Una niña indígena me vende un libro en cien pesos, bailes en Bellas Artes, intento de asalto.

Una niña indígena me vende un libro en cien pesos, bailes en Bellas Artes, intento de asalto.
































Estoy en la afueras de lo que anteriormente se llamaba San Juan de Letrán. Hay un puesto sobre el suelo. Una manta extendida y varios objetos. Una niña indígena balbucea. Me detengo y miro lo que ofrece.

Ella me dice que lleve un libro. El libro está empolvado. Le pregunto que en cuanto lo vende?

En cien pesos.

Hum.

Después paso.

No señor es ahora me insiste.

Y porque ahora?

Porque cuando regrese ya no estaremos aquí.

Lo que sucede niña es que no traigo los cien pesos.

Mejor en otra oportunidad. Le explico.

La niña se pone de rodillas y alcanza el libro. Me lo entrega y me dice que cuando pase traiga el dinero.

Me llevo el libro.

Entro a Bellas Artes.

Me siento en las butacas principales en la luneta.

Está por empezar bailes típicos de México.

Una mujer se acerca a mí, lleva una veladora encendida.

Hace intentos de que tome la veladora.

Ella baila a mi alrededor.

Toma la veladora de nuevo y la coloca en mi pecho.

Siento que me va a quemar los pelos.

Lo extraño es que en este sueño estoy peludo.

En el escenario un grupo nutrido con trajes bellos baila. Puedo incluso sentir sus pisadas sobre la madera negra.

Salgo.

Regreso a la calle para pagarle el libro a la niña.

La niña ya no está.

Comienzo a preguntarle a las gente que pasa.

Nadie sabe nada.

La niña ya no esta.

Me siento cerca de los pegasos.

Abro el libro.

Es un libro de sueños.

Es la historia de mi vida.

Veo fotografías de cuando fui niño.

Y quién se atrevió a publicar lo que me sucedió en este tiempo?


Ahora camino por la sórdida Col Guerrero en la CDMX.

No debo de irme por esta calle. Sé que hay muchos ladrones, y drogadictos. Pero el caso es que ya ando en ella.

Llevo una mochila a las espaldas. Alguien sin rostro me acompaña.

De pronto un fulano se me acerca. Ya sé sus trucos.

El tipo intenta hablarme, sigo caminando como sí no lo escuchara.

Acelero el paso y sigo por un sinfín de callejas.

Hay dos.

Dos calles y dos delincuentes.

Decido que me voy por el primero.

La calle se termina y solo hay una puerta. Entro.

No debí hacerlo esto me lleva a la guarida de los dos.

Me encuentro una tranca.La tomo y salgo. Una mujer me mira como agradecida.

Salgo con la tranca. Los dos cabrones me esperan. Sin mediar palabra los tundo a palos y a la manera de los mafiosos italianos.

Ellos gritan y yo los tundo.

Los dejó mal heridos. Pá que se meten conmigo?



Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
27 de Enero de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.





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