pedestal. Lo tomo. La habitación está por el momento sola. Comienzo a cantar, estoy eufórico, a veces mi estado de ánimo es así, otras no quiero ni hablar con nadie. Es natural.

Por una de las aristas de la pared se asoma Alberto, él es en este sueño un hombre delgado, alto, va vestido de negro como siempre acostumbraba. Se asoma y me dice: Orale Alfredo cantate una de mis canciones¡.

Cual quieres le pregunto?

La que quieras con tal de que la cantes bien.

Vere sí eso es posible.

Cortez espera.

Comienzo a cantar..

Esta es una explanada.

Me asombra ver que hay mucha luz. El sol está pleno.

Es tanta la luminosidad que magnifica todo .

En este sueño ocurre que soy una mujer. Una mujer gorda.

Voy vestida de blanco. Es un traje largo, de gala se podría decir.

El vestido tiene escote para mostrar mis grandes senos, y uso un collar.

Sé que yo soy esa mujer pero no se lo digo a nadie. Que van a pensar.

Nunca me había soñado como sí fuera una mujer. Algo pasa..

Aplaudo, les digo a todas personas que deambulan que pongan atención.

Que pongan atención porque voy a cantar:

Estos hacen un círculo y esperan.

Por mi parte me coloco en una fila. Todas son mujeres y todas visten igual que yo.

Comienzo a cantar:

Tú me acostumbraste a todas esas cosas, y tú me enseñaste que son maravillosas.

Sutil llegaste a mí como una tentación¡

Después y tal y como ocurre en las películas gabachas uno aplaude despacio, después otro y otro. Se forma un mar de aplausos.

Les doy las gracias y les digo que hasta la próxima.

Ahora cruzo la Avenida Revolución. Llevó en mis hombros un garrafón.

Voy directo a la tienda de Don Poncho. Ese viejecito al que yo de niño le tenía pavor. Llegaba a la casa de mi abuela con una caja alargada, en ella una jeringa de vidrio. Al verle entraba en pánico, corría por toda la casa. En tanto Don Poncho se daba a la tarea de colocar la caja con agua, la ponía hervir para desinfectarla. Después con la jeringa en las manos esperaba que me sacaran debajo de los muebles. Yo gritaba, me atrapaban, me colocaban boca abajo sobre la cama y Don Poncho me clavaba la aguja en mi nalga desafortunada.

Le digo a Don Poncho que cuanto me cuesta llenar este garrafón con agua?

Don Poncho lo examina y me dice que me sale en veinte pesos.

Ah Dios y porqué tan caro?

Porque el agua siempre es cara.

En ese caso mejor lo lleno de ron.

Quieres ron, quieres ron?

Se agacha y busca hasta que saca varias botellas. Las vierte, el garrafón se va llenando.

Después le pone refresco de cola.

Lo tapa y me dice: Son 157 pesos.

Esta bien Don Poncho. Le pago y salgo.

Llego a donde hay varias personas. Les informo sobre el garrafón.

Por sus caras o expresiones ninguno quiere tomar.

Les digo que sí le echamos matemáticas nos tocan de dos vasos a cada uno. Nadie se entusiasma.

Al ver este desprecio me sirvo yo solo.

Un vaso primero y otro después.

Al rato estoy tirado en el piso. El piso está mal hecho, es de cemento vil, no lo pulieron. Estoy ebrio. Les digo a todos que esto de que les regale ron no se volverá a repetir.. Nunca¡

Un tipo con ropa de pana me habla de otro que según es un influyente.

Le pregunto que en dónde le puedo encontrar?

El tipo evade responder. Sólo me dice que por Vallejo.

No jodas Vallejo es bien grande. Qué número?

No me dice.

Y yo no sé para que quiero hablar con el influyente.


Estoy en la calle. Al lado izquierdo hay una vinatería.

Sale un joven con cara de loco.

Otros lo miran desde lejos y me dicen que este loco entró a la vinata porque en el interior hay un estudio.

Y se metió para quemar un disco. No le gusta gastar. Se mete cada que puede y quema los discos.

Y cual disco quemó?

Ora lo veras.

La cortina de la vinatería se torna en pantalla. Nos sentamos en la banqueta.

Sale la Plaza, después yo. Sí soy la mujer gorda vestida de blanco que canta tú me acostumbraste.

Las personas dicen : canta bien la gorda¡

Yo no les digo nada. No quiero apenarles..


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe nec metu
20 de Mayo de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.





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