MILONGA SURERA



MILONGA SURERA

Atahualpa Yupanqui.


El sol ya se iba ocultando por detrás de una tapera, y se veía en la tranquera a una chinita llorando.

La pobre estaba esperando con desconsuelo infinito, despedir a su gauchito al dueño de sus amores que en el cuartel de las flores lo sortearon de conscripto.
El campo en ese momento de indefinible tristeza, pregonaba su grandeza a lo impulsos del viento.
Jamás ningún instrumento podrá expresar en canción a que hora de la oración nacen aquellos murmullos que brotando de los yuyos desgarran el corazón.
Juan llegó muy bien montao y como paisana ofrenda, para halagar a su prenda hizo rayar al tostao.
Fuerte abrazo y apretau, le dio luego a su Malena bajo la noche serena, no llores mi alma le dijo porque yo también me aflijo y así aumentamos la pena.
Una estampa bendecida de la virgen de Luján le dio Malena a su Juan y él con la voz conmovida ¡ adiós mi prienda querida le gritó desde el camino voy a acumplir mi destino y saltó sobre su flete y así Juan se hizo jinete del ejército argentino.



Tapera:
Tranquera:
Surera:
Yuyos:
Flete:

Material de archivo de Alfredo Arrieta Ortega.
Nec spe , nec metu
Sin esperanza y sin gloria
México.
Gatodelperro2000@yahoo.com.mx
alfredoarrieta@terra.com.mx

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