CHENTE

CHENTE


Un sueño...

Enfilo mis pasos sobre los cementos de la ciudad. En el firmamento se aprecia una luna del día 11 . La madrugada acecha a los atrevidos , a los que salen en busca de los alimentos y dispuestos a depredar.

Encima de un Volks , se encuentra el gordo , intenta hacerle un agujero al techo del carrito , le digo que no sea buey y que utilice un taladro , el gordo me mira y comprende que es un pendejo . Se retira y pienso que irá por la herramienta , llega el gordo y trae en las manos un conejo blanco , el conejo tiene los ojos enrojecidos , parece que fumo marihuana de México.

El gordo acerca la cara del conejo al mismo sitio en donde intentaba hacer el agujero , el gordo se desespera y suelta al conejo .

El güero me dice que lo acompañe a comprar otro instrumento . Subimos a un camión verde que es del transporte público . Maneja cerca de la glorieta de la Raza , en esas vamos cuando nos ordenan detenernos dos perros de tránsito . El mordisquedor olfatea con su nariz de corrupto , sube al camión , pide unos documentos , despúes encuentra la anomalía y esta desaparece cuando el güero le da un billete .

Acabada esta situación , me traslado a una casa , en donde unas familias integradas en apariencia miran un noticiero de los años 70 . Ahí un señor apellidado Zabludovsky , informa que se murió un tal Chente . En entrevista exclusiva , lo lleva al estudio de televisión y ahí mismo le pregunta el porque de su muerte . Chente explica que primero le dio un dolor , que se tuvo que llevar la mano al pecho y hasta se le derramó el café que estaba tomando provocando con esto que se ensuciara su chamarra tamaulipeca . Después caí al piso desvanecido , muertito pués . ¿ Y no le dolío ?. ¿ Sí, no le estoy diciendo que me dio un dolor intenso y que derramé el café ?. ¿ Entonces usted está muerto y aquí entre nosotros ?. El tal Chente solo se concretó a rascarse la cabeza…

Miro una acequia de agua de cristal , Chente está situado en la parte alta de una torre, mira hacia a bajo y me indica que clavará un cuchillo en su pecho . Desde abajo , lo insto a que no lo haga , le digo que la vida es un sueño . ¿qué es deplorable? Sí, ¿ pero quién eres tú para quitártela ?.

Chente no obedece mis reclamos , toma su cuchillo fabricado con acero español, lo introduce súbitamente , los gestos de su cara cambian , el cuerpo se le dobla y cae a los abismos del sueño , veo como va , manoteando al aire de la noche-día . Se hunde en el agua de esa acequia . Me siento en el pasto , y logro ver algunas burbujitas de oxígeno que se agotan glup, glup…



Original de Alfredo Arrieta Ortega.

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México.