Cantando una canción de España, un amigo preocupado por saber de qué vivo, comprándo vestidos finos a una niña rubia que es mi hija, camarones y Ana María.

Cantando una canción de España, un amigo preocupado por saber de qué vivo, comprándo vestidos finos a una niña rubia que es mi hija, camarones y Ana María.





















En una de esas tardes plácidas en donde el sol se va ocultando me encuentro en una habitación pintada de blanco. Sin que nadie me lo pida o me indique tomo la guitarra y canto una canción de España. Lo hago con tal habilidad que los cuatro ojos que me contemplan se quedan asombrados. Oiga señor me dijo la entusiasmada. Esa canción tan bonita es de usted?. Sí y también es tuya.

Después de que la he cantado descubro que han puesto los aparatos a grabar. Un señor cara de chino entra a la habitación y me dice: Señol Alfredo ya está la grabación, sí quiere ir usted para que vea como quedó?

Cual grabación le pregunto al chino.

La suya señol Alfredo.

Dicho esto salgo para ver el apararto. Es un aparato del tamaño de una pared con múltiples foquitos que se encienden y se apagan constantemente.

Aprieto un indicador y casi de inmediato veo un anuncio de jabón. Más adelante salgo yo cantándo la canción de España.


Que le palece señol Alfredo?

Que me parece que?

Le gusta?

No estuvo mal.

Pués mile señol Alfredo ya salió usted en los periódicos.

Ah sí?

Y qué dicen los periódicos?

Que les palece que usted canta con sincelida.

Nomás esos dicen?

Si nomás, pelo pala qué quiele más?

Con sel sincelo basta no señol Alfredo?



Entra a mi casa mi amigo Cuauthémoc.

Se sirve un vaso con agua y me dice que está muy preocupado por saber de qué vivo. Que sí tengo algún ingreso.


Pués no que quejo, han pasado tantos años desde que los mandé a la chingada y ya me miras sigo en este mundo cruel.

Acto seguido saca unas chinches de colores, chinches grandes y redondas. Las clava sobre un petate que yo mismo puse en la pared. Y porqué clavaste un petate en la pared en lugar de colocarlo en el suelo para dormir?
No sé Cuauthémoc fue una idea, nada más..

Tocan a la puerta.

Le digo a Cuauthémoc que me espere. Doy siete pasos que son los justos para llegar. Abro y me encuentro con una niña de cinco años. Es una niña rubia con dos trencitas,y dos listoncitos.
Dice mi mamá que por favor me lleves a comprar vestidos a la tienda. La niña me entrega una tarjetita. La leo:

“ Esta niña es tu hija cabrón y es hija mía!.

Como veo que nunca te preocupas por ella, pués te la mando. Cómprale ropa y si puedes zapatos. No seas un hombre desobligado ¡

Después del regaño merecido o no. Regreso con Cuauthémoc. . Le digo que tengo que salir al centro para comprarle ropa a la nena.


Es tu hija?

Sí eso dicen.

Y como no va a ser sí tiene toda tu cara.

Bueno pués.

Salimos..

Cuauthémoc se va por su lado y yo camino con mi niña.

Entramos a una tienda para chiquilines.
Le pregunto a la dependienta que necesitamos unos vestiditos en todos los tonos y colores.

La dependienta nos muestra muchos, mi niña se los prueba, le compro siete. Los vestidos son primorosos.

Al salir, veo un carro estacionando. Es su mamá, la guera. La niña corre hasta ella y le dice: Mira mamá, mi papá me compro siete vestidos y unos zapatos de charol que brillan con el chispazo del sol ¡.

Sí está bien, anda súbete.

Mi niña se sube , la mamá mete velocidad y me grita: Hasta luego ¡..

Hay tres bancos altos. Bancos de fierro cromado. Enfrente de nosotros una gran charola con enormes camarones.

Me dicen los dos que me acompañan que se les antojan. Si que más quisiera pero no tengo dinero que pueda comprar esas delicias del mar.

Ana María me dice que no me preocupe que ella trae. Si ya sé que tú traes pero el caso es que no acompleto y le muestro cinco billetes de veinte pesos. Vamos a comer me dicen.

Ana María mete las manos a la charola y agarra los que puede. Se los mete a la boca y come.

Espérate Ana, no seas tan tragona, te vas a empachar. Ana no me hace caso y sigue y sigue.

Nosotros somos más moderados y comemos poco, despacio, para degustar.

Un mesero nos lleva una botella con vino. Es de la Rioja nos dice. Luego nos sirve en unas copas. Ana María toma la botella y se la empina. En diez minutos está borracha. La mujer borracha de ojos azules.. Me dijo el otro que me acompañaba.





Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
28 de Septiembre de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.










Comentarios

Entradas populares de este blog

LA BRUJA - Letra