FUMAR…
Un grupo de personas están sentadas enfrente de mí. Parece
que se interesan en los que les estoy platicando.
Hago una referencia de
cómo carajos comencé a fumar en esta vida.
Mi mamá me daba 50 centavos para que me comprara algún dulce.
No lo hacía. Esperaba con paciencia a que no hubiera nadie en la miscelánea.
Entraba y le decía al dependiente que me diera una cajetilla de cigarros faros
y unos cerillos de carterita.
Luego me reunía con los demás escuincles. Cada uno tomaba su
cigarro. Éramos tan inexpertos que los babéabamos.
Éramos inexpertos pero no pendejos. Al rato con el cigarro
encendido le dábamos una fumada pá adentro. Con dos o tres fumadas ya estábamos
mareados…
Nadie nos veía.
De pronto en lo alto de la barda se aparecieron unas manos.
Un señor asomó la cabeza y nos dijo: ¡ Que están haciendo aquí muchachos
pendejos¡. Sáquense pá la verga, nos dijo…
Debo decirles que esa fue la primera ocasión que me dio vergüenza.
Los colores se me subieron de arriba pá
abajo.Me puse colorado pues.
Ahora los tengo a ustedes aquí. Escuchándo lo que les pueda
decir.
A veces me mandaban a comprar cigarrillos.Yo abría con
cuidado la cajetilla. Me sentaba en la banqueta y me fumaba la mitad. Sacaba
los cigarros completos y los que me fumaba los metía ciudadosamente hasta el
fondo.
Todo parecía normal. Hasta que se dieron cuenta.
Cierta vez regresé. Le
entregué los cigarros. En lugar de un gracias obtuve un golpe seco en la boca.
Me rompió los labios y me dijo que sí le volvía a robar sus cigarros. Me pegaría
más fuerte… Me fui llorando. Me senté en una maceta volteada y me lamí las heridas.
Ahora ya han pasado tantos años de eso. El cigarro es letal.
La gente se muere por fumar tanta mierda. Siendo que el aire puro es lo
mejor.. A veces me sucede que cuando voy al campo, apenas salgo de la ciudad me
dá catarro. Y cómo nó. El aire puro te entra de golpe. Debe de ser que el
organismo se acostumbra a la mala vida..
En este estado pasas de la alegría suprema al enojo extremo.
De la carcajada al llanto. Todos los estados de ánimo que te imagines los tienes.
Buscó un cigarro, lo enciendo. Le doy su jumada. Evoco su rostro. Suspiro. Mi amor no me quiere.El
humo se va, despacio, se pierde en el azul de esta habitación…
Original de Alfredo Arrieta
Para el pueblo de tierra.
Nec spe, nec metu.
11 de Octubre de 2012.
Estados Unidos mexicanos.
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