DESPOTAS Y PELELES



DESPOTAS Y PELELES


Francisco de Goya y Lucientes.
España.

Hace un momento puse el dedo en un mapamundi. Intente llegar a un lugar de este planeta para adquirir un déspota que acompañara a un pelele. Primero hubo un fracaso porque mi índice señalo a Noruega. Entonces pensé que esos nórdicos no tendrían idea de que es un pelele. Y les tendría que explicar que un pelele es… Debo de buscar en un diccionario porque si me atrevo a decir lo que pienso puedo herir los sentimientos de quién se considere pelele. Les podría decir que es una marioneta que se mueve con hilos; no verdad ?. No. Una marioneta es una marioneta. Les podría mostrar un video en donde un peruano que subsiste en Nueva York hace un acto de baile y acompañado por una muñeca de trapo, la hace como quiere. Primero se va para allá, luego la retuerce, le levanta la pierna y al compás sensual de un tango del polaco Roberto Goyeneche, la muñeca pelele sucumbe al embrujo de quién en realidad la maneja.
También les podría decir a estos noruegos que por acá en estos lugares donde Dios se olvidó, cualquiera puede ser un pelele. ¡ Claro si él tiene la madera necesaria, la disposición para dejarse convencer, y tal vez un cerebro así de chiquito para que el futuro pelele no tenga tiempo ni velocidad en su pensamiento para comprender de que manera se maneja la voluntad de un tonto.
Uno de los primeros peleles que recuerdo era uno que en verdad le faltaba un grado para alcanzar la idiotez absoluta.
Se llamaba Armando. Este pelele, tenía atole minsa en su sistema circulatorio. Una vez encontrándome en una oficina federal. Apareció un guatemalteco cabrón que tenia el poder de ser El Director General. Este hombre era idéntico al prócer de la patria José María Morelos. Salió de su guarida para toparse con el pelele. Tronándole los dedos le inquirió para que acudiera a una empresa descentralizada que se llamaba Azúcar S.A. Diciéndole además que si no llegaba con unos documentos numéricos, lo iba a mandar a chingar a su madre. El caso es que aquí en México tu puedes mandar a quién sea a la chingada; inclusive a los peleles.
El hombre de Guatemala se alejó con su capa de maldad, y blasfemando como un perro . El pelele quedó sumido en una especie de depresión instantánea. Buscó mi cara y yo no tuve más remedio que hacerme guey , y mirándo pal más allá.
Este hombrecito, falto de carácter y sin voz alguna, comenzó a rascarse los cabellos en un afán nervioso. Me pidió, casi a punto del ruego, que acudiera con los ogros burócratas de la empresa azucarera.
Me daba pena la actitud de ese hombre sin huevos. Fue entonces que busqué la manera de salvarlo.
Me dirigi por los rumbos de Churubusco y al cabo de treinta y tres minutos, segundos más, me encontré con otro pelele.
¡ Como hay peleles por doquier ¡…
Obtuve los papeles que el Morelos exigía y regresé con los mismos pies.
Subí hasta el 21, con la mirada altiva, traspasé los dominios del pelele.
Entregué en su sobre lo logrado y el pelele respiró porque pudo conservar su empleo.
Hay peleles en todas partes. Hubo un tiempo que miré asombrado a ejércitos de peleles. Estos se posesionaron en El Paseo de la Reforma. Colocaron desde lavaderos, hasta calzones, jugaban futbolito, elaboraban carteles para insultar al licenciado Calderón, .Bailaban cumbias, luego salían a las calles para entregar folletitos donde explicaban las razones de la toma de Reforma. Lo extraño que ellos eran peleles y no se daban cuenta. Eran utilizados así, en estos tiempos con doscientos pesos te puedes comprar tu pelele.
¿Además a quién no le gusta mangonear a la gente?.
¿Saber que se es el amo de los hilos?
Muchos sucumben porque tiene alma de peleles. Y porque fueron paridos por una mujer de trapo, sin esqueleto alguno.
Otros se dejan deslumbrar por el brillo del oro y no solo se ponen de peleles sino que son capaces de bajarse los calzones para que el amo en una especie de derecho de pernada le haga lo que le hacía Calígula a los que tenía a la mano.
También hay peleles para todos los usos.
Aunque no hay tienda que venda peleles los puedes ver en los medios de comunicación, hay peleles serviles, también los puedes encontrar en la política mexicana, en la vulgaridad política, en la simple calle. Ahí hay peleles. Sin ir más lejos la tarde de ayer un grupo de peleles le escupió a una joven que acompañaba a Sodi.
Siempre habrá uno de moda. Peleles lelos. Podrá aparecer su cara en los períodicos, ser dueño de una empresa, un hijo de su papá, un artista pelele, un actor pelele, un delegado electo pelele, incluso debe de haber por ahí hasta narcotraficantes peleles.
Pero como te digo, debo de ocultar incluso sus nombres. Pero ahí están, quizá se encuentre al lado tuyo. Prueba con el primero que se cruce en tu camino, ahí estará esperando su oportunidad de ser sujeto de los hilos, de emitir sonrisas, de mover sus labios.

Original de Alfredo Arrieta
Para el pueblodetierra
República de México.
Nec spe , nec metu.
Sin esperanza y sin gloria

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