QUIEN QUIERA BEBR CONMIGO



QUIEN QUIERA BEBER CONMIGO.



Debe haber sido por los años de 1970, en que se dejó escuchar la voz de este hombre que había llegado del sur de la América latina. La Argentina para ser más precisos.
Alberto Cortéz vino a este mundo en un pueblo llamado Rancul, que no sé bien a bien porque nunca se me olvidó el nombre de este lugar.

En esos años 70 en las radios de México que emitián su ondas en amplitud modulada, se escuchaban las voces de aquellos intérpretes que aún daban lata a las nuevas generaciones. Eran tal los ánimos de esas nuevas juventudes que ignoraban a voces como aquella de un tenor llamado Pedro Vargas, ese que sólo sabía decir: muy agradecido, muy agradecido, y muy agradecido, parecía que a ninguno de esos hippies greña larga los convencía el amorcito corazón yo tengo tentación de un beso... fui,fui, fui, fui. que cantaba tan bien Pedro Infante, o aquella de ¡ Ay Jalisco no te rajes me sale del alma gritar con calor, abrir todo el pecho pá echar este grito : Qué lindo es Jaliscooo sic , palabra de honor ¡ en la voz elegante del charro guanajuatense Jorge Negrete.

Lo que privaba por ese entonces eran las tonadas casi estúpidas de uno de allá que según recuerdo le decían Palito Ortega: “ Yo tengo el corazón contento, el corazón contento lleno de alegría, o aquél que despreciaba mi abuela y que decía: “ Ese es mi amigo el puma, dueño del corazón / de todas las mujeres que sueñan con su amor /.
A ningún mozalbete o ñero mexicano parecía importarle esos temas de Gardel y sus sombreros cuando cantaba sus tragedias que se sucedían por las calles corrientes de la majestuosa Buenos Aires.

Lo que privaba aquí era la hora de los Beatles en la pantera radio 590. Ninguno se tragaba los nembutales del trío los Rufino, o las mediocres interpretaciones casi gays de unos que se decían los hermanos Zavala.

En esos jaleos extraños que te da la comercialidad , y la música mierdera estábamos , cuando de momento supimos que un joven talento con trocitos de madera hizo una barrera para que su árbol no se dañara, y que con sus pantalones le llegó la adolescencia, y que era capaz de burlarse de los gringos al decirles que ellos nacían ancianos y qué con típicos atuendos se mezclaban con las gentes y de que nadie se daba cuenta que eran americanos..
Quién pudiera ser ese nuevo compositor que desnudaba la verdad para decirte que un pinche perro no le rendía cuentas al amanecer y era el callejero de las cosas bellas que tal y como son todos los vagabundos se quedan dormidos porque ya no despiertan, o que a la salida hacia Cuernavaca nos mostraba a Juan Golondrina con su chaquetín raído y sus maracas.

Alberto Cortéz entró al mercado mexicano pausadamente como esos sueros que te inyectan y esa sustancia se va por el río de tu sangre, después pasó a las conciencias y después a la razón. Porque quién no es capaz de conmoverse con esa historia en donde una suripanta te pide encender su cigarro, o lo mismo te estremece con la añoranza de su corazón de guitarra para decir lo que siente, o te saca de cuajo todo lo interno al decirte que el vino saca todo lo que el hombre se calla.

A mí me llegaron sus canciones en primer lugar por los discos que editaba Hispavox, y como les digo las fui tomando como esas corrientes de agua fresca hasta involucrarme e irme de viaje con mi bicicleta luz. Alberto es un poeta mayor aunque alguna vez le escuché decir que él apenas platica con las flores mientras que los poetas conversan con las estrellas.

Nunca lo ví actuar en directo como dicen los españoles, pero sé bien que hizo algúnos recitales en aquellos gloriosos años en las calles de Atenas en donde se encontraba el centro de espectáculos llamado el Patio, hoy está cerrado. Y no se vé bien a bien si alguien está interesado en reabrir ese sitio. No entiendo porque nunca se le abrieron las puertas del Palacio de Bellas Artes, siendo que por ese tiempo ya se había presentado el extraordinario catalán Joan Manuel Serrat. Alberto ha dado recitales en Madrid me parece que en el Palacio de la Zarzuela, tal vez en el teatro Colón de su apreciada Buenos Aires, pero aquí en México algo sucede que los compositores de alto nivel se quedan en la mitad de que los conozca la inmensa mayoría. Incluso supe que en tiempos recientes se presentó en un programa estúpido de Televisa y el productor le dijo que sólo cantara “ El árbol y yo” es de verdaderos animales pisotear la experiencia. Pero el año pasado tuvo a bien realizar un programa completo de televisión en el canal 22 que es un canal cultural dependiente de CONACULTA con la condución de Armando Manzanero, y me gustó , incluso cantó Esta tarde vi llover del compositor de Yucatán.

Alberto Cortéz es un autor de nivel máximo, lo puedo situar como dentro de la geografía de los que hacen canciones mayores en la república Argentina dentro de los sitios más importantes, y comparado valgan las proporciones con Don Ata, Ariel Ramírez, Chazarreta y Astor, además de ser un intérprete de dotes vocales muy interesantes a pesar de haber sido sometido hace unos años a una operación a corazón abierto que minó sus facultades pero sólo en los tiempos que estuvo enfermo.
Por otra parte creo que es de insensibles que su discografía completa no se encuentre en este y otros mercados a la disposición del pueblo en general, no sé que telarañas tendrán en sus cabezas los encargados de que no suceda.

La canción popular es un patrimonio de todos aunque este registrada en las sociedades de autores, porque todos las cantamos cuando nos place, y debemos dar gracias de que hombres tan sensibles sepan mostrarnos que con una guitarra y algunas orquestaciones nos sepan decir que nos adeudan la paciencia de tolerar sus espinas más agudas y de que debemos caminar siempre adelante tirando bien de las riendas, y de girar en las fantasías como el girasol, y de que debemos esperar la vejez o conversar de los Pablos nuestros que están en los cielos.

Alberto es de una personalidad sencilla a pesar del genio de los argentinos se nota que uno de los caminos que él busca es lo humano, el corazón del hombre mismo , lo sensible y en la medida de su capacidad de descripcción nos dá en sus diferentes contextos la expresión completa de un pueblo que finalmente es nuestro pueblo. Lo rememoro cuando todavía tocaba más a menudo la guitarra y entonaba esas magistrales canciones de Yupanqui, o cuando tocaba el piano para interpretar la poesía de Machado en aquellos programas de Verónica Castro : “ Converso con el hombre que siempre va conmigo quién habla sólo espera hablar a Dios un día mi soliloquio es platica con este buen amigo que me enseñó el secreto de la filantropía , o bien en sus ironías en las que te dice que todos los incurables tienen cura cinco segundo antes de la muerte, o en saberlo precursor de incluirles música a algunos textos de Antonio Machado, Miguel Hernández, Alma Fuerte y creo que hasta de Quevedo. Querido Alberto: Como dijo un mexicano gracias por existir.

Original de Alfredo Arrieta Ortega.
8-Enero 2005 .
Material de archivo de Alfredo Arrieta Ortega

México.

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