SERRAT EN MEXICO . 1972

SERRAT EN MEXICO .1972.

Han pasado un poco más de 39 años y ahora que veo esta fotografía de Joan Manuel Serrat tomada seguramente en las geografías de Chapultepec , sitio histórico de la gran ciudad de México . Es así que en ese retroceso de los recuerdos del sueño, me encontraba viviendo en la casa de mi apreciada abuela , en donde los procedimientos eran en verdad rigurosos, ya que ella estuvo casada con mi abuelo el general Brigadier.

Aún tengo los olores de esa antigua casa , con pisos de madera pintados de barniz .
Yo toqué ese día de 1972 , en las puertas de la casa de mi abuela, era una tarde casi noche, apareció mi delgado tío Lalo , con su chamarra embarrada de aceite en las mangas , me preguntó que cúal era mi asunto y yo serio y con la cara empolvada de yeso le dije que quería ver a mi abuelita .
Tuvieron que proceder a encerrar al perro que era un perro salchicha muy carajo , este animal no soportaba ver extraños , así que mientras yo entraba a ese patio que todas las veces sueño el animal me tiraba tarascadas con la intención de clavarme sus agudos dientes en mis piernitas enclenques.

Mi abuela salió con un periódico en la mano y al verme supo darme un abrazo que debo decirte caló en todo lo que yo era .

Mi abuela me dio de comer una sopa de fideos, dos bolillos , un café con leche y unos huevos estrellados . En la mesa podías adivinar dos tipos de salsas , esas salsas de las que cada vez que entro en la cocina , las recuerdo y las preparó.

Más adelante , me llevó a la habitación rosa en donde habitaba Beto y Fernando . Buscaron entre mi abuela y mi tío Eduardo un catre que sacaron de quién sabe qué lugar.

Todo esto ocurría en mi vida de niño de catorce , mientras Joan Manuel llegaba a México y se presentaba en el Palacio de Bellas Artes . Así lo recuerdo como en la fotografía que me mandó Toni Badía desde los mismos lugares en donde nació el apreciado compositor.

Al otro día de mi llegada , escuché a mi abuela levantarse , entré a su cuarto después de tocar y se estaba colocando unas peinetas en la parte de la nuca . Ella vestía una blusa de bolitas azules , y una falda que según sé la usó y la usó hasta los últimos días de su muerte.

Fernando también se había levantado a pesar de que él era un hippie latino , que le gustaba escuchar a Hendrix , a un señor que se llamaba Donnovan y también le gustaba cantar una canción que se llamaba : “ La casa del sol naciente “ .

Por su parte Eduardo se limitaba a leer y leer, mi abuela lo tachaba de huevón porque nunca se dignaba a lavar siquiera la tasa que usaba . El decía que las labores mundanas no le importaban en lo absoluto , después de desayunar procedía a tocar su guitarra de Japón que casi nunca me prestaba . Una vez que eché pestes de él porque no quería barrer , se enfureció tanto que se quitó el cinturón y me dio unos cuerazos que me hicieron meterme debajo de la mesa y llorar, y como yo no era vengativo cada vez que me pegaba yo le mentaba la madre en silencio .

En el teatro de Bellas Artes , Serrat se lucía a todo lo que daba , allí le escuché por primera vez los Cantares de Machado , y una que en verdad me gustaba y que yo entonaba en la luna del espejo de ese ropero de Gabilondo que tenía mi abuela : “ “Erase de un marinero que hizo un jardín junto al mar y se metió a jardinero , estaba el jardín en flor y el marinero se fue por esos mares de Dios… “

Una de esas noche en la euforia del concierto me acerqué a Joan Manuel y en el momento de meterse tras las cortinas y volver a salir para agradecer , me le acerqué con el LP de Machado y le pedí su firma , Serrat en medio de sus prisas accedió y yo me fui “ feliz como un niño al salir de la escuela”.

Una tarde , tocaron a la puerta , bajé la mirada por el cuadrado en donde va la cadena y descubrí a un muchacho como de 25 , abrí resuelto y el joven me preguntó si allí vivía Eduardo Arrieta , le dije afirmativo y me pidió que lo llevara con él .
Eduardo se encontraba en la otra casa , era una casa igual a donde vivíamos sólo que esta estaba vacía . Lalo tocaba la guitarra sin preocupación alguna hasta que llegué y le dije sin tapujos que un joven lo buscaba . El siguió tocando el instrumento y me preguntó por su nombre . recuerdo sus apellidos : Arrieta Cisneros. Eduardo enmudeció al saber que lo buscaba su hijo . Un hijo que tuvo pero que nunca supo de él .
Mi abuela estaba encantada con la acción pero disimuladamente me hacía señas para que yo le siguiera echando fuego a la situación .
Dejó la guitarra en el estuche y todos corrimos al encuentro del nuevo familiar , esta era una escena de Cuéntame como pasó “.

Al llegar al salón familiar , todo fue turbación , pero después del conocimiento de todos por todos, se logró la aceptación de un nuevo nieto de mi abuela .

Cuando decidió partir, mi tío intentó darle un rollo de billetes de los que entonces valían y el joven le dijo secamente : Señor , yo lo único que quise era conocer a mi padre y de su dinero púes puede guardarlo para otros propósitos . El joven marchó y yo no volví a verlo jamás .

Ahora con el paso de los años , recurro al sueño del sopor , del aturdimiento de la mente y voy en mis viajes astrales , en pleno vuelo , con nubes negras a punto de la lluvia . Llegó a Mixcoac y al intentar abrir la puerta de la casa de mi abuela consentida descubro que no tengo uñas qué por uñas tengo una hojas de pápalo que se doblan . La arranco una a una y con ella procedo a soplar suavemente hasta lograr sacar sonidos de una balada popular .
Estoy en la sala de mi casa , sacó el disco de Antonio y me traslado a esos tiempos ¿ te acuerdas ?.

Original de Alfredo Arrieta Ortega.
Foto : cortesía de Toni Badía de Barcelona España.
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México.