AUTOBUS AZUL










AUTOBUS AZUL.




Ayer me encontré vestido de traje negro y acudí a una cita con un futuro. Luego intenté caminar al filo de las 9. Descubrí a otro andarín sobre la Banqueta del Camino Real. Este no llevaba zapatos.





Al acudir a mi almohada con la baba marcada. Viajo en un autobús por los rumbos de la Sierra Madre Occidental. Los que viajan conmigo son habitantes de Mocorito y de Guasave. Esto lo sé por la manera que hablan, el como se expresan. Al dar vuelta por una curva, uno de los que van conmigo me dice que no me preocupe, aunque se vea el desfiladero los conductores son hábiles, llevan muchos años en la empresa, en ellos está por ahora nuestra vida. Intento mirar a quien conduce y veo además como al dar vuelta de nueva cuenta, una de las llantas queda en el vacío y vuelve para penetrar en la cinta de chapopote.



El conductor gira la cara y de inmediato lo identifico. Es Eduardo Salazar periodista que en los tiempos libres del sueño trabaja o al menos así lo aparenta de chofer de este transporte en la ruta que va de Guadalajara a Sinaloa y que se pierden en las veredas del camino y en la ruta de los que dormimos y conciliamos historias.
El que parece ser el jefe no es otro que Valdemar Arrieta mejor conocido como el Zorro en los rumbos del Estado de Durango, Tepehuanes y México Distrito Federal.
Le pide Valdemar a Eduardo que siga su camino y también pregunta por Miguel. Aquél bigotón de Chihuahua que era un déspota para medir el tiempo y no le importaba que la señora llegara a la oficina arrastrando su panza de 9 meses. En cuanto la miraba, quitaba el reloj de mano y escondía la lista de asistencia, luego doblaba sus bigotes se levantaba y la dejaba pasmada.



Eduardo le dice que Miguel de seguro tomó el camión azul adscrito a su dirección y lo utilizó para su servicio privado. Le hace una seña y le dice que ya sabe en donde debe de estar. Valdemar levanta la mano y le dice que vayan.


En plena Sierra, hay en un costado del lado derecho un paradero en donde se puede ver una construcción en medio del bosque. Gira, disminuye la velocidad y al pasar un grupo de árboles de oyamel descubren el autobús.


Miguel ya sabe lo que le espera, el Zorro es despiadado como jefe, seguramente le hará regresar el camión, le pondrá una maltratada de aquellas y le obligará a que prepare una comida para todos los que vamos en este transporte del sueño.


Antes de sufrir todo esto Miguel se acerca a una mujer, le toma las manos y comienza a quitarle los dedos, uno a uno como si estuviera constituída por piezas. La mujer acepta quedarse sin dedos y Miguel se los pone en su propia mano, de tal manera como si se pusiera un guante.


Agarra unos pollos y comienza a pelarlos. Les arroja agua caliente para quitarles las plumas. Hay pollos blancos, rojos y negros. Los degolla y los destaza con una hacha de mango pequeño. Al tener los ingredientes de carne muerta, los vierte sobre una cacerola como esas que usan para hacer carnitas en Michoacán. Del aceite caliente brotan las cabezas de las aves, lo mismo que sus alas, muslos y patas. Una vez que terminó Miguel se acerca a nosotros y nos dice de mala gana que vayamos a tragar. No nos importan los desplantes de este señor y bajamos con el hambre reflejada en nuestras caras. Agarrábamos las piezas fritas tragábamos como si fuéramos vikingos, o romanos.


Eduardo sacó del camión unas cervezas de marca Pacifico, las bebimos hasta el culo. Al paso de las horas quedamos borrachos, tirados en el piso. Mezclados unos a otros. Desde amas de casa hasta libres pensadores, burócratas huevones, hasta políticos mentirosos. Uno que otro matón, quién comete un fraude, o quién roba con sonrisa. Enfrente el camión azul que tomo indebidamente Miguel estaba con los faros prendidos. Así quedó toda la noche hasta que se quedó sin batería….



Por la mañana un caballo blanco propiedad del señor Hermoso mordía a un toro, le arrancaba un pedazo. El toro se encontraba luchando por su vida con una espada atravesada. Era tal el choque psicológico de estos animales que ahí queda esta imagen para la historia de la vergüenza humana, y de quien promueve estos horrores de la Fiesta brava.



Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
23 de septiembre de 2010.
Estados Unidos Mexicanos.

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