Cuchillos, carro rojo.

Cuchillos, carro rojo.

























Usted se encuentra acostado en una cama de latón. Enfrente dos grupos están jugando fut bol. Mira el partido desde el principio. Descubre que este juego por lo menos está amañanado. El árbitro se ha puesto de acuerdo para favorecer a un equipo. Al otro lo hunde.

Los jugadores saben eso pero no desmayan.

Usted no está de acuerdo, levanta un poco la cabeza y le dice al sujeto de pantalón negro que recapacite en sus acciones. El hombre se enoja, se acerca a su cama y también le grita. Le hace señas con los brazos, unas las entiende otras no.

Esto hace en usted una reacción. Se levanta y sin decirle nada más le arroja una serie de cuchillos. Los cuchillos se clavan en su cuerpo, los cuchillos tiene el mango azul. Le pide que no le arroje más. Usted insiste y continúa.

Los cuchillo son cortos pero eficaces. Le dice que le arrojará otros más grande, con mayor filo y que además provocan cortaduras muy dolorosas.

El hombre cae al pasto. Los jugadores se acercan para auxiliarlo. El árbitro les dice a todos que lo perdonen por el daño que les estaba causando. Los jugadores lo dejan solo. El hombre cierra los ojos..

Este otro ha adquirido un carro rojo. Es un Ford 67. Usted debe de lavarlo por dentro y por fuera.

Una mujer de su interés está acomodando libros en un armario. El dueño del carro le hace requiebros de amor. Ella no le hace caso. Le entrega una carta en donde le están cobrando algo que nunca pagó.

Usted frota el carro con una jerga, usa agua jabonosa, la mugre cae, le arroja baldes de agua como se hacía anteriormente. El carro queda lustroso.


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
29 de enero de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.

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