Callejón con malviviente, humo negro.
Callejón con malviviente, humo negro.
Es posible que hayan sido las tres de la mañana cuando esto sucedió:
Camino por un callejón. Como todos sabemos los callejones son estrechos, pero este lo es más.
A un lado mío me acompaña una mujer de abrigo y guantes rojos. Más adelante como a dos o tres metros va un muchacho que según presumo es mi hijo.
En medio del callejón hay un hombre delgado, al verme le dá una ultima chupada a su medio cigarro, lo arroja y decidido se acerca.
Por mi parte le digo secamente que no traigo dinero. Esto es que piden estos cuates casi siempre.
Al escuchar mi respuesta este flaco me toma por el brazo con la negra intención de hacerme una llave.
No se lo permito y con mi brazo le tiro un golpe que va directo a su boca. La sangre se hace presente.
El malviviente se frota la boca, se enoja y saca una navaja de las que hacen clik.
Me dice que va a tasajear a la mujer.
Esos sí yo te lo permito¡ Le digo ya en furia incontenible.
Me le voy encima y comienzo a golpearlo con el puño cerrado.
El malviviente queda inconciente y con la navaja en la mano.
Para el sueño número dos entro a una estancia. Las paredes están recubiertas de madera. La madera tiene barniz. No le hicieron buenos acabados .
De pronto de una ventana sin vidrios comienza a salir humo negro. Subo una escalera. En el techo de las habitaciones hay instalados quemadores a gas. Todos están encendidos. Esto ha provocado que el techo se esté incendiando¡
Grito para alertar a las personas que se encuentren dormidas.
Se asoma una mujer gordita llamada Ofelia Guilmaín. Al verla le digo que se está incendiando el lugar y que lo debe de abandonar. Ofelian me mira y como si tal cosa me recalca la pregunta: Se está incendiando?
Sí.
Ah¡
Entonces tome .
Y me entrega una flor .
La flor es una violeta….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
17 de Diciembre de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.
Es posible que hayan sido las tres de la mañana cuando esto sucedió:
Camino por un callejón. Como todos sabemos los callejones son estrechos, pero este lo es más.
A un lado mío me acompaña una mujer de abrigo y guantes rojos. Más adelante como a dos o tres metros va un muchacho que según presumo es mi hijo.
En medio del callejón hay un hombre delgado, al verme le dá una ultima chupada a su medio cigarro, lo arroja y decidido se acerca.
Por mi parte le digo secamente que no traigo dinero. Esto es que piden estos cuates casi siempre.
Al escuchar mi respuesta este flaco me toma por el brazo con la negra intención de hacerme una llave.
No se lo permito y con mi brazo le tiro un golpe que va directo a su boca. La sangre se hace presente.
El malviviente se frota la boca, se enoja y saca una navaja de las que hacen clik.
Me dice que va a tasajear a la mujer.
Esos sí yo te lo permito¡ Le digo ya en furia incontenible.
Me le voy encima y comienzo a golpearlo con el puño cerrado.
El malviviente queda inconciente y con la navaja en la mano.
Para el sueño número dos entro a una estancia. Las paredes están recubiertas de madera. La madera tiene barniz. No le hicieron buenos acabados .
De pronto de una ventana sin vidrios comienza a salir humo negro. Subo una escalera. En el techo de las habitaciones hay instalados quemadores a gas. Todos están encendidos. Esto ha provocado que el techo se esté incendiando¡
Grito para alertar a las personas que se encuentren dormidas.
Se asoma una mujer gordita llamada Ofelia Guilmaín. Al verla le digo que se está incendiando el lugar y que lo debe de abandonar. Ofelian me mira y como si tal cosa me recalca la pregunta: Se está incendiando?
Sí.
Ah¡
Entonces tome .
Y me entrega una flor .
La flor es una violeta….
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
17 de Diciembre de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.
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