Cañon por el Valle de Santiago, Hacienda en Camarones, aguacero de peces.

Cañon por el Valle de Santiago, Hacienda en Camarones, aguacero de peces.

























Viajo en una camioneta blanca, es un cacharro de modelo antiguo, decidí no tomar el camino tradicional y me aventuré a meterme en medio del cañon.

Este será un viaje de muchas horas, pero no importa, lo único que me molesta es que el polvo se mete por detrás, el vidrio se baja y se sube. Le diré al propietario que lo mande a arreglar.

De pronto la camioneta hace un ruido, trastabillea y se detiene el motor. Abro la puerta y me dirijo a la parte del cofre. También tiene su problema levantarlo. Cuando lo logro que veo es un motor descuidado, no le han hecho un servicio desde que Lázaro Cárdenas era el presidente. No sé que tiene, pero no puedo dejarlo aquí. Necesito ayuda de alguien que sepa. Sí pero en donde está ese que sabe?

Tomo mi mochila y comienzo a caminar, las paredes de este cañon son muy altas, cafés, secas. Debo de buscar una salida que me comunique con el camino o la carretera. Me detengo enfrente de esta pared, no es una pared natural. En esta se puede ver la mano del hombre. Creo que la voy a escalar. Subo lentamente, traigo unas botas cortas que no recuerdo haberlas comprado, tampoco las calcetas bancas con rayas azules.

Subo lento pero constante. En la parte de arriba le colocaron cráneos pequeños han de ser de changos.

Casi lo logro, hay además una alambrada de púas, debe de evitarlas, estos alambres de tocarte te hacen unas heridas que son dolorosas.

Ya estoy arriba , me pongo de pie, diviso el horizonte, pasan los carros, camino de nuevo.

Veo un pueblo, me dirijo a este. En esta casa con huerta se pueden observar varios carros. Creo que aquí encontraré un mecánico. Un joven de cabello chino se acerca y me pregunta que deseo. Le explico lo de la camioneta descompuesta. Como que no se interesa. Es que si voy con usted no sé que clase de personas sea. No se preocupe soy de fiar. Tengo que pedir permiso. Es posible que necesitemos una grúa.

Y como cuanto cuesta?

Como mil quinientos.

Es mucho, no traigo tanto.

Espérme le digo a mi mamá.

Entramos a una recámara, la mamá mira la televisión, está echada y cubierta con un sarape que tiene perros y gatos. El joven le explica a su mamá. La mamá escucha y me dirige la mirada. Se le descompuso la camioneta en el cañon?

Sí señora. Iba de viaje y de pronto ya no quiso.

Humm.

Mira a su hijo y le dice: acompáñalo. Pero deme su número tecnológico. Le digo que no me lo sé de memoria pero le doy mi teléfono. Con esto es suficiente. La mujer toma mi teléfono, le pasa un escáner y apunta unos datos mientras me dice que tiene que tomar todas las precauciones porque a veces llegan malandros.

Si está bien.

Nos vamos.

Al salir le digo a la señora que sí conoce a Bernardino?.

Ah sí claro es de este pueblo.

Berna es mi amigo, trabajé con él hace algunos años. Ah siendo así no hay problema .

Nos vamos al punto en donde dejé la camioneta.

Ahora camino por la Calzada de Camarones. Le digo a Montserrat que me espere. Me regreso por mis pasos. Estoy viendo una casa antigua. Es la casa principal de una hacienda. Entramos. La casa tiene pocos muebles, algunos muy finos. Quiero tomar fotografías. Necesito pedir permiso. Entra un señor. Le pregunto y me dice que no. Que la señora no da permiso. Solo quiero hacer un reportaje.
Ya no han hecho muchos.

La señora no dá permiso.

Veo que el señor es reacio. Necesito buscar a la señora.

Habrá fiesta, grupos de mariachis de café, gris y negros afinan sus trompetas y sus guitarrones. Pasa a mi lado una señora de baja estatura. Esa es la indicada me dice con la mano. Me acerco y me presento. La señora sigue caminando por un pasillo con macetas. Le explico y me dice que sí.

Esta casa era de mi marido. Estuve casada con él tres años. Luego nos peleamos, él era ojo alegre nada más veía una escoba con faldas y se apuntaba. Yo no estaba tan mal. Pero así fue nos peleamos, le metí pleito y le gane el juicio. Me quedé con esta casa.

La mujer me permitió tomar las imágenes que lugar tan hermoso, Lo que más me gustaron fueron los balcones y los naranjos y las fuentes. Es decir me gustó todo.


En esta casa en la que ahora me encuentro hay muchas personas hacinadas, estás acostadas por todas partes, hace una calor. Parece que estoy en algún lugar del sureste. Entra una mujer gorda, morena , lleva un pantalón corto que le deja ver sus piernas largas. Nos dice a los que estamos ahí que como podemos estar a gusto con tanto pinche mosco. Me pregunta que sí ya me picaron. Sí mire, aquí en el brazo y le enseño una roncha roja.
Yo no puedo estar más por acá, así que nos vemos.

La mujer sale.

Intento asomarme por una ventana pero no puedo, el cielo se pone gris y luego negro. Comienza un aguacero muy fuerte. Voy a la estancia que tiene grandes ventanales, la nube está cargada, hace además un aire de tornado. Del cielo comienzan a caer bagres y mojarras. Son de color amarillo dorado. Unas mujeres se asuntan e imploran al señor. El señor sigue con su furia implacable. Se me acerca Elba. Me dice que se va a aventurar en medio del aguacero.

Animas que no me pase nada.

Elba sale, la coge el viento y se la lleva, Elba va girando, que Dios la tome confesada.


Original de Alfredo Arrieta
Oara elpueblodetierra.
Nec spe, nec metu
11 de Octubre de 2014.
Estados Unidos Mexicanos.



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