La casa de mi abuela la compró Vicente Fernández, tubos en las alturas, Cineteca, King Kong, feria, aviones, perros.
La casa de mi abuela la compró Vicente Fernández, tubos en las alturas, Cineteca, King Kong, feria, aviones, perros.
Estoy inconforme con esto que me paso. Me informan que debo de desalojar la casa de mi abuela. Y esto porque Vicente Fernández la compró. Camino por los pasillos, luego voy a donde estaba el comedor. Estos han modificado todo. Incluso los muebles que teníamos los aventaron al patio de atrás. En el comedor no hay nada que reconozca. Hay varias personas de aspecto vulgar hablando y bebiéndo.
Ahora camino por esta construcción. En las alturas están moviendo unos tubos enormes.
Un trabajador me dice que tengamos cuidado con los tubos. Y sí son enormes. No bien acaba de decirnos esto cuando los tubos se desprenden. Tomo a una mujer de la mano para apartarla del peligro. La fría también nos acompaña. A ella le grito que se haga a un lado. Los tubos se precipitan al vacío.
Uno de ellos, el primero le pega a la mujer en la cabeza. Le pregunto sí se siente bien?
Estoy mareada . De pronto sus ojos se vuelven azules..
La fría tiene dolor en el pecho. El tubo le golpeó sesgado.
Nos vamos de lugar.
Llegamos a un edificio de fachada dorada. Me dice la mujer con la que voy que sí esta es la Cineteca?
Sí.
En la entrada hay varias estatuas. Todas son de King Kong. Además de una espectacular del mismo chango.
Lo tienen acostado y sujeto por cuerdas. El animal tiene cara de querer zafarse.
Nos dirigimos a un parque. Un pareja decide salirse de la fila. Es muy grande y no quieren esperar.
Nosotros pasamos por un juego de aviones. Le digo de nuevo a la fría que se haga a un lado. Uno de los aviones me pega a mí con su hélice. Veo mi pecho tengo una raya de sangre. La fría me chupa la sangre parece vampira.
Después bajamos una escalinata.
La fría me muestra una bolsa.
En la bolsa lleva un perro cachorro.
Le digo que ya no quiero un animal más. Seguimos caminando.
De regreso a la casa de mi abuela entro a la sala. Les digo que ahí todavía están algunas cosas de mi abuela. Su piano por ejemplo.
Abro la puerta y toco la canción de las bananas.
Un grupo de personas bailan en fila india. Luego entran muchas viejas. Todas se suben a un elevador. La fría es la elevadorista. Aprieta el botón para el segundo piso, la puerta se cierra. La fría se cruza de brazos. Está enojada.
Una vez que terminé de tocar el piano me pongo a ver las paredes de la entrada. Mi abuela la acaba de mandar reparar. Por esta escalinata veo que entra Vicente Fernández, va vestido de traje blanco, lo acompaña Ricardo Rocha de traje negro. Le dice muy sonriente que viene a la inauguración de la casa nueva.
La casa no es nueva. No sé de qué manera la adquirió este charro caguengue.
Vicente se acuesta en un colchón usado. Ya hay demasiada gente.
Por la radio un locutor dice que Roberto Carlos vendió miles de discos.
Vicente se ríe y dice que él ha vendido muchos más.
Yo no puedo hacer nada. La casa ya no me pertenece. Pero lo que sí te puedo decir que no se vale que nadie te despoje. A mí me lo hicieron. No entiendo porque.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
23 de Enero de 2016.
Estados Unidos Mexicanos.
Estoy inconforme con esto que me paso. Me informan que debo de desalojar la casa de mi abuela. Y esto porque Vicente Fernández la compró. Camino por los pasillos, luego voy a donde estaba el comedor. Estos han modificado todo. Incluso los muebles que teníamos los aventaron al patio de atrás. En el comedor no hay nada que reconozca. Hay varias personas de aspecto vulgar hablando y bebiéndo.
Ahora camino por esta construcción. En las alturas están moviendo unos tubos enormes.
Un trabajador me dice que tengamos cuidado con los tubos. Y sí son enormes. No bien acaba de decirnos esto cuando los tubos se desprenden. Tomo a una mujer de la mano para apartarla del peligro. La fría también nos acompaña. A ella le grito que se haga a un lado. Los tubos se precipitan al vacío.
Uno de ellos, el primero le pega a la mujer en la cabeza. Le pregunto sí se siente bien?
Estoy mareada . De pronto sus ojos se vuelven azules..
La fría tiene dolor en el pecho. El tubo le golpeó sesgado.
Nos vamos de lugar.
Llegamos a un edificio de fachada dorada. Me dice la mujer con la que voy que sí esta es la Cineteca?
Sí.
En la entrada hay varias estatuas. Todas son de King Kong. Además de una espectacular del mismo chango.
Lo tienen acostado y sujeto por cuerdas. El animal tiene cara de querer zafarse.
Nos dirigimos a un parque. Un pareja decide salirse de la fila. Es muy grande y no quieren esperar.
Nosotros pasamos por un juego de aviones. Le digo de nuevo a la fría que se haga a un lado. Uno de los aviones me pega a mí con su hélice. Veo mi pecho tengo una raya de sangre. La fría me chupa la sangre parece vampira.
Después bajamos una escalinata.
La fría me muestra una bolsa.
En la bolsa lleva un perro cachorro.
Le digo que ya no quiero un animal más. Seguimos caminando.
De regreso a la casa de mi abuela entro a la sala. Les digo que ahí todavía están algunas cosas de mi abuela. Su piano por ejemplo.
Abro la puerta y toco la canción de las bananas.
Un grupo de personas bailan en fila india. Luego entran muchas viejas. Todas se suben a un elevador. La fría es la elevadorista. Aprieta el botón para el segundo piso, la puerta se cierra. La fría se cruza de brazos. Está enojada.
Una vez que terminé de tocar el piano me pongo a ver las paredes de la entrada. Mi abuela la acaba de mandar reparar. Por esta escalinata veo que entra Vicente Fernández, va vestido de traje blanco, lo acompaña Ricardo Rocha de traje negro. Le dice muy sonriente que viene a la inauguración de la casa nueva.
La casa no es nueva. No sé de qué manera la adquirió este charro caguengue.
Vicente se acuesta en un colchón usado. Ya hay demasiada gente.
Por la radio un locutor dice que Roberto Carlos vendió miles de discos.
Vicente se ríe y dice que él ha vendido muchos más.
Yo no puedo hacer nada. La casa ya no me pertenece. Pero lo que sí te puedo decir que no se vale que nadie te despoje. A mí me lo hicieron. No entiendo porque.
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
23 de Enero de 2016.
Estados Unidos Mexicanos.
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