Una fotografía en un libro, corriguiendo una carta, casa que se incendia, un hombre coloca un papel sobre la puerta de mi casa.

Una fotografía en un libro, corriguiendo una carta, casa que se incendia, un hombre coloca un papel sobre la puerta de mi casa.







































Voy hojeando este libro pacientemente, es decir no tengo prisa. En la pagina 70 hay una fotografía en blanco y negro.

Están sentados sobre una carreta muchos niños, algunas mujeres y tres perros.

Minuciosamente veo los rostros. Esta imagen debió de ser tomada por los años sesenta. No sé en que lugar.

Les digo a los presentes que por acá sentada con su vestido blanco, sus calcetas y zapatos del mismo color está Patricia. Mi hermana. De chiquilla. No tiene más de siete años.

También descubro un poco más a la derecha a mi mamá. Ella va vestida de traje sastre y en esta ocasión se hizo una cola de caballo.

Quiero esa foto¡

Los presentes me preguntan que sí es mío el libro?

No no es mío, pero lo puedo comprar.

Nadie te lo está vendiendo.

Como los veo negativos saco mi cámara y en directo le tomo una foto a la foto. La reviso y salió bien.

Salgo.

Hace tanto tiempo que dejé de usar máquina de escribir que ya no sé ni como.

Le pregunto a Juan Manuel que me explique de nuevo como carajos se usa este artefacto?

Quiero que las letras queden uniformes y no lo logro…

Yo soy un hombre precavido para los peligros.

Mucho tiempo les dije que era peligroso jugar con el gas y los artificios en el cielo. Ellos no me hicieron caso y ahora estos son los resultados.

La casa se está incendiando. Lo puedo ver con claridad. Yo estoy de pie pero del otro lado del río.

Solo les aviso que corran e intenten apagar el fuego. Veo que ahora no están indiferentes. A mi primer llamado salieron asustados. Todos llevan cubetas, se inclina al río , las llenan y después corren y arrojan el agua.

Es inútil el fuego se expandió y se devoró todo.

Se los dije.. se los dije…

Ahora deberán comenzar de nuevo.

Le dí una manita de pintura a la puerta de mi casa.

Ahora debo de esperar a que se seque para aplicar la que sigue.

Bajo a un patio. Llevo un aparato que reproduce música.

Con un solo click y a la distancia puedo escuchar mi voz. Estoy cantándo una canción amorosa. La canción vuela por los aires y se mete en todas las casas, en todas las casas de todas las mujeres. A alguna le gustará y sí no pués ni modo..No estoy para agradar.

De pronto veo que un cabrón que detesto se para enfrente de la puerta de mi casa. Saca un papel de regular tamaño y lo coloca con un clavo. Esto me molesta porque la pintura está fresca.

Dejo todo y subo.

El hombre antes de irse se ríe de mí con sorna. Solo le alcanzo a gritar que me las pagara¡

Llego a la puerta y como puedo quito el papel que ya se ha pegado.

Entro enojado, busco un cartón bien grande y escribo: Ayer en la tarde besé la flor del clítoris de tu esposa, sabe bien¡

Con el cartón escrito subo hasta su piso y lo clavo de tres golpes, precisos..

El efecto fue demoledor. Escucho gritos, golpes, platos que se rompen.

Entro a mi casa y cierro. La puerta se encogió.

Una mujer vestida de blanco se asoma. Le pregunto cual es su deseo. La mujer con un velo en el pelo me dice que es mi tía y que vino del más allá a visitarme.

Original de Alfredo Arrieta
Nec spe nec metu
30 de agosto de 2015.
Para elpueblodetierra.
Estados Unidos Mexicanos.







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