INTENTANDO SALIR

INTENTANDO SALIR.






Primero me encuentro en los más alto de una cornisa. Si miro para debajo de seguro la caída y el golpe serán de muerte.Alguien me grita desde el suelo. Me dice que me aviente de una vez por todas y que intente agarrar un tubo que se encuentra a casi dos metros de mi cuerpo. El tubo tiene grasa. Si lograra agarrarle, lo seguro es que me deslizaría casi de manera inmediata hasta la superficie y mis pies tocarían tierra.


No sé si tú le tengas miedo a las alturas pero yo ahora estoy metido en este brete. No supe ni cómo ni cuando llegué a esta situación. Me encontraba al filo de las once de la noche y estaba dormido. Lo que ocurre es que con los sueños no se puede contar. Siempre son un disparate y este que estoy teniendo no es la excepción.
El tubo se mecía con el aire. Esperé la oportunidad para alcanzarle. En un giro inesperado y motivado por el viento decidí desprenderme de donde estaba agarrado y me lancé. Con las fuerzas posibles tomé le tubo y en un acto casi mágico logré deslizarme hasta el vil suelo.


Una vez abajo comprendí que ahora lo que necesitaba hacer era salir. El sitio no tenía puerta alguna salvo esa que era una muralla de acero. Con clavos mayúsculos. Como no tenía más herramientas que mis manos. Tuve que usar mi inteligencia.


En el suelo había unos globos metálicos. Parecían caracoles de la abundancia. En una esquina un melenudo cantante me dijo que si yo les cantaba una dulce canción los globos comenzarían a inflarse. Si eso está bien, pero cual canción le pregunte: Una que logre despertarles….


Fue entonces que me ví como un bobo. Quien me viera pensaría que yo estaba a un grado de volverme loco o bien que era yo militante del PRD.


Me acordé de una canción que entonaba mi mamá. Milagrosamente los globos comenzaron a inflarse. Cuando llegaron a su limite el mismo cantante me grito que me subiera encima de uno de ellos, porque eran dos o tres.


Como si fuera un árabe del desierto me trepé al globo y comencé mi subida para salir de esa reclusión.

Cuando estaba como a la mitad apareció un gato enojado y comenzó a rasguñar el globo. Una de sus garras alcanzó a darle un llegue y yo caí en un montículo de arena. No pude salir. Había que esperar el sueño próximo……




Original de Alfredo Arrieta
Para el pueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
26 de octubre de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.

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