LA ESPANTADA, FOTOS EN UNA MILPA, AGUACERO
























Daban las tres con veinte de la madrugada cuando la florecita me  despertó. Me dijo que la  perseguían. Yo andaba en otro sueño…
Que un hombre la seguía. Ella intentaba escapar. Se refugiaba en una choza. El hombre se asomaba tras los vidrios. Echaba vaho, luego los limpiaba con la sucia manga de su chamarra.


El hombre buscaba algo de florecita. A lo mejor quería romperle el himen.    Empujaba la puerta, pero la puerta no se abría. Fue ahí que yo entré en su sueño….


Le digo a  la muchacha que no se preocupe.  Miró al hombre  y le grito. El hombre no se amilana. Vámos a ver sí no se asusta con esto. Saco una pistola Magnun. La puerta cede. Es un hombre corpulento, parece oso. Me mira como disgustado. Yo no le he hecho nada. Le digo que salga. Que sí no lo hace lo mató.


El individuo viene perdido. Tiene la mirada en otra parte. Le insisto que sí avanza un solo centímetro lo vuelvo a matar. No me hace caso. Se  abalanza contra  de mí. Le meto un balazo en la frente. El oso cae.




Busco a florecita. Ella está asustada. Intento consolarla. ¿Pero?
Vuelve a gritar.  Sale rápidamente y corre y corre. Ella piensa que yo soy el hombre malo que la persigue. Intento alcanzarla pero su miedo es más grande.


Vuelvo a cerrar los ojos….


Me encuentro en  una vía rápida. Camino por la acera. Enfrente de mí hay una milpa. Creo que es el camino que debo seguir.

Anoche tomé tres vasos de agua de tamarindo. Ahora me estoy meándo. Yo no soy de los hombres que se levantan al baño por las noches. Esta es por única ocasión.

Salgo en la oscuridad. Busco la taza, levanto la tapa y me meo de pie.  A veces pienso que los hombres deberíamos de mear sentados como las chicas. Así ellas no tendrían queja alguna porque dejamos orinada la tapadera..







Me decido y entro en el maizal. A medida que voy andando miro que clavados en el suelo hay imágenes de Alexia. Con sus lentes cafés. No sé quién o quienes hayan podido hacer esto.

Logro cruzar del otro lado. Hay un río….

El río tiene partes bajas por las que se puede cruzar sin mojarse.

Me dicen que un individuo me ofrece una labor…

Le busco. El tipo me dice que me paga un salario mínimo por cuidar su almacén. Es ahí  que pienso que no tengo porqué ciudar las riquezas de otro y hacerlo más rico. Que se cuide él solo. Rechazo su oferta..

Me encuentro  de nuevo con florecita. Ella  viene acompañada de Alicia. Al verla le pregunto  como ha estado. Alicia me responde que bien. Le  vuelvo a  preguntar sí  sigue teniéndo hijos a granel. Ella se apena y me dice que sí. Desde  1982. Un hijo por año…

¿A poco una mujer puede tener más de cuarenta niños? Quién sabe. Voy a averiguar cuántos hijos puede tener una femenina en toda su vida fértil..




Florecita me dice que sí le traje las pechugas de  pollo?.

Claro. A mí no se me olvida nada… Es mi respuesta.

Me pongo de cuclillas y le digo que me tengo que tomar una Coca Cola. Casi mágicamente se aparece en mis manos. Florecita me dice que tenga cuidado con estos refrescos. Una mujer acaba de morir por consumirlos. Sí ya lo sé. A mí me han dado hasta thé de moscas alazanas y no me he muerto todavía…



Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
25 de febrero de 2013.
Estados Unidos Mexicanos.




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