LA MUJER DE
JOAQUIN..
Con lo gordo
que me cae Joaquín Sabina y tuve que
soñarlo.
Anoche al filo
de las cuatro con treinta y cinco de la
mañana me encontraba en un callejón aparentemente con salida. Es un lugar
sórdido, nadie barre. Una rata pasa por mi zapato. Le tiro con el empeine. La
rata sale disparada por el efecto de mi pie derecho. A pesar de que tengo un
problema en esta pude darle al roedor en medio de la panza. Fue la patada de
tal magnitud que fue a pegar de cuajo y completamente sobre esta pared sin
enjarrar.
La rata quedó
despanzurrada.
Tuve que buscar
un pedazo de papel para limpiarme los pelos que se quedaron pegados en mi
zapato..
Una vez salvada
esta situación me pregunto porque a las personas de ciertos lugares en el mundo
les gusta vivir como animales. Sumidos en una insalubridad. Son tan bestias que
no reflexionan que este tipo de ambientes lo único que les proporcionará serán
enfermedades…
En este callejón
solo yo camino. Todos los demás duermen sus miserias y purgas.
Me detengo en una
puerta. Esta se encuentra sobre puesta, a nadie le interesa colocarla para que
quede bien, resistente., pero bien.
Empujo la puerta.
Una mujer calva o ciertos cabellos en la pelona me pregunta con los ojos sobre
cual es mi deseo. Ella tiene un trapo de limpiar. El lugar como les digo es
espantoso. Huele a orines de perro. Le explico a la mujer que fui a conversar
con ella.
Y vine porque me
informaron que usted tiene alguna relación con un inútil que hace canciones y cuando habla se mofa de las personas….
La mujer quién de
entrada parecía que no tendría tema alguno me dice tajantemente que describí a
su viejo Joaquín Sabina. A su peor es nada.
Yo a Joaquín le conocí en una cantina en México. Eso fue
hace muchos años. Me dedicaba a vender el culo. Y discúlpeme pero es la verdad.
Me dijo que no
tuvo la manera de ir nunca a la escuela y que apenas sabía mal leer y mal
escribir.
Joaquín llegó
solo en su carácter de derrotado. Me dijo. Casi hambriento.
Tenia ganas de
una mujer. Recuerdo que el dueño del prostíbulo le preguntó sí tenía con
qué pagar el servicio. Entonces Joaquín
se volvió a él y le preguntó groseramente ¿ sí su crédito no valia?.
El hombre tuvo lo
que merecía. No era ni es diplomático. Lo echaron a patadas. Gritándole que no
volviera nunca.
Yo acababa de
estar con un obrero de la fábrica de cera. Lo ví ahí en el suelo, tan desvalído
que me acerqué con la posibilidad de que a mí también me echaran.
No fue así. Lo
levanté y como pude nos fuimos caminando. Yo vivía a unas cinco cuadras de aquí. Lo acosté en mi
camastro. Ahí fue que supe que el hombre era español porque pronunciaba las
palabras de una manera diferente a como las decímos los mexicanos.
Tuvimos sexo, sí.
Un sexo como de animales. El hombre no está bien dotado, la tiene chica pero no
hace tan mal los trabajos.
Desde entonces
vivo con él…
Joaquín cuando
está con otras personas es otro. Se comporta de manera distinta. A mí de puta
no me baja. ¿ Sí sabías que yo era puta para qué te veniste a vivir conmigo?, le
digo.
Siempre llega
borracho. Entonces me resigno porque siempre acaba por golpearme.
La mujer pelona
me mira como asustándose de sus propias confesiones.
Le digo que no se
quede con pendiente. Sí usted quiere yo mismo voy a denunciarlo. Le diré a la
autoridad que es un golpeador, que le roba el dinero, la humilla diciéndole india.
Esto y otras cosas que vaya recordando mientras les digo.
La puerta sobre
puesta se abre: Entra Joaquín.
Trae ese gorrito
mamón que me desagrada sobre manera. Una camiseta a rayas de manga larga. Un
saco como de payaso, pantalón caqui y zapatos de gamusa.
Para no variar en
la descripción Joaquín viene ebrio.
Deja unas llaves
sobra la mesa. Se sienta y pregunta ¿ qué carajos hago en su casa?.
Le respondí que
lo que está sucediendo es un sueño. En los sueños no se manda. Por eso estoy
aquí. No creas que eres de mi agrado cabrón. En la vida real me caes en la
punta de los huevos. Pero ahí puedo evadirte. En esta situación es imposible.
Joaquín se
levanta, le dá un trago largo a su tequila. Pienso que no le queda para nada el
papel de sentirse José Alfredo Jiménez y se lo hago saber.
Por respuesta se
abalanza sobre la esposa y comienza a pegarle en el rostro. Situación que no
tolero y también me le voy encima. Enfrascados en una lucha cuerpo a cuerpo
pienso que le voy ganando ya que siempre que hago uso de las manos siempre me
asiste la justicia..
Somos dos gatos…..
He vencido a
Joaquín. Lo tengo justamente bajo mis pies.. Tengo tanto enojo que arrojo
espuma por la boca.
Joaquín engarruñado
para intentar protegerse no puede dar crédito que yo un mexicano tenga mejor
vocabulario para decir chingadera y media. El está pasmado……
Le digo lo que
hará en el futuro:
Sí me llego a
enterar que le pegas a esta mujer, la insultas o la humillas regresaré y te
daré nuevamente una putiza de muy señor y padre nuestro.¿ Estamos?
Joaquín mueve la cabeza
afirmativamente…
Paso mis manos por
el pelo como para peinarme un poco.
La mujer sigue de
pie con las manos recargadas sobre el trapeador.
Al despedirme
noto o descubro que esta persona además de los golpes tiene la piel plástica.
Es una mujer transparente. Puedo ver perfectamente todos su órganos internos.
Descubro que es una muñeca. De esa muñecas que las fabrican en Asia. Se pueden
comprar con tarjeta. Dicen son parecidas a las mujeres, incluso tienen una
vagina que se puede ajustar, que te aprieta lo que tú quieras y hace
movimientos iguales a las mujeres de verdad…..
Original de
Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
19 de marzo de
2013.
Estados Unidos
Mexicanos….
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