LA FRIA , VELADORAS.
Este sueño no es mío, le lo acaba de platicar la fría.
Dice que llegue con un papel en la mano. Se lo entregué.
Le dí unas instrucciones.
Te pones guapa, te pintas como tú sabes. Y te vas a esta
dirección.
¿La fría me miró
como preguntando que es?
Es un hotel de lujo. Llegas. En la recepción preguntas
por un cantante. Con ese dato te comunicarán con él. El cantante al saber
de tu presencia dará la orden para que
subas. Caminarás por los pasillos. Buscarás el número de su cuarto, tocarás
suavemente. El te abrirá la puerta. Te dará por un rato. Eso es todo.
La fría tomo al pie de la letra mis instrucciones. Hizo
todo lo que le dije. En el sueño de la fría soy un padrotón.
Y yo dormido….
Me dice la fría que llegó al piso. Abrió la puerta de un
cuarto o habitación. Se sentó en la cama, se levantó la falda, se quito los
calzones , se recostó sobre la cama y pensó. Aquí lo espero y que todo sea
rápido.
De pronto se incorporó, se volvió a poner las pantaletas, se bajó la falda, caminó
hacia la puerta y pensó que ella no era prostituta. No sabía ni porqué me hacía
caso. Cabe aclarar que yo tampoco soy padrotón de nadie. Y menos en los sueños
de otra.
Salió, caminó por el pasillo. En señor que limpiaba la
miró. ¿La fría le preguntó sí él le podía dar
una señal para encontrar al cantante?.
El hombre le confirmó el lugar. Pero le advirtió que no
entrara. Se dice que el cantante la tiene muy grande y ha despedorrado a más de
una. La fría le prestó atención y salió presa del miedo.
Yo yo dormido..
Son las tres o cuatro, escucho la voz de la fría, le dice
que siente una molestia atrás. Yo entre apendejado y no, me levanto. Que joder
con las mujeres, siempre te necesitan. Y cuando nó pués te mandan al carajo de la manera más
gacha.
Aún adormilado me
levanto, la fría ha prendido la lámpara. Me dice que le revise. Me acerco lo
más que que puedo. Ya saben ustedes que soy de vista corta.
En la raya donde se dividen las nalgas tiene unas
escoriaciones. Una especie de irritación causada por sentarse mal cuando se hace ejercicio. La
fría me pide que busque el mentriolate. Lo encuentro. Abro el frasco, lo
impregno , le digo que le va a arder ella me dice que no importa. Lo pongo un
poquito en la escoriación. Ella grita, dice que le arde mucho. Le digo que no
se mueva. Es ahí en ese punto que aún
dormido aprovecho para verlo todo. Que pinche buena está la fría.
Sigo dormido
Más tarde estoy en
Tamaulipas, en la realidad nunca
he ido por allá, sólo sé que está en el norte de México.
La fría camina por la afueras de un hotel.
Yo estoy en un cuarto que se construyó hacia abajo, está
como volado.
Me encuentro encima de una cama. De pie. Miró para abajo
y me pongo a mear.
También puede ver algunas ropas como garras y algunas cobijas. No me doy
cuenta y los orines les caen a unas personas que duermen camas abajo.
¿Me pregunta mi hija que como se llama el lugar? Le digo
que es Tamaulipas. ¿Entonces ya estamos cerca de Washington?: Sí estamos bien
cerca.
Le digo a un hombre que me haga la cuenta de lo que
debemos. El hombre coloca unos papeles sobre una mesa y comienza a escribir con mucha elegancia. Me pregunta
que si somos cinco. Le respondo que somos cinco pero que en su hotel solo se
durmió uno.
El hombe me mira como si yo le estuviera mintiendo.
Le digo a otro hijo que no se le vaya olvidar, el estéreo.
Es un estereo de carro que a veces prendemos.
Como no me hace caso alguno decido que iré por él.
Entro al cuarto y lo tomo. Tengo que desconectarlo.
Salgo hay una escalinata de madera. Me detengo porque en
este momento viene subiendo una mujer rubia. Ella viste de azul y blanco, tiene
trenzas. En la cabeza lleva una veladora encendida. La mujer pasa a mi lado. Me
mira como aventándome el calzón. Que linda es.
Ella pasa, es entonces que pretendo bajar. Resulta que no puedo hacerlo,
viene otra, también es rubia. Me pregunto sí en Tamaulipas las mujeres son
rubias. Ella comienza a subir también
trae una veladora encendida. Pasa a mi lado
tal y como lo hiciera la otra. Se
detiene y me pregunta que sí puedo mover dos macetas que está en el piso. Miro
las macetas. Son dos. Una es verde y la otra azul claro. Me agacho. Tomo la
maceta azul e intento ponerla en donde la rubia me dijo. Eso hago cuando la jardinera que está
suspendida se viene abajo. De pronto sopla el viento. Una charola con veladoras
encendidas se mueve, algunas veladoras se apagan.
Me dice la segunda mujer que ayude a una niña que está
parada pecisamente cerca de donde se vino abajo la jardinera.
Volteo. Sí ,ahí
esta la niña. La tomo por el talle, la saco del peligro. Le digo a la niña que
no, se vaya a mover que en un rato vienen sus padres. La niña no me responde.
Se queda callada. A unos dos metros y bajo un árbol hay un anafre, el anafre
está encendido. Cuando me voy la niña
mete sus dos manos en los carbones rojos,
sus manos se encienden , la niña toca
el árbol, el árbol se incendia..
Original de Alfredo Arrieta
Para elpueblode tierra
Nec spe, nec metu
8 de junio de 2013.
Estados Unidos Mexicanos.
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