EL AMO DE TODOS.

EL AMO DE TODOS.






Usted recibió un mensaje. Llegó en un sobre cerrado y con una especie de lacre. Esas cosas ya no se ven por estos lares. El mensaje apareció por la madruga, alguna mano mensajera la dejó.
En este decía que usted debería acudir a un bar situado en la zona más elegante, el sitio en donde hacen reunión los elegidos del dinero.

Le mostró el papel a Eduardo. Este tenía solamente 14 años. Esperaba que tuviera una respuesta. Leyó pacientemente y dedujo que irían los dos.

Tomaron un taxi pintado de rojo. El conductor parecía árabe.llevaba un trapo en la cabeza parecido a a los que usaban su mamá en la cocina.

Se estaciónó en el bar y entraron. Lo primero que notó fue que en todos los lugares, en las esquinas precisamente había cámaras.

Dos jóvenes tomaban y agarraban cacahuates y nueces. Por el sonido local se escuchó una canción moderna de estilo catalán. Los muchachos comenzaron a cantar. Una mujer delgada dos metros más allá, comenzó a bailar, movía el cuerpo mejor que un reptil.

Ustedes dos tomaron lugar en donde había sillones mullidos. Eduardo llevaba el sobre metido en un folder.
Enfrente de ustedes dos señoras senectas, les miraban. Una de ellas se levantó y les preguntó que hacían en ese lugar. Les preguntó si eran socios de bar. Usted quiso responder pero Eduardo se le adelantó. Con habilidad les dijo que traían un sobre y que el amo de todos los había citado.. Ah¡. Respondieron ellas. La de más edad entrecerró los ojos y les dijo que esperaran un poco..

No tuvieron tiempo de terminar su bebida cuando una de ellas se asomó por un elevador, levantó su mano y les dijo que acudieran.
Eduardo se levantó primero, usted le siguió. Entraron al OTIS , la mujer salió y les dijo que oprimieran el botón del último piso.

Al ver el tablero descubrieron que el edifico era altísimo. 243 pisos, casi casi llegaba al cielo. Le dijo a Eduardo que en la antena del mismo se debían de zurrar las águilas…

Para amenizar los segundos le dijo a Eduardo que era curioso que les hubiera mandado llamar el amo de todos. Se sabe en la jerga popular que a casi nadie le llama. Le dijo que alguna vez leyó que al llegar al último piso. Caminarían unos paso, después entrarían a otro y subirían. Al término, entrarían a un cilindro de metal que correría a velocidades fantásticas, que atravesarían la tierra de polo a polo. Eduardo le miraba como si quisiera exprimentar ese viaje.
Un hombre vestido de casimir, les dijo sin palabras, solo con ademanes que entraran en el cilindro. Se metieron, cabían perfectamente los dos, acostados a pleno. En movimiento ligero se hizo, hasta que alcanzó la velocidad de match uno.

Sin comprender aún lo que les había ocurrido e incrédulos de sí estaban del otro lado del mundo. Intentaron descender pero la puerta del aparato no se abrió hasta que se le apagaron automáticamente los focos…

Caminaron, llegaron a otro restaurante. Este era parecido a los emporios gringos, el lugar en donde contratan a las personas por míseros salarios y los exprimen hasta casi casi sacárles el excremento.
Subieron por unas escaleras en línea . Eran escaleras automáticas que llevaban personas de uniforme blanco.

Por unas bocinas se escuchó una voz que decía palabras para someter a todos, eran palabras suaves que al escucharlas, las personas se domesticaban fácilmente, las palabras llevaban una droga escondida. Que convertía a los seres en esclavos del amo de todos.


Abrieron una puerta de cristal azul que lograba desplazar los rayos solares. Entraron a un patio descuidado, piedras y tepalcates rotos, ramas y follaje que no se había limpiado en años.

También se toparon con tres perros embarrados de lodo grasiento. Los animales se acercaron, les olieron, ninguno daba muestras de fiereza, sus ojos se fijaron insistentemente y les condujeron……

En la escalera de caracol, de fierro colado también había basura. Llegaron al tope. Por una ventana cerrada se mostraron los rostros de unos niños. Lograron atizbar en su interior. Un hombre con aspecto de ranchero, con botas de punta, buscaba alguna cosa en su cajón. Dejó de hacerlo cuando les miró. Abrió la ventana, sacó varias viboritas de todos colores. Les dijo que tuvieran cuidado si les picaba la azul y plata lo más seguro era que morirían.


Eduardo le dijo que buscaban al amo de todos.

El hombre le hizo una seña a los infantes y les dijo que regresaba al rato.

Fueron caminando detrás de él… Casi en la punta, abrió un portón . Les mostró una oficina. En un momento está con ustedes….

Ustedes esperaban un hombre de carne y hueso….

Sin embargo en los sueños todo puede ser….

Un hombre mitad hombre y mitad víbora se hizo presente.. Yo soy el dueño de todo les dijo con una voz chillona. Yo soy el dueño de todo. Aquí y en todo lugar no hay Dios que mande…

Estaban por responderle cuando el dueño de todo les mostró un baúl con miles y miles de dólares. Tomen lo que deseen. Es de ustedes……Sus rostros cambiaron de expresión, de retadores se convirtieron en sumisos…

Sin decir nada comenzaron a llenar en sendos costales los papeles valiosos…

Al salir les preguntó?....

¿ Quién es el dueño de todo?.....

Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
26 de febrero de 2012.

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