La calle de un pueblo, niña que me saluda.

La calle de un pueblo, niña que me saluda.






















Es el sueño del nueve de junio. Miro el reloj son las tres de la mañana. Pero acá es la tarde.

Camino por la calle principal de un pueblo. Este lugar para mí es nuevo.

La calle mayor es estrecha pasan los carros velozmente. Los carros son manejados por personas inexpertas. Tengo que pegarme a la pared. El que acaba de pasar casi me rasura las pocas nalgas que tengo. Cuando pasa otro que viene de allá pá acá es cuando comienza el lío. Los dos quieren o desean pasar al mismo tiempo.

Como eso es cosa que no me importa sigo adelante.

Voy acompañado de una china de trenzas y vestido floreado.

Le digo a la china que en este lugar debe de ser difícil vivir. ¿Imaginate por ejemplo sí este perro se te lanzara y te mordiera?

No habrían ni médicos ni vacunas. No habría nada de nada.

La china me mira y me dice que sí pero sólo moviendo la cabeza. Cuando acababa de decirle esto el mismo perro que señalé se me abalanza y que me tira la mordida. Lo ví pero no pude esquivarlo. El perro me mordió en el dedo meñique.

Mi dedo comienza a sangrar. Me acuerdo que la sangre sabe rica. Así que me chupo el dedo.

Con el dedo sangrando le digo a la china que voy a ver que puedo hacer.

Camino para abajo. Me encuentro con una tienda. Entro.

En el mostrador hay una gorda que habla como Argentina. Necesito algunas vendas y algo de alcohol.

La gorda me dice que sólo tiene café.

Es que me acaba de morder un perro. Le muestro el dedo.

La gorda toma mi mano y me dice que sí le dejo probar.

¿ quieres probar mi dedo o mi sangre?

Las dos cosas.

Le permito. La gorda abre su boca de pescado bagre y comienza a mamárme el dedo chiquito.

Lo retiro y lo examino.

Parece que ya no sangra.

Es verdad ché.

Le digo que me sirva el café.

El café solo lo vendemos con azúcar. Pues está bien dame azúcar.

La gorda saca una bolsa de dos kilos. Es que sólo te puedo vender la bosa entera. Sí está bien dame la bolsa.

Es que la bolsa cuesta cuarenta y cinco pesos.

Sí dámela.

La gorda me está robando.

Con la zafra que tuvimos el azúcar cuesta diez pesos el kilo gramo.

Entro a una casa que también es nueva para mí.

En el interior hay un mueble de cerámica. El mueble tiene algunas claves que tienes que descifrar. Por ejemplo nadie sabe lo que significa este símbolo extraño. Yo sí lo sé.

Saco mi teléfono quien contesta en el otro lado del mundo le digo que el símbolo dice: Aquí estuvo Hernán Cortes. Como ves.
Es verdad tú si sabes las claves. Me dice..

Entra una niña vestida de blanco. Ella va impecable, huele a azahares. En el fondo hay una cama. En la cama están acostados un hombre y una mujer. Son personas de aspecto vulgar. Ellos me miran y yo también.

La señora vulgar le dice a la niña que me salude. La niña se acerca, me extiende la mano y me dice que se llama Sofía, Cómo estás Sofía. Bien . ¿Y tú como te llamas?.

Yo me llamo Alfredo.

¿Alfredo Kraus?.

No nada más Alfredo.

Detrás de la mamá entra Montserrat cuando tenía siete años. Le digo a Sofía. Mira Sofi ella es Montserrat, es mi hija.

Sofía hace una cara de extrañeza y me dice que no pensaba que los hombres güeros tuvieran hijos….


Original de Alfredo Arrieta
Para el pueblodetierra
Nec spe, nec metu
10 de junio de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.






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