LA NOCHE DE DOS MINUTOS

LA NOCHE DE DOS MINUTOS









En tanto descubro un gato de ojos azules y de pelaje blanco, pienso que la decepción y la amargura de un señor en Guatemala. Este se dedicaba a recolectar chatarra, en esas andaba cuando se desgajó un cerro sepultando a su esposa e hijo. El llora ante la cámara y le pide al señor que uno piensa es Jesús Cristo que le ayude a paliar su sufrimiento. Pero luego rectifica sumido en llanto. El señor es el presidente de Guatemala, le pide ayuda ya que él es hombre de mejor situación y su razonamiento es más grande del que yo pueda tener. Luego se frota los ojos que se han enrojecido de tanto lloro.


La pobreza extrema en Guatemala es gigantesca y no tiene para cuando se pueda resolver.


Luego miro a los hombres inteligentes acudiendo a congresos por todo el mundo, explicando en su sapiencia que la tierra está contaminada, y que hay en este más de 75 millones de gente joven que no tiene empleo. Pero acudiéndo a los resultados prácticos para que te sirve, o para qué le sirve al señor que levanta chatarra que el premio nobel Molina diga que la polución está en el aire, y que la caca se respira, y que los alimentos están contaminados desde el mismo momento en que se sacan de la tierra.


De qué sirve que gentes ilustradas, sentadas y apoyadas en sus nalgas blancas, enjutas hablen y hablen de políticas públicas que nunca aplicarán, de que chingaos sirve a los millones de desempleados que unos inútiles que no saben ni cambiar un foco les vengan a decir que las áreas fértiles y los bosques se encuentran destruídos y que los mares tiene un alto índice de contaminación.



Sirve más el campesino que se levanta a las cuatro am a sembrar los jitomates que la gente inteligente comerá en su ensalada.



Se apaga la cámara y el señor que recoge la chatarra se queda con la esperanza de que el hombre que tiene para comer y vestir se apiade de su persona y si puede de la comunidad. Cosa que no ocurrirá , lo único que recibirá si bien les va serán palabras de lenguas de serpiente……



La noche no me sirvió para nada. Sentí que abrí los ojos casi de inmediato. Me dice el noticiero que Gaddafi ha sido capturado, bien por los rebeldes. Este tipo de pendejos solo vienen al mundo a hacer daño, todo el daño posible.



No sé si te sirva o interese pero en el sueño de anoche del 19 de Octubre andaba volando. Me ocurrió lo que a esos héroes gringos que de pronto son los elegidos porque les cayó un rayo, o inexplicablemente se vieron expuestos a una fuente de energía que venía de otro planeta.


Estoy en un edificio de mármol. Se nota que el mantenimiento es constante, los pisos y escaleras brillan, incluso los pasamanos de latón amarillo dan o emiten una luz que deslumbra.


Voy volando encima de unas personas que van bajando por las escaleras.. Ellos no se dan cuenta, nunca miramos al cielo.


Voy tan rápido que llego casi de inmediato a un salón. Me deslizo y poso una rodilla y después los zapatos. No me percató que a un lado, por el costado hay una vitrina con cientos de objetos de vidrios costosos. Platos, tazas, adornos de cerámicas, vidrios multicolores, lámparas de cristal.



Debido a la velocidad con que bajé, una de las patas de la vitrina se zafó y el mueble se fue de lado y con él las piezas.


Salieron enojadas dos ancianas y me preguntaron si yo había visto al causante de los desperfectos. Les dije que no. No me gustaría verme implicado en tales oficios. Acerté a decirles que una de las patas del mueble se rompió sola. Ellas se agacharon y efectivamente y para mi suerte una de las patas estaba como arrancada o floja.



Les dije a las dos que yo conocía a un señor que les podría arreglar el desperfecto.


Ellas me pidieron que le fuera a buscar.


Llegué a Veracruz más rápido que sí me hubiera echado un pedo. Una vez ahí busqué al carpintero negro.



Salío de un tejabán un señor con sombrero y camiseta. A su estilo de hablar me preguntó que hasta donde había que ir. Le dije que hasta una ciudad al norte. El se excuso y me dijo que no podría ir porque quién le daría de comer a sus cochinos.


Me llevó a las porquerizas y eran siete marranos.

¿ Y sí les dejámos suficiente comida le pregunté?: Huu , nó. Se la comen en un día….


Decidimos pedirle ayuda a una mujer a la que le decían la Chona. Le pagué 500 pesos y ella aceptó gustosa.



Al rato ya andábamos en el salón de la vitrina rota.
El carpintero miró el desperfecto, sacó sus herramientas y dijo que en tres horas el mueble quedaría como nuevo.


Busqué por todas partes los objetos de cristal que estaban desparramados. Resulta que las mujeres los guardaron en un lugar que consideraron seguro.

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetioerra.
Nec spe, nec metu.
20 de Octubre de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.

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