Enfrentados , acudir con la maestra de una niña.

Enfrentados , acudir con la maestra de una niña.




















Hay dos bandos. Unos se encuentran en la parte alta de esta escalera. Los otros miran desde abajo. Se dicen de todo. Aquí por lo que veo se acabaron las palabras. Y ya sabe usted que cuando se acaban los acuerdos y las palabras comienzan los golpes, después o los cuchillos y las pistolas. Más adelante los muertos.
El que parece el líder me grita con todas su ganas. Me dice todo lo que se le ocurre. Yo como no estoy manco también le grito. El escándalo es cada vez mayor.
Yo soy una persona que medita antes de actuar pero en este caso pienso que este señor necesita una lección y como yo soy una especie de maestro pues se la voy a dar.
Subo los escalones. Llevo en las manos dos cuchillos. Uno chico y el otro grande. Cuando estoy enfrente del que me insulta le hago una rasgada en la tetilla izquierda. Veo como le brota un hilo de sangre.


El hombre enfurece y se abalanza en contra mía. Yo no le doy tiempo y le meto el cuchillo grande en el estómago al mismo tiempo que arrojo espuma del coraje. Le grito mientras cae: A mí ningún hijo de su puta madre se mete conmigo. El hombre cae con los brazos abiertos..

Tomo una clase en aquel antiguo salón. Un periodista que antes me caía bien pero que ahora me cae atravesado dice a los demás que no es posible que esta niña esté aquí. Son más de la media noche y nadie ha venido por ella. Otro. Un metiche nos informa que es la maestra quién debió haber venido por ella. Pero que la maestra es muy parlanchina se le debe de haber hecho tarde.Pues entonces vamos por ella dice el periodista. Debemos cantarle las cuarenta a esta mujer.
Salimos todos vamos corriendo por una calle. Me acompaña un amigo que usa bastón. Vamos de prisa.
Llegamos a una escuela. Nos encontramos a la dichosa maestra. El periodista le reclama. La maestra lo mira con ironía y le dice : ¿ y a ti quién te mete viejo panzón odioso?

El periodista no sabe que decir. Quizá nunca le habían dicho lo que era. Pero todo tiene su tiempo.

La maestra lo manda al carajo y se lleva a la niña. En el camino se encuentra a una señora. Le dice que ya tiene su dentadura lista que se va a ver bien bonita. No es bueno estar chimuela.
Acto seguido se agacha y busca en una bolsa del mandado un envoltorio en papel servilleta y saca los dientes de la señora.
Original de Alfredo Arrieta

Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
18 de febrero de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.

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