Maderos, regándo un jardín, golpes entre dos.

Maderos, regándo un jardín, golpes entre dos.






















Hay una pila de maderos. Sí desde aquí los veo. Son tantos que….
Alguien los apiló.¿ Le pregunto a mi hermano que sí él sabe quién los trajo?.
No.. quién sabe. No lo sé.
El caso es que están estorbando el paso debemos de retirarlos…
¿Y sí le hablamos a los del gobierno?
¿ Para que los quite?
¿Estás pendejo o qué ?
¡Los del gobierno no  sirven para nada ¡.
Después de escucharme mi hermano se trepa a  la montaña  de maderas. Le digo que no lo haga porque es peligroso. Además de los maderos hay leña, muebles destartalados, roperos, mesas, sillas inútiles y demás.
No me hace caso y se trepa. Yo lo miro desde abajo. Los maderos ceden ante el peso y se  caen. Mi hermano queda adentro.
Corro para tratar de ayudarlo. Pasan dos africanos. Les digo a señas que me ayuden ellos entienden. Comenzamos a quitar lo que podemos. No sirvió de nada.  Ahora lo están velándo..

Camino con un grupo de hombres vestidos de traje negro.  Van abriendo puertas de vidrio.  Las que no se abren fácilmente las rompen con un martillo. Yo voy con ellos. Llegamos a un  jardín. En el jardín nos topamos con una nave. Debemos de subir para escaparnos.  Uno de ellos descubre una manguera en el suelo. La toma y comienza a regar el jardín. Arroja chorros de agua a presión. El agua choca con unas lozas. Se descubren unas letras blancas. Me acerco a leer. Dice que  la llave está en otra loza cubierta de tierra. Le digo al hombre me obedece y lanzo el chorro . Sale la llave. La tomo. Corremos a la nave,  me siento, enciendo el motor . El motor zumba. Meto la velocidad y nos vamos… Veo la tierra, veo el jardín, veo el mar, veo el espacio veo todo lo posible, lo que pueda ver…

Me dicen que hay un concurso. Dos hombre se enfrentan. Ellos deben de golpearse despiadadamente  pero sin permitir que se detenga una canción de letra importante.

Comienzan los golpes, se tiran , se sangran. Conozco a los contendientes. Uno de ellos se llama Juan Daniel, el otro Andrés. Se tupen duro. Los miro desde lo alto de un balcón.

Juan Daniel se detiene porque recibió la mayor parte de los golpes. Sube y me dice que es una falta de respeto que no lo haya apoyado.

 ¡ Claro que sí le respondo¡.

 Le dije que desde las alturas le canté la de  veinticinco de diciembre fum fum fum. Pués  no me resultó me dice Juan  Daniel. Me han dado una chinga de  padre y muy señor mío..

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra
Nec spe, nec metu
13 de enero de 2014.

Estados Unidos Mexicanos.


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