Padres e hijos extorsionadores, Plaza en Oaxaca, iglesias y monumentos en Av Revolución y Escandón, Trece mil pesos.

Padres e hijos extorsionadores, Plaza en Oaxaca, iglesias y monumentos en Av Revolución y Escandón, Trece mil pesos.
































En tanto voy caminando se me acerca un grupo de mozalbetes. Estos me piden dinero. Nunca he podido escaparme de que la gente me pida dinero. Ni que fuera el Banco de México.

Les hago señas de que no les daré nada.

Los mozalbetes se tiran al suelo y caen como sí les hubieran echado flit.

Un señor me dice que me vaya lo más rápido que pueda porque vendrán los padres de estos chicos. Y todos ellos los chicos y los grandes son extorsionadores.

Hay un Volks Wagen estacionado en esa contra esquina. Me subo, enciendo el motor y me voy. Los mozalbetes se incorporan, toman piedras y me las arrojan, luego veo por el espejo retrovisor que viene una turba. Seguramente son los padres. Todos estos parecen hindúes.

No lograron sacarme nada. Ni intenciones tenía de darles.

Ahora me encuentro en esta Plaza. Veo una iglesia hermosa. Está hecha de ladrillos rojos y acabados estupendos.

Dos ancianos comen un caldo de no sé qué.

Según esto estoy en Oaxaca pero a mí me parece Chiapas.

Un nativo me platica y me dice que anteriormente en el pórtico de la iglesia se ponían varios borrachos y se la pasaban hablando. Cuando estaban borrachos se insultaban y luego comenzaban a golpearse. Hubo varios muertos.

Y el padre no les decía nada?

Pos sí les decía pero ellos borrachos no les importaba. Además eran parientes del presidente.




Este carro va despacio sobre la Avenida Revolución. En medio de esta hay varios monumentos. Les tomaré fotografías. A quién conduce le muestro que traigo miniaturas de estos monumentos. Pero que quiero tomarles fotos en grande.

Si está bien.

Más adelante sobre la misma avenida hay más. Estos están casi esquina con primero de Mayo. Que bellezas. Buena idea.La avenida se abre y pasa uno a los lados.

Estoy contándo dinero. Son billetes de cien pesos. Los cuento una y otra vez hasta que llego a la cantidad de trece mil pesos.

Quiero estar seguro de que sean trece mil.

Esta gente se sienta al lado mío. No quiero que me vean contándo dinero. Pueden ser ladrones.

El dinero lo conseguí para dárselo a Lizbeth Carolina. Anoche la soñé.

Camino por una de las calles de Tacubaya cerca de once de Abril.

Allá más adelante veo un carro Ford Mustang del año sesenta y ocho. Lizbeth está al volante. Una mujer más joven la acompaña.

Me acerco al vehículo, la guera ni voltea, le entrego el sobre con el dinero. Ella lo toma, mete velocidad y se va. Ni las gracias me dio..


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
11 de Diciembre de 2015.
Estados Unidos Mexicanos.






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