LA MUERTE DEL CANTOR AQUI
PLAZA PUBLICA.
Miguel Angel Granados Chapa.
LA MUERTE DEL CANTOR ALFREDO ZITARROSA AQUÍ.
Pilar Orraca , voz excepcional e inteligencia rápidamente perceptiva , fue pionera en darle en la radiodifusión en la radio mexicana el sitio que merecía . Julio Solórzano lo había invitado a venir de España en 1977 y aquél apoyo y su excepcional calidad lo pusieron rápidamente en el sitio reservado a los cantautores que verdaderamente valen , y que son capaces de hacer de su profesión de fé no un panfleto sino poesía . Luego , Alfredo Zitarrosa cedió a las solicitaciones que de aquí le urgían , y vino a radicarse en México . No fue feliz en esta tierra como no lo fue en ninguna que no fuera la suya . Ahora , ha muerto en su paisito , como sin menoscabo de ninguna especie llaman los uruguayos al pago en dónde nacieron.
Zitarrosa llegó tarde a la canción . Nacido en Montevideo en 1936 , fue primero locutor radiofónico y y poeta premiado a los 22 años en un concurso en cuyo jurado figuraba Onetti . Militó en la izquierda y aún se enlistó en las filas del anarquismo antes de cotizar para el Partido Comunista de Uruguay . Pero cuando se abrió paso como compositor y cantante , no sobordinó sus calidades a sus convicciones políticas . Eso sin embargo lo entienden mal las dictaduras , y la militar que se estableció en Uruguay en 1973 , primero bajo máscara civil y después con las fauces castrenses desemborazadamente abiertas , hostigó a Zitarrosa.
Es que el facismo no solo lanza, como el general Millán Astray en España , mueras contra la inteligencia , sino también contra la música , y el amor y la vida . De allí que Zitarrosa como Daniel Viglietti como el grupo fundador de la Camerata Punta del Este , como los Olimareños , como los teatreros del Galpón como tanta gente de arte y pasiones, debieron marcharse de su país. Zitarrosa fue originalmente a España de Madrid viajó a México hace ´poco más de once años , para participar en las Jornadas de la cultura uruguaya en el exilio . Eran los años en que las oleadas de chilenos, argentinos, bolivianos, uruguayos condimentaban la vida universitaria y artística en México, donde prevalecía el ambiente de apertura propiciado por el secretario de Gobernación Jesús Reyes Heroles y el subsecretario de Cultura Víctor Flores Olea, que actuó bajo los secretarios Porfirio Muñoz Ledo y Fernando Solana .
En 1979 Zitarrosa se trasladó a México, donde contaba con muchos y buenos amigos, y un público creciente y adicto. Grabó aquí sus primeros discos , y especialmente en la versión del grupo Sanampay – cuyas voces femeninas eran entonces, Guadalupe Pineda y Hebe Rosel. Su Adagio a mi país hizo las veces de un himno uruguayo en el exilio, pleno de nostalgia por la tierra perdida pero también de esperanza cierta en recuperarla. Zitarrosa sin embargo , llevaba mal la ausencia obligada de su patria.
Padecía frecuentemente jaquecas, que en ocasiones hicieron presagiar el peligro de la migraña . Y si bien no es posible descontar en su naturaleza endeble factores físicos como causante de la dolencia , su origen principal radicaba principalmente en la pesadez espiritual , en la opresión provocada en su ánimo por el Uruguay aterrorizado y envilecido por los militares. Sin duda Zitarrosa eligió vivir en México por su relativa mayor proximidad con Uruguay, como si esperara volver al primer aviso, como si temiera que la dilación de unas horas imposibilitara para siempre su retorno.
Aquí sin embargo , creció como intérprete de sus propias canciones auroleadas por la dignidad de su persona y de su activismo político, antes y durante el exilio adherido a la generosa causa del Frente Amplio liderado por el general Líber Seregni . Zitarrosa vestía en todo momento con gran propiedad, con el bien planchado traje oscuro de tres piezas y el nudo perfecto de la corbata contrastante con la alba camisa , y todo ello haciendo juego con el cabello engominado. Como bajo diseño, a la manera de Gardel. Su vida profunda, , revelada por la gravedad de su voz de bajo, se manifestaba también en el rigor con que componía música y letra de sus canciones .; hacia los arreglos del caso, participaba en las grabaciones siempre solidario con el personal que lo acompañaba y acudía a presentarse en los entonces escasos espacios que entendían su arte . Radio Educación puede ufanarse de haberlo recibido en sus estudios no solo como invitado, sino también en el programa que él mismo integraba y dirigía .
El dolor de su exilio concluyó en 1984, cuando triunfalmente retornó a su país, recobrado para la democracia, aunque bien se sabe que ese proceso no ha sido cabal ni de un tirón. Ahora ha concluido su ciclo vital, recordamos entre la poesía musical que nos dejó para compartirla gratamente, sus lamentos de desamor ( “ que pena que no me duela tu nombre ahora “ ), sus cantos amorosos ( “ ella como vos tenía los ojos como de oro “ ) y sobre todo su patriotismo musical entrañablemente porque puede ser el nuestro : “ En mi país, que tristeza/ la pobreza y el rencor./Dice mi padre que ya llegará/ desde el fondo del tiempo otro tiempo / y me dice que el sol brillará/sobre un pueblo que él sueña labrando su verde solar /. Tu no pediste la guerra./ madre tierra, yo lo sé./Dice mi padre que un solo traidor/puede con mil valientes,/él siente que el pueblo en su inmenso dolor/hoy se niega a beber en la fuente clara del honor./ En mi país somos duros/ el futuro lo dirá./ Canta mi pueblo una canción de paz./ detrás de cada puerta está alerta mi pueblo,/ y ya nadie podrá/ silenciar su canción y mañana/ también cantará./ En mi país que tibieza/ cuando empieza a amanecer/ en mi país somos miles y miles/ de lágrimas y de fusiles/ un puño y un canto vibrante / una llama encendida , un gigante que grita adelante , adelante.
Jueves 19 de enero de 1989
Número 1561.
LA JORNADA. Diario mexicano.
Archivo Alfredo Arrieta Ortega.
México.
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