BICICLETA, ROSTRO QUE SALE DE MILES DE NARANJAS, TARJETAS







BICICLETA, ROSTRO QUE SALE DE MILES DE NARANJAS, TARJETAS




Antes que nada debe decir que pide disculpas por no haber escrito el sueño anterior. La verdad de las cosas es que el tiempo absorbe y no permite llevar un horario ni para pensar.
Usted va caminando sobre un camino de tierra. El lugar está húmedo y no levanta polvo. Hay piedras rojas y flores. Va con una bicicleta, caminando y tomándola por los manubrios. No es que no sepa manejarla, lo que ocurre es que se cansó de pedalear. Aprendió a usar este artefacto desde que asistía a la Emiliano. Un día le dijo a su mamá que necesitaba el dinero para ir pagando su traje. De esa cantidad tomó una parte e invitó a uno de sus amigos para alquilar las bicis. Escogió la azul, era la que se acomodaba mejor a su estilo. Se trepó y en la vorágine de la velocidad no notó que los manubrios se estaban desprendiendo. Así que fue a caer con todo y sus huesos en la banqueta. Repuesto del golpazo, acudió con el que las alquilaba y al verla destrozada le dijo que tendría que pagarla. No le quedó más que echar otra mentira. Luego de que consiguió los cincuenta pesos, los entregó en la mano del señor hostil.
A la lejanía hay dos hombres que parece conversar. Se acerca con la bici y les pregunta si puede subir el puente peatonal. Ellos le dicen señalando para arriba que puede hacerlo. Sin embargo los tonos que adquirieron sus caras no le convencieron.

Al encontrarse en la mitad del puente estas personas corrieron y comenzaron a forcejear. Le arrancaron la bici, después le patearon. Uno de ellos el más lobo, sacó su cartera. Se montaron en la cleta y se marcharon robándole sin más ni más.

Pasó sus manos por la cabeza, nadie acudió en su ayuda.

Al filo de las trece horas, acudió a un local en donde se encontraban almacenadas como cuatro toneladas de naranjas. Subió por la montaña cítrica y comenzó a revolver. Pretendía escoger las más bonitas. Al meter las manos en el fondo surgió un rostro de alguien . Para evitar suspicacias no dirá su nombre. Este le decía que necesitaba salir al exterior. Quitó lo que pudo y el hombre salió a la luz.

Luego lo pudo ver recargado en un mueble. Le dijo que cometió un error. A nadie se le deben de dejar las pertenencias en vida. Luego corres la posibilidad de que te den una patada en el culo o te causen traición.

Tuvo dos sueños posteriores. El primero se le está olvidando. Del segundo va a hablar:

Saca unas tarjetas y acude a un cajero bancario. Se encuentra con que una persona de sexo femenino está efectuando una operación. Se sienta en un sofá y deja los plásticos en el asiento . Llegan dos y uno se coloca encima y rompe los documentos . Sin pedir disculpas y el otro se mete a huevo entre usted y el poco espacio que hay. Los encara y les muestra las tarjetas rotas. Ellos se ríen y dicen palabras altisonantes. Toma a uno por la cabeza y comienza a golpearlo. El otro se le arroja y le da dos golpes en las costillas. Saca una pistola nueve milímetros y les mete dos balas a cada quién.

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
03 de marzo de 2011
Estados Unidos Mexicanos.

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