ARBOL, MOVER LAS COSAS.
ARBOL, MOVER LAS COSAS.
En los precisos momentos en que el sueño está apoderado de mi persona y luego de escuchar a Jaime Torres, entro en ese vacío de la verdad.
Me encuentro en un problema de intentar siquiera subir a ese árbol. Es tan grande que lo miro desde el suelo hasta la copa y me parece una acción imposible. Digo que haré el intento y hasta lo prometo. Pero la verdad es que esta muy alto, y a mí las cumbres siempre me parecieron retos que nunca lograré.
Tomo el árbol con mis dos brazos, acto seguido coloco mis piernas como atrapando. Comienzo a subir, sé que las fuerzas me abandonarán a la mitad o antes. Soy un bárbaró. Me suda la frente, milímetro a milímetro avanzo. Casi al final mi brazo se desprende y alcanzó una rama. Levanto mi pierna derecha y lo hago.
Me levanto y miró el horizonte. Hay Valles de aquel lado y montañas por el otro, pasan parvadas de pájaros. Es un bosque inmenso. Una voz en off me dice que estoy en el Yasuní Ecuador, un lugar protegido, virgen, la amazonia. Esto es la verdadera vida, lo demás carece de valor.
Me dice un mensaje que en México apresaron a dos militantes con poder. Uno en Tijuana, el otro es Chiapaneco.
Estoy seguro en el sueño profundo. Una mujer indígena canta y me arrulla.
Como soy el Dios de mis sueños y ahí yo mando voy en busca de otra emoción.
Viajo en el tren de la ciudad, dicen que le están dando los últimos toques para que funcione. Al salir miro que las puertas dan a un descampado y hay que caminar mucho para llegar a un destino.
Es entonces que uso el poder de mi mente y como si fuera Kalimán ordeno que las entradas y salidas de ese anden se coloquen por mi arte en los sitios apropiados. Miro como se mueven las cosas sin necesidad de fuerza. Únicamente la cabeza y las ganas de colaborar con la sociedad dormida que ya no dice nada. No habla, ni siquiera gime.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
08 de junio de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.
En los precisos momentos en que el sueño está apoderado de mi persona y luego de escuchar a Jaime Torres, entro en ese vacío de la verdad.
Me encuentro en un problema de intentar siquiera subir a ese árbol. Es tan grande que lo miro desde el suelo hasta la copa y me parece una acción imposible. Digo que haré el intento y hasta lo prometo. Pero la verdad es que esta muy alto, y a mí las cumbres siempre me parecieron retos que nunca lograré.
Tomo el árbol con mis dos brazos, acto seguido coloco mis piernas como atrapando. Comienzo a subir, sé que las fuerzas me abandonarán a la mitad o antes. Soy un bárbaró. Me suda la frente, milímetro a milímetro avanzo. Casi al final mi brazo se desprende y alcanzó una rama. Levanto mi pierna derecha y lo hago.
Me levanto y miró el horizonte. Hay Valles de aquel lado y montañas por el otro, pasan parvadas de pájaros. Es un bosque inmenso. Una voz en off me dice que estoy en el Yasuní Ecuador, un lugar protegido, virgen, la amazonia. Esto es la verdadera vida, lo demás carece de valor.
Me dice un mensaje que en México apresaron a dos militantes con poder. Uno en Tijuana, el otro es Chiapaneco.
Estoy seguro en el sueño profundo. Una mujer indígena canta y me arrulla.
Como soy el Dios de mis sueños y ahí yo mando voy en busca de otra emoción.
Viajo en el tren de la ciudad, dicen que le están dando los últimos toques para que funcione. Al salir miro que las puertas dan a un descampado y hay que caminar mucho para llegar a un destino.
Es entonces que uso el poder de mi mente y como si fuera Kalimán ordeno que las entradas y salidas de ese anden se coloquen por mi arte en los sitios apropiados. Miro como se mueven las cosas sin necesidad de fuerza. Únicamente la cabeza y las ganas de colaborar con la sociedad dormida que ya no dice nada. No habla, ni siquiera gime.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
08 de junio de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.
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