CONFUSOS



CONFUSOS

Antes que otra cosa suceda voy a comenzar desde el principio. Mis ojos aún con sus problemas son capaces de ver mas allá. Así que voy a ver una tarde de 1971 en donde me encontraba. Tuve entre mis manos un carro pequeño que ya había sido propiedad de otro niño menos desvalido que yo . Pero yo no le daba tanta importancia a eso de tener o no tener. Ese viejo carro de volteo lo adapté. Primero le coloqué un cáñamo, lo sujeté fuertemente de su parte defensiva . En el otro extremo le hice un nudo como esos que saben hacer los chavos exploradores. Metí el dedo y comencé a jalar. Años atrás ya había tenido experiencia con los carritos cuando jugaba carreterita con mis hermanos. Pintábamos una carretera de gis y a pequeños topecitos hacíamos andar los carros Chevrolet de plástico.

Mi camión lo hacía subir por una pendiente que daba a una coladera. Cuando tenía necesidad de buscar material para mi camión me iba al patio de atrás y en un solar que antes debió ser un jardín lo cargaba de pequeñas piedras y de tierra también . Mi mano hacia las veces de una pala . Cuando la enterraba hasta donde se podía era muchas de las veces que aparecían unos insectos que les llamaban pinacates . Nunca me he dado a la tarea de saber si estos animales negros datan de la época prehispánica o qué chingaos.

También debo decirte que mis ojos a pesar de los defectos de la edad están viendo los tiempos actuales. Se logran conectar con mi cerebro y después de reflexionar sobre un pensamiento de una indígena cuando le negaba el derecho a registrar a su hija con un nombre de las comunidades de Hidalgo , comencé a quedarme dormido…

Pensaron que no pensaba….

En la orilla de mi cama apareció un bicho que tenía muchas bocas , lanzaba mordidas a todo lo que se le acercara . Mi mano cayó desfallecida hacia el lado derecho cuando sentí una mordedura . El instinto y el dolor me hicieron levantarme y miré mi mano con sangre . Busqué una gasa para cubrirme el daño y pude ver que la mordida era grande pero no espectacular . Primero pensé que había sido un perro , pero para que pudiera entrar un perro por acá estaba difícil . Levanté las cobijas que para ese entonces ya estaban casi al caer . En un rincón vi al animal . No medía más de diez centímetros . A un lado de mí había una pepsi cola que por las noches la lleno de miados . Esto se debe a que cuando vivía en la casa de mi abuela me daba terror salir hasta el baño y ver a los gatos correr desaforados por todos los lados . Podia ver las miradas de luz que estos felinos lanzaban en medio de lo negro .

Tomé en el envase con los orines y se los aventé al animal . Este al sentir los ácidos comenzó a retorcerse , después procedí a golpearlo en seco hasta que dejó de moverse . Hice una auscultación y no era un pinacate , tampoco mi delirums tremens , era un animal que nadie había clasificado aún .

Repuesto de la mordida salí a navegar por los sueños . Había un canal de aguas limpias . En un extremo había un hombre que yo había visto en algún noticiero todos le dicen Javier . Javier vestía un abrigo de tonalidades cafés . Se acercó a una mujer muy bella y le colocó el brazo sobre su espalda . Yo le grité enfurecido . Le dije que esa mujer era mía . La mujer lo miró con esos ojos tan grandes de mirarlo todo . Ella lo sabía pero tampoco le importaba . Después de ojearme con desdén le dijo al Javier ; vámonos…

Ahora son las siete y quince de la mañana . El día apenas comienza a a alumbrar . En una calle que se llama Peralvillo, aparece de pronto una mujer vestida con un suetér crema y un pantalón de bolas negras . Su cara está ensangrentada . Señala hacia atrás y atrás de ella viene una mujer persiguiéndola . Su cara se encuentra desfigurada de rencor . No vi que pasó en realidad pero de que la golpeó la golpeó .

Este andar y andar me lleva a una zona que está casi intacta desde 1973 . Estoy parado en una esquina y veo a la lejania que viene un camión . Un hombre baja para que yo suba . En el interior hay dos o tres más . Van drogándose . Intento bajar pero ellos me lo impiden . El camión empieza a tomar velocidad porque el que maneja no le importa chocar . En un movimiento rápido todos se avientan por las puerta . Me quedo a bordo e intento controlar el camión pero es inútil . Comienzo a pegarle a todo a mi paso . Arrasó con una casuchas que se encuentran de lado derecho . Miro como se deshacen esos cuartos de cartón . Miro como sus habitantes van muriendo , pero la velocidad del camión es más rápida que mis fuerzas .

24 horas más tarde, a esos de las seis con quince del amanecer , miro la ciudad y especialmente el Eje uno, cada diez metros aparece la imagen de un señor que se siente el Salvador, le dicen López , la verdad ya lo tengo hasta los huevos.

Estos individuos en verdad son patéticos, ahora dice este señorcito que levantó una denuncia en contra de todos los que han hecho de México un estiércol. ..

Original de Alfredo Arrieta
nec spe , nec metu

Para Elpueblodetierra.

16 Junio de 2009.

República de México.

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