LA REJA QUE SE VA PA ABAJO, RADIO, MATONES  O FORAJIDOS….

 




En  esos menesteres domésticos de pagar los recibos de todo, me dicen que tuvieron que lavar  una de las paredes traseras del patio de la casa de mi abuela.Y como para que les pregunte: Uno que no conocía me explicó que esa es una de las disposiciones  que la flamante Cía de Luz . Ahora colocarán un nuevo medidor de energía. Es un medidor que medirá hasta dónde te pueden exprimir los bolsillos sin que te des cuenta.

Y ahí los tienes lavándo la pared hasta quitárle las costras de pintura de ese mismo muro que yo hace más de 35 años pinté.

Por la parte de atrás de la misma casa te  podías trepar, enfrente de ti aparecía un jardín enorme. Una palmera monumental era la vigilante muda de ese mismo jardín.

Le dije a  Alejandro que nos róbaramos unos chabacanos  ¿ y porque de chabacano precisamente me preguntó?. Porque aquí no hay árboles de manzanas por eso.

Le dije lo que pretendían los pendejos de la luz . Eso no es nada. Los otros de los teléfonos también te roban. Hacen una conexiones con los cablecitos que sin que te percates te cobran lo que otros hablan. Diciendo y mostrando: Simulados entre las hojas y la flores cables negros  conectados a otras casas o domicilios.

Esta situación ya me preocupó porque los de la palmera son europeos. No vaya a ser como esa ocasión que tuve que acudir  con los léperos de Telmex que me  querían jincar una llamada al Vaticano. Les dije de todo y que aseguraron que de mi número salió la llamada. Cosa que no es verdad les contesté. Y porque no había de ser verdad? Porque  además de Sofía Loren  Marcelo Mastroiani, Julieta Massina Fellini , Topo Giggio y el Papa no conozco más Italianos.

Los cables estaban disimulados. Decidí seguirlos y me encontré que en verdad me estaban chingando.





Alejandro se subió en un descanso de cemento. Al hacerlo la protección que dividia las casas cedió y se fue para abajo.
Nomás escuchamos como la reja de fierros y alambres  se deslizaba hasta abajo. Lo malo que  del otro lado había gente reunida. Quiero suponer que algunos quedaron lastimados.

En la misma casa me explicaron que se realizaría un programa de radio. El lugar era el comedor en donde platique infinidad de ocasiones con Doña Camerina.

Todo inició en una charla amena, después la conductora dijo que le gustaria mucho que Don Eduardo tocara unas canciones. Eso no podría  ser porque Don Eduardo falleció en los años ochenta. Sin embargo eso no importó porque su cuerpo y todo él nos acompañaba en este sueño.

Una mujer le acercó una guitarra. Este la rechazó y con la mirada les dijo que yo les podría tocar lo que quisieran, De inmediato pensé en los  senos de la conductora. Claro que sí me dije para mis adentros.Pus te los toco.

 Me pasaron la guitarra del Japón que Eduardo guardaba bajo llave y que solo en momentos estelares prestaba. Eduardo  se limitaba a acariciar a un gato gris.

 Comencé a tocar algunos arpegios y rasguidos. Todos me miraban. No llevaba ni cuatro cuando la conductora  incitó a los demás oyentes a que aplaudieran. Dijo que les había gustado mucho y que me daban las gracias. Luego mandó a unos mensajes comerciales. Noté que los micrófonos quedaron abiertos entonces me levanté y sin más ni más que les expelo un buen pedo.

Salí del lugar por una puerta pequeña. Por esa puertecita solámo salir mis hermanos y yo para jugar con el chivo pedotes en los llanos del manicomio allá en Mixcoac en la ciudad de México. Uta madre¡, hace un chorro de años…

Descubrí  un árbol enorme que  daba unos frutos hermosos. Decidí acudir a él y sentarme a su vera. Entonces fue que comencé a cantar  como  a mí me gustaba; al aire libre sin pendejos anuncios comerciales.







Comenzó a llover . Era una agua de esas que espantan  a los cochinos. Busqué el regreso. Caminé entre unas milpas.  De momento  supe que dos individuos a pie y otros a caballo me seguían. Y ora tú?  Deben de ser forajidos.  Intentaron rodearme pero yo que siempre  me he puesto trucha puse en marcha una plan estratégico. Salí a su encuentro: Les dije que  qué chingados querían. Uno de ellos, bigotón y mal encarado me respondió que mis pertenecías. Sin decir más, saco su pavorosa pistola y me amenazó. Les recordé que yo también me sé morir y que también soy mexicano. Y que no se valía andar robando a un compatriota. Estas explicaciones no les importaron , comenzaron a echar bala. Supe que las palabras de nada servían y que les disparo también, como nó.

Un de ellos cayó muerto del caballo. Al otro le rasgué la oreja y a un tercero le metí un plomazo. Ahora tiene dos agujeros.

No conforme con eso decidí seguirlos. Supe que se pasaron por la frontera. Son ladrones y asesinos pochos. Esos gueyes que reniegan de su aspecto de indio  te hablan en inglés y son más prietos que las bolas deYanga.

Atravesé la línea. Ahora ando por una calle empedrada. Parece que la hicieron con piedras y lajas del río. Sé que ando en Texas. Así lo dice un anuncio. Le preguntó a un viejo   que toma el sol de las tres de la tarde. Sin hablar me señala con la cabeza.  Dice un letrero: La hija de los Apaches”.

 Antes de que yo pueda entrar salen varios sujetos. Estos son. Los hombres llevan puestas gabardinas largas, parecen actores. Pero no lo son. Son asesinos y ratas.

Intento seguirles pero ellos son más rápidos. Se suben de un tiro en los cuacos y se me pierden calle arriba. Le sigo pero a paso de hombre. Antes de hacerlo reviso que mi arma tenga balas suficientes. Me los voy a echar. Por vida de Dios que me los voy a echar….

Pero como Dios está muerto mi promesa valió pito……

Por la calle abajo viene un desfile  de  briosos caballos negros, jamelgos árabes y de otras razas azotan sus cascos sobre las piedras.. Atrás  les siguen un ramillete  de damas hermosas . Son rubias texanas. Ellas van cantándo una canción que habla de Sabinas Coahuila. Están alegres. Sonrientes.  Una que me gustó de entrada me echa una mirada. A esta sí le atoro. No sea que me vaya a pasar como aquellla también texana que conocí en  1975.



 Andábamos por una de las calles principales de Ciudad Juárez. Ibamos contentos y  adolescentes o muchachos. Yo que manejaba un carro de esos que se llamaban safari  divisé del otro lado de la acera a dos mujeres. Una de ella llevaba una niña. Se me ocurrió en este tipo de pendejadas que uno hace aventarles un beso. Una de ella me respondió. De inmediato que  me  regreso. Recuerdo que la que hice mi novia por unos días se llamaba Angélica. Era una mujer realmente hermosa. Con el pelo negro y la tez blanca como  de leche fresca. En la segunda entrevista que tuve con ella en el Parque del Chamizal me dijo que si me  casaba con ella.?. Ah chinga ¡ como esta eso?. Se me subieron los huevitos hasta las anginas  como les digo yo era un chaval y no tenia contemplado casarme con nadie.

La verdad de las cosas que sí lo hubiera hecho estaría a todo dar. El padre tenía pozos de petróleo. Puta madre hubiera sido un potentado de esos  que desprecio tanto…

 Decidí sacarla de la formación y le  invité a una alcoba. Me dijo que sí le gustaba pero que tenía que acabar el desfile. Le dije que no se preocupara. Comencé a besarla.Ella no se resistía. Pero no llegó a más. Se levantó, se peinó, hizo un ajuste a su falda y salió nuevamente a desfilar…


De los pinches matones ratas y forajidos no supe más. Dicen los enterados que se fueron a Kansas City y la verdad esa era una distancia muy grande para mí y si me la echo a pincel pues no llego…

Originalm de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
16 de abril de 2012.
Estados Unidos Mexicanos.






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