TECHO DE MADERA Y LOZA, PERRO EN EL LODO..
Me dice un joven que se alegra de que
esté en el sueño de anoche.
La razón es que tiene un problema y debido a su poca o nula experiencia
tiene que resolver lo siguiente:
Es el cuarto en dónde me dormía en
los años setenta. Sólo que en este sueño
el cuarto está modificado. Es un techo demasiado alto. El techo tiene o fue forrado por un triplay. Han pasado más
de sesenta años y la madera se despedaza porque nunca se le dio mantenimiento.
A las cosas como a las personas se les
debe de dar mantenimiento. Lo que sucede es
que dejamos todo para el fin e mundo. Y cómo nunca llega pués nos vale
pito.
Le explico que primero tenemos que conseguir la manera de subir y tocar el techo con las
manos. Que tengamos movilidad para poder trabajar. Me acuerdo que tengo unos
fierros adecuados. Creo que con esos bastarán. Armamos la estructura y nos
aseguramos que quede bien fuerte no sea que vaya a chafear y yo subido…
Tengo que comenzar por la parte derecha. Llevo en las manos unas
herramienta que me permite quitar los pedazos de madera carcomida. Lo bueno del
asunto es que no se ha pegado con dureza a la loza. Esto me da posibilidades de
que el trabajo sea más fácil.
Le digo al joven que su trabajo consistirá en quitar lo que vaya cayendo.
Que use una escoba y que barra.
Han pasado seis horas desde que comencé. No estoy cansado y ya estoy por
terminar…
Bajo de la estructura y miro que la loza está limpia. El joven me indica
que la loza tiene un color violeta y verde. ¿ Me pregunta sí la voy a pintar de
blanco?. Lo que sucede es que sí
pintamos encima de estos colores el blanco se manchará y todo nuestro trabajo
será inútil
Creo que lo primero que deberemos hacer es subir a la azotea e
impermeablizar. Luego dejaremos que seque y
verás los resultados.
Así que voy a la azotea. Me trepo
por uno de los pilares. Ya de esto tengo la experiencia. Cúantas veces en mis
años mozos subí y bajé por esas mismas columnas.
Comienzo a quitar los ladrillos averiados. Son ladrillos flaquitos. Me
asomo a la calle y se los arrojo al joven.
El por su parte los cacha y los va colocando en un sitio apropiado..
Casi por terminar este sueño, agarro una brocha gorda y comienzo pintar. Veo claramente cómo los colores
violeta y verde desaparecen. Ahora el
techo es blanco y no te asustes no es albur….
Voy por un llano. Puedo ver algunos arbustos. Me acompañan mis hijos. Les
digo que tenemos que agarrar la vereda de la derecha porque por la izquierda
siempre salen unos perros bravos.
Así lo hacemos. No llevamos ni cinco minutos cuando de la maleza salen
siete perros. Son animales bien bravos y yo no llevo nada con qué defenderme en el caso de que
estos decidan atacarme. Los perros me ven con fiereza. Se les erizan los pelos.
Señal de que se nos van a aventar.
Antes de esto les grito a todos los
animales que se vayan al lodo. Los animales dentro de su furia me obedecen. Los siete se avientan a un lodazal
próximo. Luego comienzan a morderse entre ellos, gruñendo, mostrando sus
filosos colmillos.. Nosotros nos vámos.
Los ladrones debieron estar activos está madrugada. Estos esperan siempre
las horas de más sueño . Que deben de ser entre las dos y cuatro de la mañana.
Todos estamos en el limbo. Pero ellos no. Logro escuchar ladridos. Son perros alertas ante la presencia de estos diablos
ratas.
El domingo pasado le quitaron las llantas a una camioneta roja. Se llevaron
llantas y rines. Dejándo el vehículo en ladrillos..
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
14 de marzo de 2013.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
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