MATE AL PESCADO
MATE AL PESCADO
Como la vida muchas veces no tiene sentido y todo está patas pá arriba , decidí acostarme esta noche de Octubre cuando dicen que en este mes sus lunas son más hermosas . Quién lo sabe, el caso es que al caer atrapado por la modorra , y sostener el peso de mi gato guerro sobre mi pecho , caí por los hondos abismos de lo negro, por esas oscuridades que nos dá el sueño :
Pocas veces he soñado la Calzada en dónde vivo ahora, mis sueños son recurrentes , casi todos terminan en la casa mi abuela Camerina en Mixcoac Distrito Federal .
Ahora estoy en San Simón que de Calzada pasó a ser una cerrada por los motivos de que ahora están construyendo un puente que te llevará de la estación de Buenavista hasta los límites de Cuautitlán.
La Calzada susodicha es un mar pero no de agua, es de aire , el aire está por todas partes, invade los pulmones , es un aire frío, limpio, que lejos está este aire de ser un aire manchado de todo tipo de cacas y metales pesados , de gasolinas o toda clase de turbiedades.
Miro por la ventana como si yo fuera un metiche ahí está un enorme pez, que debe de ser de la especie robalo. Su enorme cara me mira y me mira, parece decirme que lo atrape, y pues como yo no tengo empacho , bajo apresurado por las escaleras de granito que todos los días limpia Tomás .
Azoto la puerta y el pez parece que se escapa, se guarece en la esquina de Pino y me mira , sus aletas están prontas al escape. Unos ladrones de los que hay muchos también me miran , parecen estar esperando el momento exacto para darme el golpe . Yo me encuentro muy enojado y la sola mirada que tengo los hace retroceder.
De pronto el enorme pez pasa cerca de mí, lo atrapo con mi solo brazo y comienzo a apretarlo y apretarlo, el animal marino que ahora es animal de aire , se retuerce sin más y yo lo ahogo.
Después sacó de una chamarra que tuve , una chamarra linda de mezclilla que tenía un interior de lana, que calientita era mi chamarra. Sacó un cuchillo así de grande,le doy vuelta en círculo y le corto al pez la cabeza.
Pasa una señora del pueblo y le entrego la cabeza, le explico que se haga un caldo, la señora arroja unos noventa pesos al suelo y se va .
Me siento en la banqueta y coloco al pez sin cabeza en el piso y procedo a cortarlo en rebanadas, pasan unos gatos hambrientos y a cada uno de ellos les doy una rebanada.
Me asomo por la ventana , pero ahora yo soy un pez, tengo unos ojotes muy grandes.
Abajo camina un señor en las calles de aire, ese señor soy yo. Me escondo por la calle de la Optimus, que es una tienda que vende pintura para las paredes.
Llego yo con mis grandes ojotes y mi grande boca . Busco bocado y el señor que soy yo, corre desesperado, se esconde tras de un árbol, pero con mis ojotes profundos lo veo, me acercó rápido y le corto un brazo, después una pierna , le arranco la cabeza .
Me siento en la banqueta , pasa otro pez , le ofrezco la cabeza , el pez me mira con desprecio y me escupe .
Considero que la cabeza humana no vale nada.
Después , procedo a cortarlo en rebanadas , pasan unos peces feroces con dientes chiquitos, a cada uno de ellos les arrojo una rebanada .
Suena el claxon de un coche como a las cuatro de la mañana, eso lo sé porque miré el reloj de Sanborns .
Abro la ventana y pasa una alma , parece que va en patines, no alcanza a cruzar toda la calle y desaparece .
Esa alma la vi porque soy clarividente en los sueños .
Original de Alfredo Arrieta Ortega.
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México.
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