MIGUEL HERNANDEZ GILABERT.
MIGUEL HERNANDEZ GILABERT. Tu corazón ya terciopelo ajado…. Hace unas veinticuatro horas, recostado en mi cama y después de que la televisión se apagó súbitamente y ya no pude ver el final de una película de vaqueros en donde aquél joven Pierce Brosnan ya no era tan joven y andaba huyendo de unos individuos que lo querían matar. Cuando andaba por las praderas, su caballo ya no pudo dar un paso más y cayó en medio de un calor sofocante del desierto de Arizona . Pierce, sacó su pistola para sacrificar al caballo, fue entonces cuando se fue la luz. Así que me di la vuelta para planchar oreja y sin más, apareció en el aire de los pensamientos la cara de Miguel Hernández. En estos días y en los próximos meses se llevarán a cabo los festejos por los cien años de su nacimiento. Me acuerdo que estoy en 1970. Entonces rayaba yo los 15 años. Por esos tiempos no sabía quién era el poeta ni cuantas hambres había tenido que soportar. Me levantaba como a las cinco treinta de la madrugada p