Escaleras con azulejos, gato con pulgas, cuentas en un cel, pelón de ojos azules, casita barco, niños estopa, perros que muerden ,instalación de cable ,cama burro, mujer anciana que quiere comprar vestido casita barco de regreso.

Escaleras con azulejos, gato con pulgas, cuentas en un cel, pelón de ojos azules, casita barco, niños estopa, perros que muerden ,instalación de cable ,cama burro, mujer anciana que quiere comprar vestido casita barco de regreso.





































Puedo ver a la perfección esta escalera. Me gustaría alguna vez en la vida o en los sueño poder hacer una igual.

El albañil trabaja de manera sorprendente. No se le quiebra ningún mosaico. Puede que sí lo intento y perseveró quizá lo logre. Por el momento me conformo con mirar como va colocando las piezas una a una. La escalera toma forma y a medida que trabaja va a apareciendo una serpiente que va para arriba como arrastrándose. Es perfecta.


Este gato me mira. Tiene los ojos y la mirada profunda. Me mira de tal manera como diciéndome que lo bañe. Cosa extraña porque a muchos gatos les desagrada el agua.

Lo tomo en mis brazos y descubro que le corren por todo el pelaje cientos de pulgas. Lo dejo en el suelo.

Tengo en mis manos un celular. Hago cuentas. Son numerosas. Cuanto he gastado en la vida?

Cuanto he comprado? De qué me ha servido todo esto? Cuantas cosas he tirado a la basura? Cuanto dinero gasté? No tengo ni la más remota idea de cuanto ha sido.

Este pelón de ojos azules me mira como divertido. No sé que le causa esto. Estoy a punto de preguntarle.

Mejor lo dejo. Es posible que con este temperamento que traigo en estos momentos termine el calvo con un ojo morado. Lo dejo y me voy.

Ahora estoy en una estación. Hay locales comerciales bien abastecidos. En lugar de calles hay canales por donde pasan ciertos vehículos.

Una casita barco se detiene enfrente de mis pies. Unos niños la manejan. Me dicen que suba. Ellos me llevarán a la casa de mi abuela en México.

La casita barco avanza lentamente. Veo en las aceras que la gente también abusa y andan en bicicleta sobre las aceras. En los sueños tampoco hay educación?

Camino por una vereda. La vereda está polvosa. Hay siembra de maíz.

De pronto aparecen un grupo de niños. No son niños naturales. Estos son de estopa. Los niños están sucios. Se acercan a mí pidiéndome de comer. No traigo nada niños, quizá en el regreso me acuerde de ustedes y les traiga algo.

Los niños se meten entre el maizal y se van.

Me salen unos perros salvajes. Estos intentan morderme en las corvas. No los dejo y les tiro de patadas. Esto enfurece más a los perros. Uno logra alcanzarme. Me saca sangre. Llega un niño estopa . Se arranca un cacho del brazo y me lo dá para que me lo ponga en la mordida.

Ahora estoy en el patio de la casa de mi abuela.

Necesito colocar este cable para pasar corriente eléctrica.

Me subo en una escalera y lo voy colocando en la parte de arriba de la pared.

Me está quedando bien. Engrapo el cable y sigo.

Después de varias horas. Descubro que el cable no me alcanzó. No lo quiero unir porque esto puede provocar un corto circuito.

Le digo a un señor chaparro que mañana lo tendré que quitar y poner el cable de este lado. Lo que sucede es que no tomé las medidas adecuadas y me salió mal.

La fría está planchando. Tiene un burro de color azul.

La fría me mira y yo la miro también.Mientras plancha una camisa o blusa.

Entra una mujer anciana. Le pregunta por los vestidos de una colección.

La fría le dice que esos vestidos no le quedarán porque es para mujeres esbeltas. La anciana reacciona y le responde que ya bajo de peso. Me pregunta como sí a mí me importara: Verdad Alfredo que bajé de peso?
Sí como quince kilos.

La mujer intenta ponerse un vestido para las esbeltas. Se lo mete por la cabeza. Es un vestido con cierre. De reojo y accidentalmente le veo las nalgas. Hu pues lo que sea de cada quién todavía tiene buenas nalgas esta mujer.

El vestido no le queda, se lo saca y lo arroja a la cama.

Regreso a los canales. Espero la casita barco.

La veo venir.

Ahora la maneja un señor de pelo amarillo.

Cuando se detiene me dice que no puedo subir. Quizá más al rato que bajen algunos pasajeros.

Pero puede agarrarse de los palos de atrás. Me arrojo al canal. La casita barco avanza formando unas olas,yo voy agarrado a los palos y pataleando.

Al rato en otra estación la casita se detiene. Baja un judio. El señor de pelo amarillo me dice que puedo subir.

Me meto como puedo. Curiosamente aunque estoy de complexión natural entro perfectamente en la casita.






Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblo de tierra
@palqueseva
12 de Junio de 2016.
Estados Unidos Mexicanos..




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