VIAJE AL NORTE, ABEJAS Y CENTAURO.

VIAJE AL NORTE, ABEJAS Y CENTAURO.








He decidido hace un nuevo viaje en esta nocturna claridad, en esta espaciosa noche de marzo. El calor agobia, dicen que es la temporada más alta de todas las que se han dejado sentir.
Debo de esperar con toda la calma el camino será largo.


En un autobús de los denomidados de primera clase viajo , un joven se levanta de su lugar para colocarse más cerca a la vista de la carretera. Se puede escuchar incluso como las llantas van devorando kilómetros y kilómetros. No sé como se llame el lugar. No aparece ningún letrero a la vista. Pero de que voy muy lejos es cierto.

El conductor es un hombre de pelo ensortijado, debe de ser de la costa Atlántica. Maneja con pericia. Más adelante baja la velocidad porque un borrego cimarrón obstruye la pista. Lo esquiva y se desliza por las calles de un pueblo. Se detiene por completo, nos dice que debemos de desayunar. Bajo. Mis ojos buscan al instante algún informe que me pueda indicar en donde estoy. Me detengo en una esquina. En la parte superior hay un letrero mal escrito que dice: En este hogar somos católicos, no deseamos ninguna otra fe. No insista si toca no le vamos a abrir..

Más adelante hay una casa, en su interior se descubren macetas y jaulas con pájaros. La puerta está semi abierta, penetro, busco una silla. Hay tres. En una toma lugar la fría. Esperamos que salga alguna señora, no hay nadie. De pronto se asoma un hombre delgado, de pelo chino, con el tipo de tabasqueño. Su brazo derecho está cubierto de una especie de lodo, el brazo tiene varias capas de lodo. En la mano lleva una especie de molote. Toma su lugar, quiere un café. Se asoma otro hombre, al verle le pregunta si ya hizo su labor. El costeño le informa que ya subió, que tuvo que echarles humo y que las abejas no quería salir del panal. Al escuchar lo que dicen la fría se levanta, me dice que salgamos de prisa, de las manos de uno de los hombres sale un hilo de humo. Si se tardan las abejas comenzarán a salir por cientos y serán picoteados.


Ahora están en una calle, miran el autobús estacionado, la fría comienza a caminar, en los bordes hay piedras de río y maleza verde. Acaba de llover. Suben.

A la mitad de ese camino escuchan un grito largo, parece una animal. Lo escuchan varias veces. Luego se escucha un ruido de patas que chocan con las piedras. Una figura cruza veloz enfrente de mí. Se detiene y regresa . Es un hombre fuerte, lleva descubierto el dorso. La mitad de él es un caballo. Este guei es un ser místico o mitológico.

La fría sigue subiendo. Ella va desnuda solo le alcanzo a ver las nalgas. Siempre me gustaron las nalgas de la fría.

El centauro al verla aguza su ojos rojos corre tras de ella. Vuelve a cruzar enfrente de mi persona. Le vuelvo a ver, para esto el animal, lleva ya el miembro erecto. Se detiene se trepa en la fría y a la manera de los caballos la penetra y la penetra.

Por su parte la fría no muestra señas de desgrado, su cara es de placer. Los ojitos se el hacen pá atrás a cada movimiento del mancebo.

Yo, solamente observo. El centauro termina, se pasa el dorso de la mano y se limpia la boca, luego se va. Comienza a trepar por el mismo camino, da vuelta por una vereda angosta. Más tarde nos vé desde arriba. Acompañan al animal mitad hombre y mitad cuaco un sinfín de personajes, veo a mujeres mostrándo los senos turgentes y con cuernos de borrego o chivo.

Levanto la mano y les digo adiós. No alcanzo a comprender como un anormal se cogió a la fría en mis ojos, ante mis barbas y yo quedé como sí tal cosa..


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec sp, nec metu
3 de Marzo de 2012.
Estados Unidos Mexicanos.

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