Cohetes humanos, sendero en la India, burócrata corrupta, miradas de odio.

Cohetes humanos, sendero en la India, burócrata corrupta, miradas de odio.


























De momento me encuentro sentado en una barda de adobe.


Debajo de mí persona hay una multitud enardecida. Veo con claridad y eso que ando sin anteojos que traen a un señor de turbante . La llevan a fuerza. Se detienen a mitad del patio y lo atan a un cohete hechizo. El hombre se niega y los insulta en un idioma que no comprendo.Una vez amarrado se acerca otro con una antorcha y le prende fuego a la mecha. El cohete arroja humo y se va al espacio azul llevándose consigo al hombre.

Todos miramos al cielo y vemos con cierto horror como el cohete explota arrojándo pedazos de varas, maderas, papel y restos de ese que hasta hace un rato era un humano.
El espectáculo continua….

Traen a otro hombre. Usan el mismo procedimiento.

Lo atan al cohete. El hombre forcejea, sabe su destino y su futuro. Pero como les dije esto es a huevo.

Lo amarran . Se acerca el mismo señor y enciende la mecha. El hombre atado comienza a mover los pies como sí fueran un rehilete. El cohete no alcanza a subir y explota entre la concurrencia. El fuego se expande a todos . Es decir a los verdugos y a las víctimas. Pienso que ya tuve suficiente y salto de la barda pero para el otro lado.

Hay un sendero. El sendero es amarillo ocre. Veo a un grupo de niños. Uno de ellos marca el camino con una vara. Hace una raya en el sueño y escribe la palabra mar. Le pregunto al niño por el nombre del lugar. El niño me responde que es la India.

Voy a una oficina del gobierno local. Este trámite es de los que me enojan mucho. Me atiende una mujer de pelo cano. Pienso que debe de ser una buena mujer. Pues no. Me equivoqué. La mujer es una corrupta. Me dice que lo que debo de pagar asciende a trescientos y fracción. Le digo que sí. Que está bien. La mujer se lleva mi dinero, la mujer regresa y me trae un recibo. Me mira como para darme el arponazo. Me explica que les debo. La veo fijamente y le digo que no les debo nada. Ella me dice que sí. Saca un papel, escribe una lista de personas. Cuando termina me lo entrega. Me dice que sí no la encuentro a ella busque a estas personas. Todas somos jurisconsultas.

Ahora me encuentro en la tarde de este junio que termina. Entra un prieto de pelo negro que se llama Víctor, Víctor no se qué. Me mira con unos ojos de odio. Pués yo también lo miro con mis propios ojos. Se dirige hacia mi, se detiene a pocos centímetros de mi rostro. Le pregunto cual es la razón por la que me mira con tanto odio?. El tipo me responde que porque le caigo mal. Huu, qué bueno que me lo dices porque a mí tú también me caíste mal. Con el dedo índice le toco el pecho como retándolo. El hombre se engalla y me dice que le caigo super mal. Acto seguido escupe al suelo como con ganas de sacar su machete. Como yo soy más listo o al menos más inteligente le extiendo la mano. El hombre se desconcierta. Me pregunta que sí no voy a sacar mi cuchilo. No. Por ahora no lo voy a sacar. Lo llevé a la afiladuría. Cuando este listo lo traigo y con mucho gusto te lo entierro. El individuo comienza a reírse a carcajadas. Yo también hago lo mismo..



Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
30 de junio de 2014.
Estados Unidos mexicanos.

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