La casa de mi abuela, dándole de comer a cocodrilitos, pileta con agua fresca, y reclamo.

La casa de mi abuela, dándole de comer a cocodrilitos, pileta con agua fresca, y reclamo.

























Sin decir nada Fernando fue sácando las cosas de la casa de mi abuela. Yo tampoco le quise preguntar nada. Hay veces que uno no quiere decir. Aunque con la expresión corporal ya estás hablando.
Quizá comprendió que ya era hora de irse y se fue.

A mí lo que me preocupaba era el tener que dormir en la calle. Nunca he sido vagabundo y como qué no me mola esta mierda. Pero sí hay que asumirlo pués lo hago, no me va a quedar de otra.
La casa de mi abuela se quedó vacía. Nunca me gustó verla en esas condiciones. A mi abuela le gustaba siempre tener sus plantas macetas y macetones. Ahora está vacía como la casa de Miguel Hernández en su poesía. Triste verdad pero es así

Por la mañana llegaron un grupo de alarifes. Estos con mazos de gran calado comenzaron a derribar a golpes todas las paredes.

Yo me quise hacer el fuerte y no salí del cuarto que mi abuela me asignó en la vida. No crean pero sí me entro un poco de miedo cuando escuchaba que los golpes se iban acercándo. Tirarían mi cuarto y yo viviría en las calles. Sea por Dios..

Recostado en mi camastro veía los casettes que conservaba todavía. Este por ejemplo siempre me gusto: Roger Wagner. Y este también ; Corridos revolucionarios… Y este y este….


La tarde se terminó y los albañiles se marcharon. Alcanzaron a decirme que mañana comenzarían a derrumbar mi cuarto. Sí está bien, esos acerté a decirles… Los matacuaces dejaron un agujero en la pared…

Por la noche escucho que abren la reja. Me asomo pero sólo veo una sombra. Hubiera querido encender la luz pero no hay. La cortaron hace tres días.

Descubro o noto que Fernando está acostado. Quiúbole guei no que ya te ibas?

Sí me fui pero a dónde llegue me pusieron mala cara. Es decir que apestaste? Peor brother. Cuando les hice ver las intenciones que tenía para quedarme a vivir con ellos comenzaron las malas caras. Así que me salí y ni las gracias por el café les dí…

Entonces no nos vamos a ir de aquí ? No. Ya no nos vámos a ir de aquí..

Dicho esto el corazón dejó de latir rápidamente y volvió a su estado normal. Incluso la ansiedad loca que traía al ver como destruían la casa de mi abuela también desapareció.

Por la mañana me levanté bien temprano para esperar el arribo de los albañiles. Al verlos venir no esperé y fui a su encuentro. Les dije que ya no iban a poder tirar la casa porque no nos íbamos a ir. Que nos quedaríamos todos.

Los albañiles solo escucharon. Uno le dijo a otro. Dejen la casa tal y como estaba..

Tengo agarrado por la cola a un cocodrilo verde. Es una chingaderita. El cocodrilito es bien bravo. Me tira de mordidas capaz que sí no me pongo buzo me arranca un dedo.

Yo lo que pretendo es darle pedacitos de pollo pero no es posible. El cocodrilito sólo quiere escaparse. Al hacer estos esfuerzos la cola se le diluye y se vuelve como de chicle. Las manos me quedan babosas. Camino dos o tres pasos y lo arrojo a un estanque que acaban de construir en esta casa.

Es una pileta que sirve para almacenar agua. Me asomo y es agua clara, transparente, fresca. En ella además del cocodrilito que acabo de arrojar hay tortugas y otras especies marinas. Les digo al matrimonio de feos que sí gustan pueden meterse al agua. Que el cocodrilito ya se calmó y que no les pasara nada. Sí gracias me responde la mujer de lentes de pasta negra. Nos vámos a dar un remojón.

Además del matrimonio hay una chica hermosa vestida con su traje llanero. Es una chica hermosa. Yo ya le eché el ojo pero ella anda en otra onda. Nos dice a todos que tiene que ir a Chicoloapan. Y que se va a ir por una zona que no le gusta. Es ahí en ese punto que les digo que yo la puedo acompañar. No lo hubiera hecho porque de la nada aparece la pinche fría y me dice que porqué tengo tantas ganas de acompañarla. Que ella se puede ir solita. No jodas fría en la calle hay muchos peligros y no queremos que nada le pase a la llanera. Bueno está bien. Le digo a la mujer que sí quiere ya nos podemos ir. Y nos vamos…..


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
12 de julio de 2014.
Estados Unidos mexicanos.

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