DOCUMENTO DE IDENTIDAD




DOCUMENTO DE IDENTIDAD


Son las doce de la noche y usted decide ir en busca de un posible destino, así que sale de su casa y decide tocar en la primera puerta que se encuentre doscientos kilómetros más allá. Lleva entre sus cosas una cinta que mide las distancias, una brújula, los consejos de sus abuela, y sus botas mineras aquellas de nunca me verás descalzo. Después de subir lomas, llegara por las veredas, sufrir varios aguaceros, por fin llega. Es una zona con muy pocas casas y construidas con nula calidad en sus acabados.

Pero esto no le importa y se planta en la puerta decidida y da dos toques y medio. Espera que alguien acuda y parece que nada sucede. Usted se desespera e insiste nuevamente. Esta vez los golpecitos son más grandes . Pasan dos minutos y la puerta se abre. Usted se encuentra con la cara de Tere Marín. Ella le sonríe como sin ganas, le dice que le muestre su documento de identidad.


Usted le dice que si puede hablar más recio porque no le entiende nada. Ella garraspea y le dice que para poderlo dejar pasar, debe de mostrarle el documento de identidad. Usted frunce el ceño y le dice que ¿ pa que?. Ella lo mira con desdén y extiende la mano.

Entonces saca de un portafolios, varias copias fotostáticas y metida entre estas aparece su documento. Se lo da. Ella lo mira y le pregunta que ahí no tiene el pelo canoso. Le dice que debería ponerse algún tinte porque así representa más edad. Ella abre la puerta después de comprobar que usted es usted, y que no se parece a nadie, y que sus compañeros son sus fieles animales; chivos y mulas y uno que otro viejo buey…. Le da la bienvenida a un lugar que en la verdad no existe.


Decide acudir a aquella vieja casa en donde habitó su padre allá por Claudio Arciniega. Detiene a un negro que va pasando y le pregunta por el lugar. El black, se toca el pecho y casi a grito pelado le dice que Arciniega no existe es un invento y que ahí no hay nada. ¡ carajo¡ aquí nada es…


Sin embargo encuentra el sitio y sube por una escalera. Es una escalera de granito que debieron de haber hecho en los años 40. Hay otra puerta de lámina oxidada. Lo primero que se le ocurre es tocar como lo haría todo ser civilizado, pero no es así, la empuja de una patada y la puerta cede.

Hay ahí muebles amontonados y cubiertos con sábanas. Descubre un cuadro de Tiziano que es una mala copia que algún pirata realizó. También un gato de cerámica de negro intenso, usted piensa que con una limpiadita el gato quedaría bien en la sala de sus casa. Revisa sin curiosidad lo que puede ver. Tirado y desmarcado un cuadro de López Mateos, un quinqué que no tenia su bombilla, dos macetas y unos muebles cafés, un catre en donde usted se durmió hace 35 años, un reloj que perteneció a Venustiano Carranza, una consola estereofónica que poco se usó, y muchas revistas de Pagés Llergo , un diploma de su abuelo el Brigadier , aquella guitarra madrileña , un chaleco de piel, dos pistolas , una bolsa de plástico con peinetas , un calcetín con monedas extranjeras, un elepé de los Moderen Jazz , un molcajete azteca , su camisa de alacranes , una alcancía de papel maché , su disfraz del zorro , una canción escrita , un bote de pintura , un bombo leguero y una botella de bacardi.
Sabiendo para sus adentros que esto son cosas nada más, sale sin llevarse nada y lo hace porque esas cosas pasaron por su vida y ahora le pertenecen a quién las encuentre.

Ahora se encuentra en una sala de amplitud en donde un hombre gris que era el jefe del administrativo en la Secofi intenta desenredar una madeja de estambre de tono azul. El se encuentra apabullado por no saber por dónde empezar. Voltea para verle llegar y le dice que si podría ayudarlo a acabar con este enredo. Usted le dice que eso es muy fácil, sólo se debe de empezar y para hacer más agradable el rato se debe de acompañar con una canción. El jefe se acuerda de una que nadie se atreve a cantar en público y sin saber cantar y tan desafinado como John Secada , comienza a decir a su manera una canción que nunca había escuchado y que se encontraba plagada de groserías mezcladas de vulgaridades sexuales y sobre todo siempre se le incluía la palabra mierda.



Cuando hubo de terminar la madeja ya no estaba, ahora era una bola perfectamente terminada. El hombre le preguntó sobre la canción al mismo tiempo que le dijo que el grupo norteño de Monterrey Marrano ya lo estaba convenciendo para que la interpretara a todo lo largo y lo ancho del país. Se despide de esta persona que jamás ha vuelto a aparecer en su vida y llega a la casa de su mama en donde se encuentra preparando una festividad. Ahí le dicen que la pachanga será al filo de las doce de la noche, y es ahí en donde la puerca torció el rabo porque cómo chingados podrá llegar si a esas horas de la noche no hay transporte público.
Entonces le dice a Amado que si no se puede ir le haga un lugar en su cama y este le dice que solo tiene tres colchones. Llega la hora de dormir y en lugar de pijama se pone un uniforme de plástico que más bien parece un impermeable justamente del tono de la cortina de su baño. En un tipo de ropa no apropiado para dormir así que busca recortarlo y el resultado es desastroso.


Su madre abre una puerta y llega a la fiesta su hermano el grande. Ahora lo encuentra como si un enano fuera. Le pregunta por sus estatura y él le dice que disminuyó de tamaño porque nunca dejó de tomar y que para consolarse del hecho, ahora se deja la barba como si fuera Demis Roussos.


Terminado su viaje decide regresar con sus propias botas. Marín levanta su mano y le dice adiós.


Entra de nueva cuenta y descubre que mientras usted andaba de viajero del sueño, en Durango una matazón de presos se llevaba a cabo….

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Para elpueblodeletras.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
21 de enero de 2010.

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