Turibús, familiares del Japón, peleas de jóvenes, disparando una pistola en el interior de un camión
Turibús, familiares del Japón, peleas de jóvenes, disparando una pistola en el interior de un camión
Viajo en la parte más alta del turibús una mujer llamada Carmen o Carmela me mete la mano en el bolsillo del pantalón que coño haces Carmen porque me metes la mano Carmen dice que le gusta saber que cosas cargan los hombres en los bolsillo y que cosas vamos a Cargar Carmen meto la mano y le muestro dos boletos del metro tres USB para lo que se me ofrezca, siete monedas, un billetes de veinte pesos una cajita de pastillas para la boca y mis pinches llaves esta bien quedo contenta
El turibús da vuelta por la calle de 16 de septiembre llegamos a la Plaza principal de México, le damos la vuelta, pasamos por el majestuosos Palacio de la nación, después miro de frente la catedral cuanta riqueza cuanta riqueza
Los pasajeros bajamos entramos a la catedral miro despacio me gusta mucho unas personas bautizan a un chamaco le arrojan agua bendita en la tatema el cura habla no sé que cosas en latín latón o lámina acanalada
Carmen no se baja se queda en la parte alta el camión se va sin los pasajeros Carmen asoma la cabeza y me arroja una fotografía la fotografía cae al suelo la miro un instante un pájaro llega la toma con el pico y se la lleva el pendejo ha de pensar que es comida
Llevo a un restaurante a unas personas que tienen los ojos rasgados son japoneses me dicen a señas que son familiares míos sin más averiguación lo doy por cierto se acerca un mesero también japonés nos muestra la carta la miro y no entiendo ni jota pediré un helado con galletas un niño dice que quiere una sopa de dulces está bien al niño tráigale una sopa de dulces el mesero se aleja regresa en poco tiempo trae unas vasitos con unas bolitas de colores nos dice que es chile sintético no puede ser que en otros lados del mundo nadie coma como la gente decente no sé estos comen plásticos
Por aquella calle en donde me golpearon seis niños al salir de la escuela vuelo a regresar camino por la calle Centenario veo que salen de la escuela Tiburcia García un niño güero como de trece años muestra una cara de enojo que hasta los labios le tiemblan le reclama a otro que sólo lo observa parece toro me detengo a la espera de que se lien a golpes no lo hacen ninguno de los dos se atreven a pesar de que se tiene coraje así es la vida unos te odian y otros te quieren los dejo y me retiro
Voy en el asiento trasero de un camión creo que va para Toluca el camión no va lleno somos pocas personas escondida entre mi chamarra llevo una pistola pienso que los voy a descontrolar saco el arma despacio y disparo en el suelo todos saltan escondo la pistola unos señores con aspecto de gentes del sur revisan el agujero que acabo de hacer se dicen entre sí que es un arma calibre 38 estos deben de ser expertos como supieron el calibre se regresan a sus asientos más o menos por la Marquesa vuelvo a sacar el arma apunto al vidrio trasero y hago el disparo el balazo atraviesa el vidrio guardo rápidamente el arma los mismo señores se levantan y observan el hoyo los vidrios están esparcidos por el suelo me preguntan sí no ví al que disparo no señor sólo escuché la detonación y luego vi que el vidrio estaba agujerado
Original de Alfredo Arrieta
para elpueblodetierra
21 de junio de 2014
Estados Unidos Mexicanos.
Viajo en la parte más alta del turibús una mujer llamada Carmen o Carmela me mete la mano en el bolsillo del pantalón que coño haces Carmen porque me metes la mano Carmen dice que le gusta saber que cosas cargan los hombres en los bolsillo y que cosas vamos a Cargar Carmen meto la mano y le muestro dos boletos del metro tres USB para lo que se me ofrezca, siete monedas, un billetes de veinte pesos una cajita de pastillas para la boca y mis pinches llaves esta bien quedo contenta
El turibús da vuelta por la calle de 16 de septiembre llegamos a la Plaza principal de México, le damos la vuelta, pasamos por el majestuosos Palacio de la nación, después miro de frente la catedral cuanta riqueza cuanta riqueza
Los pasajeros bajamos entramos a la catedral miro despacio me gusta mucho unas personas bautizan a un chamaco le arrojan agua bendita en la tatema el cura habla no sé que cosas en latín latón o lámina acanalada
Carmen no se baja se queda en la parte alta el camión se va sin los pasajeros Carmen asoma la cabeza y me arroja una fotografía la fotografía cae al suelo la miro un instante un pájaro llega la toma con el pico y se la lleva el pendejo ha de pensar que es comida
Llevo a un restaurante a unas personas que tienen los ojos rasgados son japoneses me dicen a señas que son familiares míos sin más averiguación lo doy por cierto se acerca un mesero también japonés nos muestra la carta la miro y no entiendo ni jota pediré un helado con galletas un niño dice que quiere una sopa de dulces está bien al niño tráigale una sopa de dulces el mesero se aleja regresa en poco tiempo trae unas vasitos con unas bolitas de colores nos dice que es chile sintético no puede ser que en otros lados del mundo nadie coma como la gente decente no sé estos comen plásticos
Por aquella calle en donde me golpearon seis niños al salir de la escuela vuelo a regresar camino por la calle Centenario veo que salen de la escuela Tiburcia García un niño güero como de trece años muestra una cara de enojo que hasta los labios le tiemblan le reclama a otro que sólo lo observa parece toro me detengo a la espera de que se lien a golpes no lo hacen ninguno de los dos se atreven a pesar de que se tiene coraje así es la vida unos te odian y otros te quieren los dejo y me retiro
Voy en el asiento trasero de un camión creo que va para Toluca el camión no va lleno somos pocas personas escondida entre mi chamarra llevo una pistola pienso que los voy a descontrolar saco el arma despacio y disparo en el suelo todos saltan escondo la pistola unos señores con aspecto de gentes del sur revisan el agujero que acabo de hacer se dicen entre sí que es un arma calibre 38 estos deben de ser expertos como supieron el calibre se regresan a sus asientos más o menos por la Marquesa vuelvo a sacar el arma apunto al vidrio trasero y hago el disparo el balazo atraviesa el vidrio guardo rápidamente el arma los mismo señores se levantan y observan el hoyo los vidrios están esparcidos por el suelo me preguntan sí no ví al que disparo no señor sólo escuché la detonación y luego vi que el vidrio estaba agujerado
Original de Alfredo Arrieta
para elpueblodetierra
21 de junio de 2014
Estados Unidos Mexicanos.
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