LUNARES NEGROS, CELEBRACION , REVISIONES,MOTOCICLETAS Y MUJER AUTOCTONA.

LUNARES NEGROS, CELEBRACION , REVISIONES,MOTOCICLETAS Y MUJER AUTOCTONA.




En los tiempos de Fox Quezada alguien de este gobierno que debió ser la SEDESOL, explicó que desde ese momento la pobreza tendría varias clasificaciones. Por ejemplo sí usted tuviera en su cuartucho un foco alumbrándole entonces no sería pobre del todo, aunque las tripas le estuvieran gruñéndole de hambre. Si no sabía leer entonces usted sería un pobre en educación. Así la pobreza que es solamente una y que se da en las sociedades de bajo desarrollo y en donde sus autoridades se la pasan disponiendo de los presupuestos a su favor y realizando cero obra social que pudiera sacar de la miseria a más de la mitad de la población. Fue entonces que me dijo Tristán que la pobreza debiera clasificarse en clase baja alta, clase baja media y clase baja baja.


El hambre señores no tiene clasificaciones pomposas. El hambre es el hambre y ya.


Otros inteligentes también sacaron sus clasificaciones y explicaron que hay personas que viven en situación de calle. Que infelices girasoles.


Dice el demonio de Tazmania con su cara de cínico que los asentamientos de pobreza en la ciudad de México son lunarcitos negros. Estos señalamientos en lugar de ubicar la pobreza tal y cual es, solo logran humillar más a estas personas. Y no digo más porque me voy de la boca y no respondo….


Apaleado de tanto ir de aquí para allá y de allá para acá, de cargar costales que pesan como la chingada, decido acudir al sueño del dolor que me saque de esta realidad que ya no está significando nada.


Mi padre se encuentra en una celebración. Ahí lo tienes como siempre, presidiendo una reunión de señores que intentan o dicen que arreglarán la situación de penas y hambre en el campo mexicano. En las mesas dispuestas hay carnes de todo tipo, bebidas las que quieras. Música de las diferentes regiones de Guanajuato . En una esquina conversando puedo ver a Ramiro Navarrete Picón, a un padrecito que desde que me conoció me dijo Alfredito , y a ese otro que se apellidaba Tostado. Desde ese tiempo del sueño se escuchan canciones alusivas a la violencia del mexicano que al cualquier enfado ya se está agarrando a golpes y si puede a usar el machete o cuchillo.

Mi padre lleva su paliacate enroscado en el cuello. Su cara como siempre de tonos rojos. Recuerdo en ese sueño que siempre y sin faltar me enviaba a comprar a diario una botellita de Bacardí, para hacer estómago. En esa ocasión, me sirvieron en un jarro un tipo de mescal de la sierra De Guanajuato que pegaba y dejaba en el suelo al más macho.


Posteriormente a esto me encuentro con este dolor. Ya me está cansando. Cuando tenía veinte años andaba como chivo por la loma. Ahora me duele todo, desde el culo hasta el corazón.


Para variar en la ciudad del mejor , o del insuperable o el non plus, me dicen que ayer tarde, unos individuos persiguieron a un ex militar en Ignacio Zaragoza, este dicen que intentó defenderse pero su pistola se atoró. Los deplorables le metieron cinco balas.


Así que tomó nuevamente mi cobija de león y vuelvo a penetrar por los caminos del dormir:


Considerando que para todo te revisan. Y que para todo hay inspectores que todo revisan y a todos chingan. Puedo ver que un policía con cara de perro y calvo, le pide a un señor los documentos que acrediten que es dueño del carro de supermercado . Este le dice que lo recibió de parte su abuela hace muchos años y que no sabe su origen.


Para no meterme en embrollos decido pasar rápido. Enfilo mi carro de víveres y subo los escalones del puente cochino. Estos pendejos al rato te van a solicitar el permiso para respirar y otro para que puedas zurrar.


Bajo el puente y me dirijo a un local en donde arreglan motocicletas. Un hombre de barba tupida se acerca. Me pregunta si necesito algún arreglo a mi cuatro ruedas. Le explico que solo intento eludir la revisión de los cerdos. El hombre ríe. Me dice que me compra mi cacharro o parte de este. Señala unos fierros que hacen de contenedor. Le digo que sí. Luego me entrega dinero y también me entrega una motocicleta.



Subo por unas paredes porque la moto tiene en las llantas succionadores que me permiten trepar por todos lados.


En la cima de esa pared me detengo. Una mujer con cara de actriz autóctona me pregunta que hago en esa pared. Hablo para decirle que debo bajar pero que no encuentro una salida. Ella amistosamente me dice que baje despacio y que me señalará la calle. Así lo hago y paso entre sus cuartos. Me acompaña hasta la puerta y se despide de mano.


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu.
21 de mayo de 2011.
Estados Unidos Mexicanos.

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