HAWUAIANAS, VINO Y GATOS GORDOS.







HAWUAIANAS, VINO Y GATOS GORDOS.





Antes de referirme al sueño de la noche de los Reyes magos miró una imagen de unos blasfemos adornados con flores de cempasúchitl tal y como si fueran maricas hawuaianas. Ellos se dicen honrados y se justifican como personas de manos limpias. Sin embargo sus acciones dicen otras cosas. Ahora, cuando dispusieron de los caudales de una ciudad, van por los caudales de otra. Y como si fueran un botín del pirata, se lanzarán sobre Toluca para averiguar dó quedo el oro y dó quedo la plata. Estas sílfides obesas no saben o no quieren saber que el Estado de México es la cuna de los caciques de Alí Babá, entonces para quedarse con el reino de Atlacomulco la tiene pelona. Por allá habitan otros expertos en eso de la manos largas. Lo que obligará a un escenario de luchas , golpes bajos y rapiñas. Hechos a los que el ciudadano común no le extrañan. Estas artes de mentir naturalmente y saquear las arcas de los dineros son costumbres que traen ambos bandos desde el mismo origen.



Estoy extraviado en lo relativo al tiempo, anoche me acosté con un dolor en las lumbares, intenté tomar un thé de hierba buena pero el agua se quedó fría. Así , después de ingerir leche y un cacho de rosca entré en ese ámbito en donde se es libre en verdad. Y sé es libre porque puedes deambular por cualquier sitio o lugar sin que le tengas que dar cuentas a nadie.




En una sala recibidor hay un mueble amplio en donde descansa un enorme gato gris que debe de pesar como 20 kilogramos. Es un gato de angora que por lo que se nota está bien alimentado. Incluso debe de tener su vestidor. Me acercó y le pregunto en español si me puede dar referencias de un viti vinicultor de España. El gato me mira, parece que elabora un pensamiento y responde con un perfecto lenguaje. Me dice que Don Manuel esta sentado en esa otra sala, al mismo tiempo que me indica el lugar con su mano derecha. De esta al señalar le sale una uña con filo.




Le agradezco al felino y busco con la mirada al productor. Una vez ahí el español me hace una seña para que tome lugar mientras termina de hablar. Cuelga y me mira fijamente preguntando sin hablar. Le explico que yo conozco al hombre que hace las compras de unos almacenes prestigiados en la ciudad. Si me da la oportunidad yo puedo conseguir que sus productos nacidos de la uva puedan ser mostrados en los aparadores y con esto las ventas sería buenas.



El hombre sufre una transformación y su apariencia se va modificando hasta transformarse en el comandante Menéndez. Ese hijo de puta que me despidió de mi trabajo en los años 70 allá en el Palacio de las Bellas Artes. No tiene caso explicar las causas de ese despido, sólo recuerdo que fue un acto de prepotencia y acaso de poca madre.



Al ver su nueva apariencia salgo del lugar y camino por una carretera. Ahí descubró un restaurante, me introduzco y preguntó por el gerente. Aparece otro señor al que le explico lo mismo. Este queda complacido y me dice que importará diez mil cajas de vino del mejor. Que me ponga en contacto con la bodega que lo produce. Me voy contento porque ahora tengo esta actividad.




Me encuentro sentado en el patio de la casa de mi abuela. La imagen es en blanco y negro. No sé si estoy pensando o más bien haciendo una recapitulación de todo lo que me ha sucedido. Me levanto y entró al cuarto que me designaron. Ahí está Tiki o Afafá. Es otro gato. El medio ambiente ahora es a color, esto lo sé porque Tiki lo miro amarillo . De pronto sale corriendo dejando detrás una fila de gatitos , son como diez que lo siguen . Claro está que no pueden ser su hijos ya que Afafá le fueron cortados los huevos para que se tranquilizara.




Por último en el letargo de este primer sueño de enero, estoy sentado en una silla cuyo asiento o lugar se resbala. Algún carpintero pendejo le hizo el asiento para abajo. Asi que cuando te sientas de inmediato te resbalas y allá vas de culo hasta el suelo. Le busco una manera de no caer y encuentro un listón de tonos múltiples. Me ató y ya está.




Hay una televisión de las de antaño, llega una familia a la quien saludo. Ellos me buscan para darme el abrazo de fin de año aunque ya es un abrazo desfasado . Lo hago y el más grande de edad me pregunta que estoy viendo. Le explico que una película donde Anthony Hopkins vive en un bosque y se enfrenta a un oso.


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
Estados Unidos Mexicanos.
07 de enero de 2010.

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