Fuente, restaurante.

Fuente, restaurante.




























En esta plaza hay una fuente, la puedo ver con claridad. Metido en ella se encuentra el Tony. En este sueño el Tony tiene como quince años, me habla, acudo con él. Me entrega cinco piedritas de jade y ónix. Son para la buena suerte. Ah!.

Me dice que me aleje diez metros y que las arroje a la fuente una por una.
Así lo hago. Comienzo a arrojar una a una las piedras con tan buen tino que todas caen en el agua. Al caer las piedritas el agua salpica ¡

Me dice el Tony que me hice merecedor de cien pesos. Ah sí?

Pués dámelos ¡

Tienes que ir por ellos al Club Deportivo.

Le pregunto la dirección y acudo..



Ahora estoy en la entrada de este Centro.

Un policía de bigotes estilo Tin Tán me mira. Le explico que voy a recoger un premio. Usted es el que arrojó las piedritas a la fuente?

Sí señor ¡.

Ah, casi nadie acierta.

Gira un torniquete y me dice que pase.

Del lado derecho hay un tablero de vidrio. Veo que me tomaron una fotografía arrojando las piedras a la fuente.

En el fondo hay un restaurante. Muchas personas en camisa blanca desayunan. Incluso hay gabachos.

Camino entre las mesas. Hay una que todavía tiene los platos con rescoldos de comida, café sin terminar, y moruzas de pan sobre el mantel. Jalo una silla y me siento. Se acerca una señorita con una jarra de aluminio y me dice más café?.

Sí gracias.

Me sirve café en una taza que otro usó. No le digo nada, con tal de que me sirva.

A un lado mío está sentada Paty mi hermana. Ella desayuna unos huevos con frijoles. Paty me dice que un señor alto greñudo la está molestando. Busco al hombre. Es un pendejo que hace chistes en la televisión y que se quedó anclado en los años sesentas. Le pregunto a Paty que sí quiere que le parta la madre?.

Paty mueve la cabeza afirmativamente.

Me levanto. El hombre también se levanta, gira la mano como despidiéndose y se aleja acompañado de una mujer llamada Nadia Milton.

Unos metros adelante hay otra fuente. Esta fuente no es redonda como aquella. Esta es rectangular.

El Tony está metido en la fuente. Lleva puestas unas botas de hule. Me llama, acudo de nuevo.

El Tony me entrega cinco piedritas de jade y de ónix.

Me dice que las arroje. Que me retire diez metros.

Así lo hago de nuevo.

Aviento la primera piedra y fallo, la segunda y fallo. Así todas las demás son fracasos.

Me regreso a mi mesa. La mesera se acerca, escribe algo en un block. Arranca la hoja y me dice que son cien pesos. Le explico que no llevo conmigo esa cantidad y que además yo no consumí más que café?.

Un señor alto de pelo largo me dijo que usted pagaría la cuenta.

Hum. A ese señor ni lo conozco. Espéreme voy a pedirle a Tony que me entregue los cien pesos que me gane en la fuente anterior. Sí está bien.

Voy con Tony.

Le digo que me pague.

Tony escribe. Cien pesos del premio en la fuente circular menos cien pesos de la fuente rectangular es igual a nada ¡ Estamos?

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
17 de Noviembre de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.





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