GRITO




GRITO



Primero tuve que saber que en aquél Estado llamado Nayarit donde nunca sucedía nada y lo que pasaba era cordial. El señor que gobierna ese lugar dijo en voz pública que él se iría al cielo porque era bueno. Y que los malos los encontraría en el infierno. Esto debió causarles un ataque de risa a las personas que lograron que en todo el Estado se suspendieran las clases porque quién sabe quien, dijo que atacarían escuelas y provocarían una masacre de grandes dimensiones. Este tipo de situación no la había visto nunca. Amén de que en la localidad de Taxco hubo de nueva cuenta una lucha a muerte entre los individuos que trafican enervantes y se hacen ricos, muy ricos a costillas de las personas que compran, comercializan , se fuman , inhalan y se inyectan la multiplicidad de mierda que venden en el mercado mexicano. El saldo: 15 muertos .


Así que con estas novedades de espanto y poco antes de cerrar mi ojo de caimán, aún alcanzo a escuchar que en cadena nacional el presidente de México dice que no cejará en el combate , para terminar de una vez por todas con la mala ralea y se seguirá con el propósito de que las familias como la tuya y la mía tengan esa tranquilidad que antes tuvimos. Que así sea.


Me encuentro como te digo en una profundidad, en donde la mente me lleva. Hay una oscuridad completa. De igual manera un silencio, afuera no sé que sucede, es posible que en alguna región de la república alguien se esté quitándo la vida.


Me encuentro atrapado por los sarapes y las cobijas, uno de mis pies sobresale porque la cobija la puse atravesada, hay un frío que me hace doblar los dedos. Metido en ese estado, la fría , grita de una manera que me hace sentir que me están atacando las huestes de la Barbie y quizá hasta el espíritu del jefe de jefes.


Abro mi oído de gato y alcanzo a escuchar su grito contenido, agudo, ahogado. Me señala debajo de la cama, me dice que hay unos individuos al acecho. Con el propósito de que me deje dormir, le explico que no son individuos, que son diablos. Nó, ella me aclara que los vio entrar. Me pide que salga del camastro. Busco el periódico que más gordo me cae , lo hago antorcha. Voy despacio rumbo al comedor. En esa penumbra , alcanzo a descubrir que me encuentro en la casa de mi abuela. Hace rato que no la visitaba.

Hay una sombra encubierta en una esquina, ella sale corriendo y se esconde debajo de la cama. Voy tras de ella. Me agacho y veo sus ojos, brillan intensos, parece pantera. Es un hombrecillo flaco, con la cara angulosa, el pelo desordenado. Saca un cuchillo e intenta tasajearme. Saco las manos y corro hasta el jardín. Ahí tengo un garrote. Ese garrote que usaba para matar a las ratas de la Panificadora Alba.




Al regresarme descubro que que no es uno sino tres o cuatro. Cuando me ven decido a golpearlos intentan escapar, rompen el candado de la puerta principal, rompen el eslabón de la cadena. Ellos corren hacia el periférico norte. Estoy en medio de la noche y parado sobre el chapopote de la calle Claudio Arciniega. Regreso y me encuentro con la humanidad de Luis Rendón de Lara, ahí está con su cara larga y su ojos de águila. Me dice que me ayudará a eliminar a los invasores.

Miro a la azotea y descubro a dos de ellos, no se como regresaron. Rendón se trepa y a punta de pistola les dice que bajen. El pelafustán, forcejea y se arroja al vacío. Cae enfrente de mí y en lugar de quejarse por el chingadazo que se acaba de meter, comienza a reír como si se estuviera burlando de mí. Ahorita vas a ver hampón.

Primero comienzo por darle unas patadas. El como si de una víbora se tratara, me escupe para que su veneno infecte mi ojo. Me entra una especie de coraje y dejo los pies y comienzo a darle con el garrote que usaba para matar a las ratas. Le doy y le doy. Mientras le hago hematomas por todas partes, reflexiono y aún me entra un dejo de humanidad. Me digo que incluso yo fui a la escuela, y hasta tengo cultura.No al grado de Juanito ni a la inteligencia sin duda de Andrés Manuel que no saben ni la o por lo redondo. Soy me digo mientras le meto un palo en el espaldar , un inteligente que solamente me falta lograr organizar el festival de los pendejos o en su caso reunirlos en la Plaza mayor para lograr el récord Ginnes y con esto conseguir ser Jefe de Gobierno del Distrito Federal. ja ja ja….



Cuando descubrí que lo había molido a palos, que estaba punto de carne magra y que Luis Rendón, había disparado a los otros dos, decidí volver al camastro. Incluso me repetí y me repetí lo que me había pasado para que no se me olvidara. Luego lo escribí y mañana haber que pasa…….


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
16 de junio de 2010.
Estados Unidos Mexicanos.

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