Llamada de un cobrador,la guera cantándo,rey chino que se escapa conmigo por un bosque, comiendo en un restaurante carne con papas copas.

Llamada de un cobrador,la guera cantándo,rey chino que se escapa conmigo por un bosque, comiendo en un restaurante carne con papas copas.




























Se encendió mi teléfono. Lo malo del asunto fue que apareció una llamada en donde me instaban de maneras y formas groseras a que les pagara el recibo de la luz. Era un cobrador de un despacho de abogados. No me hubiera importado sí esa llamada no se hubiera difundido por todo el planeta. Daba santo y señas de mí persona. Aparecí por todos los medios y quedé ante los ojos de todos como alguien que no cubre sus deudas.

Me entró un ataque de furia y lo fui a buscar. Según mis pesquisas este individuo es de fácil localización.

Entro Hugo.

Me dijo: Que onda Alfredo Rabieta!.

Estoy muy enojado Hugo, mira esto.

Y Hugo miró.

Lo voy a buscar para reclamarle.

Este teléfono tuyo tiene una función en dónde puedes ver a la persona en el mismo instante y además saber en dónde esta.

A ver dime.

Con los datos listo me dirigí al lugar. Era un edificio de departamentos en Tacubaya. Por la calle de Antonio Maceo.

Subí localicé el número y toqué.

Abrió Roberto

Ah es usted?

Sí hijo de la chingada ¡ Y lo empujé.

Roberto trastabilló y lo senté en un sillón. Luego le agarre de la corbata y le dije que porque se atrevió a mandar esa información en donde me cobra como sí yo les debiera.

Es la norma me respondió.

La norma es que te voy a partir la madre ¡

Acto seguido le metí un puñetazo en pleno rostro.

Roberto me decía que no le pegara porque me iba a resultar peor.

Que me iba a demandar.

No me importa pedazo de pendejo, tú me demandas y te busco y no solo te pego; te mando al panteón le grite.

Yo no les debo nada a la Cía de luz. Incluso te debieron de decir que quien los demandó fui yo. Ahora estan como seda o estaban.

Diles a esos hijos de puta que no les voy a pagar nada y que haré público sus raterías. Dícelos. Y me borras la mierda que me escribiste.

Roberto me dijo que sí a todo, que estaba bien.

Salí.

En una colonia de las pobres que hay en el Estado de México habita la guera. Ella vive en una estancia. Ahí mismo tiene todo, su cama en el fondo, la cama está cubierta por una colcha con una mariposa blanca. Del lado derecho una lavadero. Veo sus tazas limpias.

También tiene un mueble pequeño para guardar su ropa, un aparato Stromberg Carlson de buena fidelidad y una mesa con mantel de plástico.

Toco la puerta.

La guera me abre me dice que pase. Hola como estás flaco ¡

Parece que le dá gusto.

Pues yo sólo pasaba por aquí.

La guera me mira y me pregunta que me paso?.

En dónde?

Tienes un rasguño en la cara.

Ah sí me acabo de pelear con Roberto.

Cual Roberto?

Uno del que no tiene caso hablar.

La guera me ofrece un Orange Crush, me lo tomo. Hace calor.

Me siento en una silla de mimbre y le pregunto que como va con la canción que le encargue?

Ella sonríe y me dice que la espere un momento. Se va al fondo de la vivienda.

Al cabo de diez minutos regresa. La veo radiante ¡ Tiene puesto aquél vestido negro con puntitos blancos que yo le regalé.

Se para enfrente del aparato. Me dice que ella hizo su versión de la canción, que la hizo a su manera. A ver. Te escucho.

La guera comienza a cantar pianito, la escucho atentamente. Mueve las manos como sí recitara, el entorno se vuelve azul mar…..

Muy bien! Le digo.

Que te pareció? Lo hice mal?

No lo hiciste perfecto. Esta versión les va a gustar a todo aquél que la escuche.

Ya la podemos grabar?

Si, ahora mismo.

Vuélvela a cantar . Así como lo hiciste la primera vez.

Y la guera canta, despacio, va vistiendo la canción con sus propias palabras y su propio sentimiento

Por mi parte la grabo.

Cuando termina me dice que ya la envié, quiere saber cual fue el efecto que causó.

Le doy la seña y la envió. Esperamos.

La guera me pregunta que sí quiero un jerez. Sí. Me lo sirve en una copita de cristal.


Ahora me están buscando. Bueno a mí y a un rey chino. El rey chino va a mi lado. Le digo que debemos de correr hasta esa arboleda espesa. De no hacerlo chino , estos cabrones nos matan.

Ya les ví que traen rifles y sí nos ven nos van a disparar.

El rey dentro de su susto me obedece.

Cuando yo te diga chino corremos.

A doce metros pasan los hombres que nos persiguen. Ahora chinito! Y corremos.

Nos perdemos entre los árboles y la oscuridad de la noche. El chino se siente agitado, me dice que me agradece. Ahora lo que debemos de hacer es quitarnos esta ropa de rayas que nos pusieron.

Esto del uniforme a rayas es solo para humillarnos más. Si claro me dice el chino.

Entramos a un restaurante. Nos pasan a una de las mesas de la esquina. El mesero se acerca y nos pregunta que deseamos. El chino y yo le decímos al alimón que queremos carne con papas. Si , enseguida.

Nos traen los platos, comemos como desesperados. Le pregunto al chino que como le vamos a hacer para pagar?

Tú no te preocupes Alfredo, tú me salvaste la vida y yo, pago.

Terminamos con la carne en la barriga y un oporto que según decía la etiqueta lo trajeron de Portugal. De donde más?

El rey chino les pide la cuenta. Llega el mesero, pone un papel rectangular sobre de esta. El chino le pide una pluma, escribe un jeroglífico. Luego saca quince monedas de oro con la figura de Mao y se las regala al mesero.

Por último estoy en una cantina. Hay dos señores. Uno de ellos es Alvaro Carrillo, el otro de bigotes y moreno no lo conozco, además está Consuelo. Yo les acompaño pero no estoy sentado con ellos. Yo estoy con los pies de fuera y sobre un balcón.

Les sirven unas copas de tequila del más fuerte. Sirven cuatro. El hombre de bigotes se lo ingiere de volón pin pon, lo mismo hacen Alvaro y Consuelo.

El bigotón toma la última copa y me dice: Orale flaco tómesela de un solo trago. Agarro la copa con las manos me la bebo. Ah ¡ como arde les digo. Ellos se rién..


Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
19 de Octubre de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.






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