Aparato, edificio, señor que arregla zapatos.

Aparato, edificio, señor que arregla zapatos.































La fría esta ensimismada mirándo una pantalla. A su lado hay otra que también emite luz.


Una voz sale de la segunda y le dice que sí tiene a un hombre a su lado. Ella está a punto de decirle pero la voz le impide expresarse. No lo digas con tu voz, sólo escríbe sí o no.

La fría coloca los dedos sobre el teclado y le dice sí. Bueno está bien. Ahora te vas a acercar a él lo conozcas o no y tendrás sexo con él. La fría está educada a la manera tradicional no creo que acepte tal cosa.

Veo que estoy equivocado, la fría en un arranque de audacia se acerca al hombre se le trepa y comienza a besarlo, el hombre confundido por un momento no acierta a decir palabra alguna. La fría le desbrocha el cinturón y le baja los pantalones. Ella se deja llevar. En menos de que te lo cuento los dos copulan. Yo los veo, parecen animales… Sigo leyéndo un pasquín…

Este edifico es nuevo. Por lo regular no sueño con edificios nuevos. Los edificios nuevos no tiene historia. A mí me gustan las casa viejas, me gusta el el escudriñar en sus interiores, pisar sus duelas podridas, ver sus candiles opacos, sus camas y sus sábanas polvosas y abandonadas. Eso me gusta. Este no es el caso.. El edificio es nuevo.

Subo por una de las escaleras. El piso todavía no tiene los acabados que requiere, el suelo tiene yeso en polvo y en pedacitos.

Busco una puerta. Hay una pequeña. No sé si pueda entrar, es tan angosta. Una mujer voluminosa llega y me dice que la deje pasar. Permítame la puerta es muy angosta se puede usted lastimar. Ella me dice que por favor me asome que le diga al encargada de la cafetería que le mande un pedazo de pastel de chocolate. Le hago caso a la mujer y me asomo apenas puede entrar mi cabeza. Una mujer sirve café con leche a unos nórdicos. Le digo que la señora que está aquí detrás de mí quiere un pastel de chocolate.
¿ Cual mujer ?
Saco la tatema y le pregunto a la voluminosa su nombre ¿dice que cual mujer?

Digale que me llamo Isabel. ¿Isabel qué? Isabel Arvide. La periodista ¿ Si así es.


La dependiente me acerca un plato con el pedazo de pastel.

¿Quiere un café con leche? Le pregunto.

Estaría bueno..

Le pido dos cafés , nos sentamos en el piso sin terminar no sin antes mencionarle que nos llenaremos de yeso las nalgas de cada quién. No importa me dice Isabel..

Esta es una avenida grande. Tiene una vía de ida y otra de vuelta.

Un señor de barbas blancas parecido a Walt Whitman arregla zapatos. Tiene un letrero que escribió con tinta fuerte. Además de arreglar zapatos escribe poemas, y arregla tuberías descompuestas,sabe cantar y además toca en banjo.





Muchas personas salen de aquel edificio. Son burócratas. Ellos le llevan sus zapatos. Unos le piden tapas, otros medias suelas y otros suelas completas. Las suelas completas son de madera comprimida. Me dice que sí quiero me arregla mis cacles. Sí creo que sí se los voy a dejar ya tiene un hoyo que cada vez que llueve se me mete el agua.

Me quito los zapatos y se los dejó.

Me voy caminando. Al pisar me lastiman las piedritas con las que me topo. Debo de mirar bien. Las calles y avenidas deberían de ser construídas con otros materiales. No todos tenemos zapatos.








Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
8 de marzo de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.






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