UN CORRUPTO, TARJETAS FOSFORESCENTES.

UN CORRUPTO, TARJETAS FOSFORESCENTES.





Usted levanta un periódico del suelo. Es un papel de días anteriores. No tiene dinero para comprar el actual. Si embargo la manía de leer siempre leer le obliga a tomarlo con su mano izquierda porque es zurdo. Se dirige a la casa de su abuela. Ella se encuentra guisando unos frijoles. Pretende servirle acompañados de queso Chihuahua y pasarlo con ese café de olla que siempre elaboraba al filo de las seis.


Le dice lo que va leyéndo. Fijate abuela que aquí dice que atraparon a un corrupto. Nomás fíjate en sus ojos ahí te dicen todo. Sus miradas siempre esconden algo. No sé porque hay esas almas por el mundo. Pero los rateros mi hijo siempre ha habido. Uhhh. Yo desde que me acuerdo supe de gentes que roban. Lo que sucede es que son avariciosos y en algunos momentos huevones.


A este dice le encontraron armas en sus casa dijo que eran para su seguridad. Bueno hasta granadas tenía. De ese tamaño ha de ser su miedo.


Al hojear Excelsior se caen dos tarjetas . Una es de color verde mar y la otra azul, las dos son fosforescentes. Extrañamente están a nombre de su tío el poderoso.
Le dice a su abuela porque emiten tarjetas a nombre de una persona que ya falleció hace años. Debe de ser una suplantación de personalidad. Le dice a su gran má que lo acompañe a la calle. Ella accede y se dirigen a una caja en las calles de Miguel Hidalgo.


Usted mete la tarjeta verde y teclea un número que tenía en la cabeza. Suenan unos ruidos y acto seguido van saliendo billetes de quinientos.


Usted es muy decente y le dice a la anciana que entreguen ese dinero a su propietario. Ella le dice que el muerto es su hijo y que él la quería mucho y que no dirá nada si toman un poquito.


Se van de lugar . Al cruzar por una esquina pasa un automóvil. En este viaja usted pero cuando tenía 17. Van algunos muchachos y muchachas. Una de ellas va a su lado, ella va chacoteando.

Usted le mete la mano hasta agarrarle una chiche. Ella no es su novia pero se siente complacida. Un joven tuzado del cráneo le pregunta a la joven que si quiere acción. Ella le señala y le dice que le gustan los de ojos claros.


No termina de fajarle cuando el auto se detiene. Los pasajeros escandalosos le dicen que vaya a ese pizarrón y descifre un acertijo. Comienza a leerlo y su cerebro no se siente capaz de pensar en nada que no sea en comer unos huevos estrellados y un pan blanco.

Original de Alfredo Arrieta
Para el pueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
07 e junio de 2011
Estados Unidos Mexicanos.

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