KITO EN CHAPULTEPEC.

KITO EN CHAPULTEPEC.





No sé cual pudo ser la causa que me llevó a llevar a mi gato Kito Nacho al zoo.
Lo tomé por su pecho y comencé a bajar unos escalones diseñados para gigantes. Luego hube de saltar rejas verdes y de inmediato me recordé al Tío Herminio que cantaba que las rejas eran verdes nomás para usted.


Crucé una calle pavimentada que me llevaba a una gran jaula. Debo decirles que acudí al zoo en horas impropias. Pués la luna alumbraba más que un foco. Miré el reloj y eran justamente las tres con 30 de la madrugada. Busqué la manera de introducir a mi gato y pude encontrar unos alambres arrancados. Metí a Kito Nacho y ni siquiera le dije adiós.



Luego abrí los ojos y le platiqué a la fría de un caso en Jalisco en donde un señor de 65 años acudió al hogar en donde anteriormente vivía. No supe cuales fueron los motivos por la que se divorcio de su mujer.

Acudió este hombre también por la noche y arrojó por una de las ventanas un bidón completo de gasolina. El señor precavido para que no lo agarrara la policía ingirió previamente un frasco completo de mata ratas.

Luego sacó unos cerillos , encendió uno y lo arrojo. De inmediato más que tarde la casa comenzó a arder y todo lo que había en su interior quedó convertido en cenizas o calcinado. Llegaron los traga fuegos pero nada pudieron hacer por salvar las pertenecías de la ex esposa. Ella apareció y culpo a su marido anterior. Dijo que él era el responsable de su desgracia.



Pasos más adelante encontraron a un hombre que parecía esta conectado al incendio.

De inmediato la mujer lo reconoció y dijo que el señor tirado en el suelo era el causante del incedio y dijo también que era el señor del que se separó. El es el culpable decía mientras señalaba con su dedo. Se está haciendo pato . Los paramédicos llevaron al anciano en una ambulancia. En el trayecto al hospital falleció debido a la dosis extrema de veneno que ingirió.

Por la mañana me entro una especie de culpa por lo que había hecho con Kito Nacho, así que decidí acudir de nueva cuenta a Chapultepec. Era un Chapultepec distinto. Comencé de nuevo a bajar los enormes escalones y llegué a la jaula en donde lo había dejado. Debo decirles que en el interior de esta se paseaban grandes tigres de Bengala, leonas y leones además de un oso negro como ese que anuncian en las botellas de ginebra.
No pude encontrar a mi gato. Supuse que algún felino mayor lo estaba digiriendo. No puede ser… Yo mismo llevé a Nacho al matadero…..

Al filo de las 8 con 22, abrí los ojos y el gato se encontraba echado a todo lo que da sobre la cama……

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
20 de agosto de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.


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